ETA aseguró a Carod en su reunión de Perpiñán que abandonaría definitivamente las armas
Josep Lluís Carod-Rovira, presidente de ERC y flamante nuevo vicepresidente de la Generalitat, informó a José Luis Rodríguez Zapatero al poco de llegar éste al Palacio
Josep Lluís Carod-Rovira, presidente de ERC y flamante nuevo vicepresidente de la Generalitat, informó a José Luis Rodríguez Zapatero al poco de llegar éste al Palacio de La Moncloa sobre el contenido de la entrevista que mantuvo en enero de 2004 con dos dirigentes de ETA en la localidad francesa de Perpiñán. En dicha conversación, el político catalán le aseguró que sus interlocutores etarras, José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, Josu Ternera, y Mikel Albizu, Antza, le habían dejado claro que la organización terrorista apostaba ya entonces por “el abandono definitivo de las armas”, según apunta a El Confidencial Gorka Knörr, ex secretario general de Eusko Alkartasuna (EA) y, en la actualidad, integrante del reducido círculo de confianza del político catalán.
Aquella información se sumó entonces a la carta que la propia banda armada hizo llegar al presidente del Gobierno en el verano de 2004 y en la que, como adelantó ayer en exclusiva este diario (ver noticia), los dirigentes etarras se comprometían a no cometer más atentados mortales. En dicha misiva, ETA -que ya llevaba en aquel momento más de un año sin asesinar- apuntaba que con este gesto pretendían abrir un periodo de “distensión” que facilitara el inicio de una negociación con el entonces recién creado Ejecutivo socialista. A partir de ambos datos, Zapatero empezó a mostrarse optimista sobre un hipotético final de la violencia terrorista.
De hecho, Gorka Knörr asegura a este diario que el polémico viaje a Perpiñán de su amigo Carod- Rovira ha sido “decisivo” para la puesta en marcha del actual proceso de paz: “El objetivo no era otro que llevar a ETA y su mundo al terreno de la no violencia”. El ex dirigente de EA también ha confirmado a este diario los nombres ya conocidos de las personas que estuvieron presentes en la reunión: Josu Ternera y Antza, por parte de la banda armada, y el líder de ERC y un compañero de partido, Jaume Rañé, por el otro.
Carod, el pertinaz
El papel del líder de ERC en el proceso de paz no se ha limitado, sin embargo, a informar a Zapatero de lo hablado en Perpiñán. De hecho, el presidente de ERC ha intentado mediar en diversas ocasiones entre la izquierda abertzale y el Gobierno de Rodríguez Zapatero. La última, según fuentes conocedoras del estado actual de las negociaciones, este mismo otoño, justo antes de las elecciones autonómicas catalanes.
Siempre según estas fuentes, Carod-Rovira se puso en contacto con el líder de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, para ofrecerse a mediar entre él y el jefe del Ejecutivo para que ambos superaran la crisis en las negociaciones. Otegi dijo que no. Era la segunda vez que el dirigente de Batasuna rechazaba un ofrecimiento similar. Ya el pasado mes de agosto el líder republicano le trasladó una oferta similar, la cual respaldó con el argumento de que “aún me llevo bien” con Zapatero “a pesar del Estatut” (ver noticia). La respuesta fue idéntica.
No obstante, el interés de Carod-Rovira por involucrar en los contactos con ETA es muy anterior. Se remontan a la primavera de 2005, cuando la propia Batasuna utilizó al brazo político del IRA, el Sinn Fein de Gerry Adams, para llamar a la puerta de ERC y pedir su colaboración. Entonces, la Ejecutiva del partido catalán rechazó la idea, muy a pesar del propio Carod-Rovira. En las filas republicanas pesaba demasiado -y aún pesa- “el mal recuerdo de la cita de Perpiñán”, reconocen a este diario fuentes del partido catalán.
Josep Lluís Carod-Rovira, presidente de ERC y flamante nuevo vicepresidente de la Generalitat, informó a José Luis Rodríguez Zapatero al poco de llegar éste al Palacio de La Moncloa sobre el contenido de la entrevista que mantuvo en enero de 2004 con dos dirigentes de ETA en la localidad francesa de Perpiñán. En dicha conversación, el político catalán le aseguró que sus interlocutores etarras, José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, Josu Ternera, y Mikel Albizu, Antza, le habían dejado claro que la organización terrorista apostaba ya entonces por “el abandono definitivo de las armas”, según apunta a El Confidencial Gorka Knörr, ex secretario general de Eusko Alkartasuna (EA) y, en la actualidad, integrante del reducido círculo de confianza del político catalán.