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Carod pone los pelos de punta a Zapatero y provoca el enfrentamiento entre PSOE y PSC
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Carod pone los pelos de punta a Zapatero y provoca el enfrentamiento entre PSOE y PSC

Sentimiento dual entre José Luis Rodríguez Zapatero y la dirección del PSOE a cuenta del anuncio del nuevo Gobierno catalán. Por un lado, los socialistas se

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Carod pone los pelos de punta a Zapatero y provoca el enfrentamiento entre PSOE y PSC

Sentimiento dual entre José Luis Rodríguez Zapatero y la dirección del PSOE a cuenta del anuncio del nuevo Gobierno catalán. Por un lado, los socialistas se muestran contentos porque José Montilla vaya a ser presidente de Cataluña y haya formado su equipo. Por el otro, se les pone "los pelos de punta" ante el regreso de Josep Lluís Carod-Rovira al Govern en calidad de vicepresidente, según fuentes internas.

Los socialistas consultados expresan su temor a que el dirigente de Esquerra traiga consigo el “espectáculo de los últimos tres años”, estrenado en 2004 con su viaje a Perpignan para hablar con la banda terrorista ETA -sin que sus socios y los suyos lo conocieran, lo que provocó su dimisión-, y seguido por la famosa foto de la corona de espinas en Israel junto a Pasqual Maragall, la ruptura del Govern a cuenta del Estatut… Son muchas las críticas internas a la presencia del republicano en la Generalitat, mientras en el PSOE ponen todas sus esperanzas en la capacidad de Montilla para impedir salidas de tono y conflictos como los ocurridos en el anterior Ejecutivo tripartito.

Los partidos coaligados, con Montilla a la cabeza, expresaron ayer su voluntad de corregir errores y de centrarse en la gestión de políticas sociales, en lugar de identitarias. La Ejecutiva del PSOE acoge el acuerdo con desconfianza y frialdad, pero lo acepta dado el síndrome de segunda oportunidad que expresan sus compañeros catalanes. Aun así, las relaciones entre ambas formaciones se han tensado tras el pacto.

Fuentes internas sostienen que el presidente del Gobierno no ha cuestionado la forma de negociar de Montilla, ya que lo considera un gestor hábil y se trata de una apuesta suya por este candidato en lugar de Maragall. De ahí que, en consecuencia a su respaldo, acepte el tripartito en lugar de la alianza con CiU como le hubiera resultado más cómodo y como le hubiera gustado a otros sectores del PSOE, con Manuel Chaves, José Blanco, Alfredo Pérez Rubalcaba y Alfonso Perales a la cabeza.

La presencia del presidente de Esquerra en el Govern molesta a todos ellos, y causa recelo en Álvaro Cuesta, el dirigente socialista encargado del área municipal y que ve cómo los alcaldes temen que el Efecto Carod se convierta en una crítica recurrente del PP contra ellos en las próximas elecciones de mayo. Ahora bien, en la medida que el nuevo Govern se centre en el área social, orille las cuestiones identitarias y los aliados se comprometan con la estabilidad del Gobierno de España sin montar espectáculos, en el entorno de Cuesta se considera que los ataques populares habrán sido desactivados.

También hay sectores del PSOE que defienden la imposibilidad de que se hubiera producido un pacto con CiU, en especial los más comprometidos con los derechos sociales. Y citan la negativa de CiU a votar el matrimonio de homosexuales, el que no apoyara la Ley de Dependencia, en trámite en el Senado, con el argumento de que invadía las competencias de la Generalitat…

Críticas mutuas

Son muchos los argumentos que esgrimen unos y otros a favor de las dos alternativas que tenía el PSC para formar gobierno en Cataluña. Pero el caso es que las relaciones entre los socialistas catalanes y la federación no atraviesan precisamente por su mejor momento. El próximo día 18 hay convocado un Comité Federal y es posible que se expresen algunas críticas que ahora se transmiten en privado.

Sentimiento dual entre José Luis Rodríguez Zapatero y la dirección del PSOE a cuenta del anuncio del nuevo Gobierno catalán. Por un lado, los socialistas se muestran contentos porque José Montilla vaya a ser presidente de Cataluña y haya formado su equipo. Por el otro, se les pone "los pelos de punta" ante el regreso de Josep Lluís Carod-Rovira al Govern en calidad de vicepresidente, según fuentes internas.