La ‘célula’ del 11-M planeó fabricar el explosivo ‘madre de Satán’ si no conseguía dinamita

Los últimos informes de la Policía sobre los atentados del 11 de marzo en Madrid concluyen que los terroristas estaban dispuestos a perpetrar la masacre aunque no hubieran conseguido la dinamita que les proporcionó el minero asturiano José Emilio Suárez Trashorras. Según dicho documento, los islamistas tenían previsto fabricar ellos mismos la sustancia explosiva con la que confeccionar las mochilas bomba.

En concreto, los integrantes de la célula pensaban recurrir a sustancias de uso común - decolorante de cabello y pastillas de barbacoa, entre otras- para elaborar TATP (triperóxido de triacetona), más conocida como madre de Satán, la sustancia que también fue utilizada en los atentados de Casablanca de mayo de 2005 y el pasado 7 de julio en Londres.

El documento policial sustenta dicha afirmación en el hallazgo entre los escombros del piso de Leganés -donde se suicidaron siete de los miembros de la célula- de los restos de un ordenador portátil de la marca Compaq supuestamente utilizado por Jamal Ahmidan, el Chino, en cuyo disco duro aparecieron numerosos documentos en árabes, entre ellos un manual sobre cómo fabricar dicho explosivo casero.

‘Invento’ palestino

La madre de Satán -nombre que le pusieron los servicios antiterroristas de Israel a estas sustancia por ser usada habitualmente por los terroristas palestinos como parte de sus bombas- es un material muy volátil que, además, ha aparecido en los últimos años en numerosas investigaciones de acciones terroristas adjudicadas a Al Qaeda y sus grupos afines.

Así, el pasado mes de diciembre, los policías que desarticularon en España una célula islamista que reclutaba y enviaba voluntarios para cometer acciones terroristas en Iraq, encontraron en dos de las viviendas que ocupaban los detenidos las tres sustancias básicas para fabricar el mortífero TATP, entre ellas un concentrado de ácido cítrico que había elaborado simplemente con regaliz y limón.

Es esta sencillez en la obtención de sus ingredientes, precisamente, lo que ha hecho que este explosivo casero sea muy popular entre los terroristas islámicos de todo el mundo. Así, además de en Casablanca y Londres, los islamistas lo utilizaron en el atentado contra el aeropuerto de Los Ángeles en 2000. También fue madre de Satán la sustancia explosiva que un terrorista escondía en su zapato y con el que intentó en 2001 hacer estallar un avión en pleno vuelo.