El ex secretario de Estado recibirá beneficios del tercer grado para paliar el deterioro físico y psíquico causado por su aislamiento.

El ex secretario de Estado de Seguridad Rafael Vera, condenado por el caso "fondos reservados", podrá salir de prisión veinticuatro horas durante la semana, ya que el régimen de aislamiento al que ha tenido que ser sometido en la cárcel, en atención a los cargos que ocupó, le ha producido una depresión. La Junta de Tratamiento de Segovia ha optado por mantener a Rafael Vera en segundo grado penitenciario pero con la aplicación del artículo 100 del Reglamento, según fuentes penitenciarias.

Esto permite que el interno pueda participar en un programa terapéutico que ayude a paliar el deterioro físico y psíquico que está padeciendo motivado por la situación de aislamiento en que está cumpliendo la condena. Una situación de aislamiento que tampoco se puede evitar, según las mismas fuentes, debido al cargo que ocupó.

La aplicación de este artículo significa que, aunque se mantiene el segundo grado penitenciario, se le aplican algunos beneficios del tercer grado. Por ello, podrá salir de prisión seis horas al día de lunes a jueves, pero no tendrá permisos de fin de semana ordinarios.

Además, explica la clasificación penitenciaria de los penados en grados -primero, segundo y tercero- y contempla, con el fin de hacer el sistema más flexible, que el equipo técnico de la prisión pueda proponer a la Junta de Tratamiento que, respecto de cada interno, adopte un modelo de ejecución en el que puedan combinarse aspectos característicos de cada uno de los grados.

"Siempre y cuando, dicha medida se fundamente en un programa específico de tratamiento que de otra forma no pueda ser ejecutado", precisa el precepto.

En el caso de Vera, este programa de tratamiento le posibilitará salir seis horas el lunes, otras tantas el martes, el miércoles y el jueves. Para adoptar esta medida, la prisión ha tenido en cuenta los últimos informes médicos realizados a Vera, que indican que las circunstancias en las que se encuentra dentro de prisión -en aislamiento como medida de seguridad ante los cargos públicos que ostentó- le han afectado a su situación física y psíquica, y ha iniciado "un proceso de deterioro, que es preciso paliar".

Las fuentes señalan que Vera, por las circunstancias de los cargos públicos ocupados, ha tenido que seguir "unas determinadas circunstancias de penosidad" en el cumplimiento de su condena, que "le impide disfrutar de un régimen general de cumplimiento". Esta situación le ha llevado, según los últimos informes médicos, a un "proceso depresivo emergente que está afectando a su comportamiento emocional".

Las fuentes aclararon que Vera, "ni por su condena, ni por su comportamiento, tendría que estar en una situación de aislamiento, pero dado los cargos que ocupó, en atención a su seguridad, no puede estar en contacto con otros reclusos y hacer una vida ordinaria". Aunque Vera disfrutará de esas horas fuera de prisión, permanecerá en segundo grado, es decir, tendrá que ir a dormir a la cárcel.

El pasado 29 de julio, la Audiencia Provincial de Madrid denegó el tercer grado (régimen abierto) a Vera, con lo que confirmó la decisión adoptada por el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 1 de Valladolid y que el ex secretario de Seguridad recurrió.

La Audiencia admitía que "es cierto" que Vera "presenta factores muy positivos, por el momento, para acceder en el corto espacio de tiempo al tercer grado pretendido", pero los consideraba insuficientes para concedérselo. El tribunal consideraba necesario mantener al preso en estudio pues, pese a ser "favorable" su evolución, "es preciso -señalaba- que se consolide" ya que "no ha cumplido la cuarta parte de la condena".