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Miguel Durán ha dejado la secretaría general de Cofar, la patronal de máquinas recreativas que preside Manuel Lao (Cirsa), para dedicarse en exclusiva a su labor de oposición a la directiva de la ONCE.
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Miguel Durán ha dejado la secretaría general de Cofar, la patronal de máquinas recreativas que preside Manuel Lao (Cirsa), para dedicarse en exclusiva a su labor de oposición a la directiva de la ONCE.

La tensión que se respira en la Organización Nacional de Ciegos ha alcanzado sus cotas más altas en las últimas semanas. A la grave crisis económica

Foto: Miguel Durán ha dejado la secretaría general de Cofar, la patronal de máquinas recreativas que preside Manuel Lao (Cirsa), para dedicarse en exclusiva a su labor de oposición a la directiva de la ONCE.
Miguel Durán ha dejado la secretaría general de Cofar, la patronal de máquinas recreativas que preside Manuel Lao (Cirsa), para dedicarse en exclusiva a su labor de oposición a la directiva de la ONCE.

La tensión que se respira en la Organización Nacional de Ciegos ha alcanzado sus cotas más altas en las últimas semanas. A la grave crisis económica por las que atraviesa la institución hay que unir el recrudecimiento de la guerra interna que enfrenta a la cúpula de la ONCE con la oposición a la misma, representada en la figura de Miguel Durán, ex director general de esta organización y presidente de la Plataforma Unitaria de Encuentro para la Democratización de la ONCE (PUEDO). Esta ‘situación hostil’ entre ambos bandos parece haber alcanzado un punto de no retorno.

Actualmente, los frentes abiertos entre la cúpula de la organización y la oposición son básicamente dos: los nuevos sorteos que ha puesto en marcha (‘El Combo’) y los que va a poner (una Lotería Instantánea, más conocida como rasca y gana) y, sobre todo, el nuevo convenio colectivo. La propuesta realizada a principios de mes por Miguel Carballeda (en la imagen), presidente de la Organización de Ciegos, para la negociación del convenio 2005-2008 recoge puntos tan ‘delicados’ como los siguientes: se eliminará el complemento por Incapacidad Temporal y Maternidad; los trabajadores de nuevo ingreso percibirán el 60% de las retribuciones durante los 48 meses iniciales de contratación; se suprimirán las ayudas al estudio, así como las pólizas por fallecimiento y accidente, etcétera.

Las críticas no se han hecho esperar. “En una primera valoración de urgencia, en CCOO consideramos que la propuesta presentada por la ONCE es globalmente regresiva y en algunos aspectos provocadora, seguramente porque está acostumbrada a que el sindicato mayoritario de la parte social [UTO-UGT] no ha exigido, a lo largo de muchos años de negociación, el debido respeto a los trabajadores y trabajadoras”, dicen en Comisiones Obreras. La Mesa Negociadora del XIII Convenio Colectivo está compuesta por 10 miembros de UTO-UGT, dos de CCOO y una representación de la Dirección General y del Consejo General.

El 7 de junio, UTO-UGT, sindicato mayoritario próximo a Carballeda y a Unidad Progresista (UP) –el partido que está en el poder y cuyo número uno es Mario Loreto, vicepresidente y verdadero factotum de la ONCE-, se levantó de la mesa negociadora: “Hemos decidido paralizar la negociación colectiva y no iniciarla mientras no se clarifique el espacio comercial de la ONCE y unas expectativas de futuro que permitan abordar una negociación con las mínimas garantías económicas y sociales para los trabajadores de la ONCE y, consecuentemente, para nuestra institución”.

Tanto en CCOO como en PUEDO consideran que este movimiento de UTO-UGT, en clara connivencia con la dirección de la ONCE, es un ‘farol’ y está directamente relacionado con el pulso que Carballeda está manteniendo con el Gobierno: “Es una forma de presionar al Ejecutivo de Zapatero. Le vienen a decir que están en crisis y que “si no me dais lo que yo quiero vamos a tener que aprobar un convenio colectivo claramente perjudicial para los vendedores del cupón”. Es lo más próximo al chantaje”, indican fuentes conocedoras de las negociaciones del convenio.

La tensión que se respira en la Organización Nacional de Ciegos ha alcanzado sus cotas más altas en las últimas semanas. A la grave crisis económica por las que atraviesa la institución hay que unir el recrudecimiento de la guerra interna que enfrenta a la cúpula de la ONCE con la oposición a la misma, representada en la figura de Miguel Durán, ex director general de esta organización y presidente de la Plataforma Unitaria de Encuentro para la Democratización de la ONCE (PUEDO). Esta ‘situación hostil’ entre ambos bandos parece haber alcanzado un punto de no retorno.