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Y el juzgador se quedó solo
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Y el juzgador se quedó solo

El título de la polémica obra La soledad del juzgador, Gómez Bermúdez y el 11-M cobró todo su sentido el día de su presentación. Porque, a

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Y el juzgador se quedó solo

El título de la polémica obra La soledad del juzgador, Gómez Bermúdez y el 11-M cobró todo su sentido el día de su presentación. Porque, a tenor de los presentes y ausentes, parecía, efectivamente, que los atentados de Madrid habían sido juzgados por una sola persona, el presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional Javíer Gómez Bermúdez.

La autora y esposa del juez Bermúdez, la periodista Elisa Beni, vió en la tarde de ayer cómo el salón Valle-Inclán del madrileño Círculo de Bellas Artes rebosaba de asistentes en el acto de puesta de largo de su libro. Sin embargo, las ausencias eran notables. Los compañeros de su marido al frente del fatigoso proceso del 11-M, Alfonso Guevara y Fernando García Nicolás no acudieron a la cita. El primero porque está manifestamente enfadado. El segundo, también, pero siempre bajo la mayor de las discreciones.

Tampoco asistió la fiscal Olga Sánchez, ni su jefe Javier Zaragoza, que para todos había ‘recados’ en La soledad del juzgador. Y, por descontado, faltaron las asociaciones de víctimas del 11-M y su cara más visible, Pilar Manjón, que también ha hecho público su enorme descontento con el libro.

Para todos ellos, Elisa Beni tuvo palabras de reconocimiento... y de perdón “por si alguien se había sentido aludido” porque, aclaró, no era su intención ofender. Además, “acepto de buen grado las críticas, las tomo como un acicate”. Lo único que espera la autora es que “con el tiempo, este libro sea complemento necesario para entender mejor lo que pasó” en el juicio del 11-M.

Pese a tan notables ausencias, allí se dejaron ver numerosos letrados que participaron en el proceso, como el veterano Manuel Murillo y su joven acólita o Gonzalo Boye, por parte de las acusaciones, o el abogado de Rafa Zohuier Antonio Alberca o del absuelto El Egipcio Enrique Zulueta, por parte de las defensas.

Por lo demás, mucho periodista de relumbrón que trataba de tú al juez Bermúdez y se sentía cómodo bajo el enjambre de cámaras que perseguía al togado, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Javier María Casas, que es el jefe de la autora, y las magistradas Ángela Murillo y Manuela Fernández de Prado.

La presentación de la obra corrió a cargo de la presidenta de la Fundación de Víctimas de Terrorismo, Maite Pagazaurtundúa, quien elogió hasta la extenuación la cercanía de este juez con las víctimas. Y es que es tan grande la empatía del insigne magistrado que fue requerido para que firmara algunos libros junto a su mujer.

El título de la polémica obra La soledad del juzgador, Gómez Bermúdez y el 11-M cobró todo su sentido el día de su presentación. Porque, a tenor de los presentes y ausentes, parecía, efectivamente, que los atentados de Madrid habían sido juzgados por una sola persona, el presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional Javíer Gómez Bermúdez.

Javier Gómez Bermúdez