Unicaja explora una alianza con Wizink para crecer en tarjetas y crédito al consumo
El banco andaluz analiza opciones para explotar este negocio, y Wizink es el favorito, con posibilidad de crear una joint venture, firmar un acuerdo o comprar una participación
Unicaja quiere seguir explotando nuevos negocios para diversificar sus ingresos, y una de las prioridades del grupo andaluz pasa por crecer en crédito al consumo. La entidad está analizando la posibilidad de llegar a un acuerdo con terceros, con Wizink como la opción más probable, según fuentes del mercado. Desde ninguna de las partes hay comentarios.
El banco andaluz está en conversaciones bilaterales con Wizink para explorar la forma de establecer una alianza en crédito al consumo, según fuentes conocedoras. Unicaja aún no ha cerrado la puerta a que pueda llegar a un pacto con otra entidad, pero el banco de financiación al consumo del fondo Värde, que nació de una operación en tarjetas de crédito de Banco Popular, es la opción número uno.
Unicaja está haciendo números en torno al negocio que generaría con un nuevo acuerdo y, también, sobre Wizink, que está en plena transformación de su modelo para dejar de perder dinero. En los últimos años, los números rojos del banco de Värde acumulan la cifra de más de 300 millones. Así, la entidad andaluza está realizando una due diligence de Wizink mientras tiene conversaciones con la entidad, para afinar la forma en la que establecer una alianza comercial.
Las negociaciones, según fuentes financieras, están todavía en un proceso inicial, sin que se haya establecido la mejor vía para que cristalicen en un acuerdo. Entre las opciones figuran la de llegar a un pacto sin inversión inicial, crear una sociedad para financiar compras –una ‘joint venture’–, o la compra de una participación o cartera de negocio de Wizink España por parte de Unicaja.
El banco andaluz está ejecutando su plan estratégico 2025-2027, con foco en crecer en negocios como banca privada, segmento al que le ha dado una vuelta, y también en consumo y en empresas. Además, ya ha establecido una alianza en pagos con Fiserv. También prevé la inversión de 250 millones en tecnología e IA, el lanzamiento de un robo advisor y acaba de lanzar un bróker online.
Wizink, por su parte, perdió 6,8 millones en el primer semestre, y acumula números rojos de más de 300 millones desde 2020. La compañía ha sufrido por las provisiones que ha tenido que ir realizando por las demandas de clientes por las tarjetas revolving y los tipos de interés abusivos. El año pasado, las provisiones alcanzaron los 81 millones, casi cuatro veces más que los 22 millones del año anterior.
La entidad nació en 2016 como un negocio de tarjetas de crédito del Popular tras fusionar su antigua división online Bancopopular-e y el negocio de tarjetas de crédito de Citi que compró en 2014, vendiendo un 51% a Värde. Tras la resolución del Popular y la compra del Santander, Värde compró al banco presidido por Ana Botín el 49% restante de Wizink. Durante años la marca ganó notoriedad al dar nombre al Palacio de los Deportes de Madrid, hasta este año, que ha tomado el relevo Movistar.
Unicaja quiere seguir explotando nuevos negocios para diversificar sus ingresos, y una de las prioridades del grupo andaluz pasa por crecer en crédito al consumo. La entidad está analizando la posibilidad de llegar a un acuerdo con terceros, con Wizink como la opción más probable, según fuentes del mercado. Desde ninguna de las partes hay comentarios.