¿Qué es Hunterbrook y por qué ha hundido un 13% la acción de la española Viscofan?
Un desconocido medio de EEUU, con vínculos con un hedge fund, ha hecho tambalearse los cimientos del gigante de las envolturas cárnicas con acusaciones de violaciones de las normas ambientales y de seguridad
Entre las más de 100 empresas que forman parte de la bolsa española, Viscofan puede destacarse por ser una de las más discretas en relación con sus dimensiones. Pese a lucir valoraciones de mercado que a menudo superan los 3.000 millones de euros y contar con una presencia casi global, como uno de los líderes de su industria, la compañía con sede en Tajonar (Navarra) apenas suele protagonizar titulares.
Ese perfil bajo saltó por los aires en la tarde de este martes, cuando un medio estadounidense sacó a la luz una investigación que venía a desvelar presuntas malas prácticas de la compañía en sus instalaciones de Danville (Illinois), la fábrica más grande con la que cuenta en el mercado estadounidense.
Inmediatamente, las acciones del fabricante de envoltorios cárnicos sufrieron un descalabro que llegó a rozar el 18% y que, al cierre, apenas logró reducir hasta el 13,24%, tras publicar un desmentido de las acusaciones.
Estas habían partido de un reportaje publicado por un medio poco conocido denominado Hunterbrook (hntrbrk.com), nacido en 2023. El artículo que afecta a Viscofan se titula "Poisoned USA: How The Sausage is Made – Literally" ("Estados Unidos envenenado: cómo se hace la salchicha (literalmente)") y se presenta como la segunda investigación de una nueva serie sobre el envenenamiento de las comunidades estadounidenses.
"Durante décadas, los contaminadores han contaminado pueblos y ciudades de todo el país liberando sustancias químicas tóxicas, a menudo con impunidad. Hunterbrook ha creado una base de datos nacional para exponer los daños a las comunidades y los ecosistemas y, posteriormente, exigir respuestas a los responsables", explican a modo de introducción.
En esa labor, las actividades de Viscofan habrían captado la atención del medio, que, a través de un extenso reportaje cargado de testimonios de vecinos, trabajadores y extrabajadores de la fábrica, expone una larga serie de infracciones ambientales y de seguridad que se vendrían cometiendo en la fábrica desde que Viscofan la adquirió en 2006 y que, aparentemente, podrían estar detrás de varias decenas de casos de enfermedades graves entre quienes han trabajado en la fábrica y sus familiares.
Aviso de acciones legales
Según este medio, las infracciones del grupo habrían sido ya objeto de varias advertencias por parte de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Illinois, que el pasado julio anunció a la compañía su intención de emprender un procedimiento legal ante la gravedad de las violaciones de seguridad.
El reportaje incluye el enlace a la carta que esta institución habría remitido a los responsables de Viscofan USA en la que se les avisa de la posibilidad de sanciones legales. A preguntas de este medio, la EPA de Illinois ha confirmado la veracidad del documento y explican que el caso ha sido trasladado a la oficina del abogado general de Illinois.
Del mismo modo, el reportaje se completa con un amplio número de documentos gráficos en los que se pretende evidenciar las malas condiciones de las instalaciones y el descuido con el que se manejan productos de elevada toxicidad.
Hunterbrook rentabiliza sus publicaciones a través de inversiones o procedimientos legales
Hunterbrook, la fuente de la que parte esta denuncia, no es un medio convencional, ya que se encuentra vinculado a un hedge fund, Hunterbrook Capital. Ambas firmas tienen como CEO y fundador a Nathaniel Horwitz, un inversor con experiencia en el mundo del venture capital a través del fondo RA Capital. Esa pata financiera le obliga a cumplir con las reglas que impone la SEC, el regulador de los mercados financieros estadounidenses, entre los que se incluye la obligación de trabajar únicamente con información que ya es pública. La firma tiene como consejera general, encargada del cumplimiento de la normativa, a Fitzann Reid, una extrabajadora de la SEC.
En su web, Hunterbrook Media se presenta como "un nuevo tipo de portal", nacido con la intención "dar visibilidad a áreas poco cubiertas" y buscar la rendición de cuentas de "sectores poco escrutados". La firma asegura que cualquiera de sus trabajos está sometido a un proceso riguroso de verificación.
La publicación carece de publicidad ni muros de pago y explica que cuenta con dos vías para generar ingresos con sus trabajos. Por un lado, se refieren a la posibilidad de la apertura de litigios. "Podemos colaborar con bufetes de abogados que presentan casos basados en los hechos que revelan nuestros reportajes, con el objetivo de obtener resarcimiento para las personas perjudicadas", indican.
La otra pata está relacionada con su presencia en el mundo financiero a través de Hunterbrook Capital. "Cuando nuestros reportajes no incluyen Información Material No Pública (información privilegiada), podemos compartirla con nuestro fondo afiliado", admiten.
Este vínculo resulta especialmente controvertido, por las persistentes sospechas de intereses financieros detrás de sus informaciones. El año pasado, The New Yorker le dedicó un reportaje en el que se preguntaba si debía considerarse a Hunterbrook un medio informativo o un hedge fund. "En muchos sentidos, Hunterbrook se comporta más como un fondo de cobertura que como un medio periodístico. Un principio fundamental del periodismo tradicional, por supuesto, es que los periodistas deben buscar información si es de interés público, no por motivos lucrativos. La divulgación de conflictos de intereses es otro principio básico del periodismo, pero Hunterbrook no revela quiénes son los inversores de su fondo de cobertura", se indicaba en el mismo.
Según información publicada recientemente por Financial Times, Hunterbrook Capital generó una rentabilidad del 31% en el segundo trimestre de 2025, cifras que han ayudado a que la compañía alcanzara una valoración de 100 millones de dólares en su última ronda de financiación, el pasado verano.
El grupo alcanzó una valoración de 100 M de dólares en su última ronda de financiación
En el caso de la información que involucra a Viscofan, Hunterbrook Media incluye un aviso en el que señala que su filial de inversiones no cuenta actualmente con ninguna posición que esté directamente vinculada con la publicación, aunque advierte de que "las posiciones pueden cambiar en cualquier momento". Según quienes han investigado el modus operandi del medio, Hunterbrook ha rehusado tomar posiciones de inversión relacionadas con algunas de sus historias cuando ha podido temer que alguna de las fuentes empleadas pudiera ser considerada información privilegiada.
No obstante, en este caso, el portal sí indica que "con base en los informes de Hunterbrook Media, Hunterbrook Law está en conversaciones con firmas sobre posibles litigios en nombre de las víctimas. Hunterbrook también está compartiendo sus hallazgos con la EPA de Illinois y otras agencias reguladoras que supervisan las instalaciones de Viscofan en Illinois".
La denuncia de Hunterbrook Media y el posterior hundimiento de las acciones de Viscofan han mostrado ciertos paralelismos con lo ocurrido con el fondo bajista Gotham City y Grifols en enero del año pasado. Sin embargo, según la información publicada y a pesar de esos vínculos con el mundo de las inversiones, la firma estadounidense no estaría actualmente posicionada para beneficiarse del desplome de las acciones de la compañía navarra y sus opciones de rentabilizar el trabajo de investigación estarían enfocadas en la posibilidad de la apertura de procedimientos judiciales por parte de posibles afectados por las presuntas malas prácticas.
362 millones de pérdida
De momento, a Viscofan, que tiene como su principal accionista a la Corporación Financiera Alba (el hólding de inversiones de la familia March), con un 14,25% del capital, la información le ha supuesto ya una pérdida de valoración de 362 millones de euros, tras su descalabro en bolsa. Estados Unidos supone un mercado esencial en el negocio de la compañía, que obtuvo en la región de Norteamérica el 31% de sus ingresos durante el primer semestre de 2025.
El grupo dirigido por José Antonio Canales García, que ha desmentido todas las acusaciones, se enfrenta ahora al reto de restaurar su credibilidad ante los inversores y evitar que la herida abierta este martes se convierta en un martirio constante para una compañía que hoy se ha visto arrastrada de su confortable discreción por un medio poco conocido, pero cuyo nombre resonará por mucho tiempo entre sus accionistas.
Entre las más de 100 empresas que forman parte de la bolsa española, Viscofan puede destacarse por ser una de las más discretas en relación con sus dimensiones. Pese a lucir valoraciones de mercado que a menudo superan los 3.000 millones de euros y contar con una presencia casi global, como uno de los líderes de su industria, la compañía con sede en Tajonar (Navarra) apenas suele protagonizar titulares.