Aena convoca a Ryanair y al resto de aerolíneas con el temor a fuertes alzas de tarifas de fondo

Aena ha convocado a las aerolíneas para el 2 de octubre. El encuentro se enmarca dentro del periodo de consultas que ha iniciado la empresa controlada en un 51% por el Estado para dar a conocer el plan de inversiones en los aeropuertos de 12.888 millones de euros que anunció la semana pasada. Será la primera vez que se vea las caras con Ryanair tras su cruce de reproches por la posible subida de las tasas aeroportuarias. Un asunto que sobrevolará la reunión. Las compañías áreas acuden a la cita con una clara versión de ese plan: se financiarán con la subida de ese tributo.

El gestor aeroportuario no ha remitido todavía cuáles serán los asuntos a tratar. Aunque diversas fuentes del sector consideran que en ese primer encuentro no se abordará nada sobre las tasas, sino que Aena concretará cómo y dónde se repartirán esas millonarias inversiones. Sin embargo, se da por hecho que sobre las aerolíneas recaerá el coste de los casi 10.000 millones que se destinarán a infraestructuras relacionadas con la actividad aeronáutica. Desde Aena explican a este medio que se tratan de encuentros normales en la que los técnicos de ambas partes debatirán varios temas pendientes.

Los ingresos de Aena provienen de dos vías: la explotación de la superficie comercial de los aeropuertos y las tasas aeroportuarias. Esta última pata del negocio, que es con diferencia la que más aporta, la terminan costeando los viajeros cada vez que compran un billete de avión, ya que todas las aerolíneas les repercuten esas tarifas. Teniendo esto en cuenta, un directivo del sector apunta que "la fiesta la van a pagar los pasajeros, porque no somos un servicio público y vamos a tener que subir los precios".

El esfuerzo inversor es una parte del Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA III) que debe aprobarse para el periodo 2027-2031. Aena elabora estos planes cada cinco años y, en esta tercera ocasión, el montante destinado a mejorar las infraestructuras es sustancialmente mayor. En las dos anteriores se acordó una cuantía de entre 2.000 y 2.500 millones —seis veces menos que ahora—, lo que permitió congelar o reducir las tasas aeroportuarias, con el objetivo de aumentar el tráfico aéreo.

Los ingresos de Aena provienen de dos vías: la explotación de la superficie comercial de los aeropuertos y las tasas aeroportuarias

Las aerolíneas acudirán al encuentro a escuchar y están a la espera de que se les comparta un primer borrador de un documento que consideran "crítico" para su futuro en los aeropuertos españoles. Una vez tengan los detalles, las mismas fuentes señalan que esperarán a que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) estudie el plan para dar su opinión. Confían en que sea el regulador quien escuche a todas las partes, pero el informe que elabore no es vinculante y el Consejo de Ministros puede aprobar la hoja de ruta sin tenerlo en cuenta.

El apoyo del Ejecutivo a Aena parece garantizado, sobre todo porque el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el ministro de Transportes, Óscar Puente, participaron en la presentación del plan. El problema es que Aena planea pedir más en el peor momento. Alguno de los invitados a esa reunión explica que la inminente subida de tasas no tiene sentido cuando, según los cálculos que manejan las aerolíneas, 2025 será el primer año de estancamiento en número de pasajeros tras la pandemia.

Uno de los frentes que se quiere pelear es la 'flexibilidad'. El DORA III establece la senda prevista para las tarifas hasta 2031, pero no la variación concreta durante los cinco años en los que está en vigor. El porcentaje de subida o bajada se aprueba anualmente, teniendo en cuenta las inversiones previstas, las expectativas de pasajeros o la estimación de los costes de seguridad y mantenimiento de los aeropuertos. Además, deben ser ratificadas por la CNMC, por lo que las aerolíneas no lo tienen todo perdido después de que se apruebe la estrategia quinquenal.

Polémica subida de tono con Ryanair

Una negociación crítica en un momento de alta tensión con algunas aerolíneas que cuestionan el modelo tarifario español. La más beligerante es Ryanair, que aunque sigue ampliando su oferta en el conjunto de España, en este 2025 ya ha retirado dos millones de asientos de los aeropuertos regionales al considerar que no son competitivos. En una entrevista en Financial Times, el CEO de la compañía irlandesa, Michael O'Leary, amenazó incluso con renunciar a otro millón de plazas si no cambiaba la situación.

Las fricciones se remontan al año pasado, pero alcanzaron su punto álgido cuando el Consejo de Administración de Aena aprobó una subida de las tasas del 6,62% para 2026. El alza se traduce en un aumento de apenas 68 céntimos por pasajero, elevando el ingreso máximo hasta los 11,03 euros. Ryanair lo consideró "excesivo, el más alto en más de una década" y advirtió de que se llevará al extranjero una gran parte de la capacidad que tiene la España regional, una amenaza que ha empezado a cumplir.

La respuesta del gestor aeroportuario fue rotunda. Nada más conocerse el último recorte de plazas, el propio presidente del gestor aeroportuario, Maurici Lucena, firmó en primera persona una carta en el que acusaba a la aerolínea irlandesa, entre otras cosas, de llevar a cabo una "infumable estrategia", de "lloriqueo" y "extorsión", acusando a su presidente, Michael O'Leary, de cobrar un "estratosférico bonus" con estas prácticas.