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¿Cómo quiere ser la Iberdrola del futuro? El 'rey del cable', sin placas y hablar menos español
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"Queremos ser realistas"

¿Cómo quiere ser la Iberdrola del futuro? El 'rey del cable', sin placas y hablar menos español

La eléctrica ha subido la apuesta del plan 24-26. La prudencia va a marcar cualquier inversión en renovables, con todo a las redes y con un aviso a los reguladores españoles

Foto: El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán
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Ignacio Sánchez Galán ha sorprendido muy poco este miércoles desde Londres. Pese a presentar un plan inversor de 58.000 millones hasta 2028, con el que podría comprarse 30 de las 35 empresas del Ibex a sus precios actuales de mercado, las acciones de Iberdrola no han reaccionado. Un pequeño ejemplo de lo que busca Galán y su equipo para su compañía para los próximos tres años: ingresos estables, muy controlados y hablar mucho más inglés que español.

Iberdrola no ha sorprendido porque lleva años avisando de esta idea. La eléctrica ha tocado techo en su objetivo de ser la ‘gran renovable’ de Europa y su nuevo propósito pasa por centrarse en conectar estas renovables con los consumidores a través de las redes eléctricas. Su plan anterior, que abarcaba de 2024 a 2026, ya adelantaba una inversión de 41.000 millones, de los que el 51% eran redes eléctricas, para aglutinar una cartera de 54.000 millones activos regulados.

Pero la ambición de ser ahora el ‘rey del cable’ de Europa ha subido. El objetivo es destinar el 67% de la inversión a estos activos, que tienen unos beneficios asegurados por los estados, y situar en 70.000 millones esa cartera de activos. Un plan que, hasta ahora, la eléctrica cubría combinando deuda y autofinanciación y para el que ahora incorpora otra vía, como son los 5.000 millones de su reciente ampliación de capital.

“No vamos a cerrar los ojos a otras oportunidades”, ha defendido Galán ante sus inversores. “Pero vamos a ser realistas”, ha señalado. Ese realismo hace referencia a que los precios de la electricidad llevan desde la pandemia dando sustos y que seguir jugándose todo a ese negocio tan saturado ya no tiene sentido.

El plan parte de la premisa de que las plantas de generación renovable, como la eólica y la solar, están más dispersas por los territorios que las tradicionales plantas térmicas o nucleares. Se necesitan kilómetros y kilómetros de nuevo cable, junto con la renovación de la antigua red, para conectar estos puntos de generación para enlazar con los consumidores, donde también se vive una auténtica revolución con los centros de datos o la electrificación de la industria.

Foto: gobierno-presionara-cnmc-mejorar-ingresos-electricas

Las redes, a diferencia de la generación, tienen unos ingresos recurrentes y que vienen de 'lo público'. Galán ha sentenciado que los 60 gigavatios de aerogeneradores o placas solares que tiene en cartera ya le han resultado suficiente para aprovechar la ola de cierre de centrales de carbón, de gas e, incluso, las nucleares.

Ahora, será raro encontrar a Iberdrola peleando por poner placas. Su objetivo será apostar por el almacenamiento, para gestionar mejor toda la energía renovable que ha desarrollado en sus 25 años, y 70.000 millones en cable, 50.000 millones de distribución y 20.000 millones de transporte, para que su cartera de consumidores finales pueda seguir aumentando.

El plan es hablar más inglés

Las redes eléctricas hablan más inglés que español. Galán lleva años aplaudiendo la estabilidad y la regulación de dos mercados: Reino Unido y Estados Unidos. El presidente de Iberdrola viaja constantemente a ambos países para ofrecer sus servicios como ‘rey del cable’ y, por el camino, pujar por algún ‘megaproyecto’ eólico en el mar. Unos proyectos que Donald Trump no ve con muy buenos ojos y que, con él en la Casa Blanca, se quedarán en ‘stand by’.

Pero lo importante son las redes y para ello se hablará todo el inglés que haga falta. Un total de 37.700 millones de euros se destinará a esos dos mercados hasta 2028, frente a los 8.700 millones (15%) que planea repartir entre Portugal y España. La Península Ibérica ya está a la altura de Brasil en cuanto a importancia inversora para Iberdrola, pese a que la compañía sigue defendiendo que es ‘profeta en su tierra’, con los 4.000 millones que pretende gastar en redes de distribución en el mercado español.

Eso sí, si el Gobierno y la CNMC se ponen de acuerdo en cómo van a tratar estas infraestructuras en los próximos cinco años. Si no lo hacen, como han dejado caer tanto Galán como su nuevo CEO, Pedro Azagra, su dinero se irá donde tenga rentabilidad. Como ha sucedido en otros países de habla hispana como México, si la regulación y la política siguen jugando en su contra, la empresa cambia el destino de la inversión. Una posibilidad que en España puede suceder antes del 1 de enero de 2026 si no hay acuerdo entre el regulador, el Gobierno y las empresas.

Ignacio Sánchez Galán ha sorprendido muy poco este miércoles desde Londres. Pese a presentar un plan inversor de 58.000 millones hasta 2028, con el que podría comprarse 30 de las 35 empresas del Ibex a sus precios actuales de mercado, las acciones de Iberdrola no han reaccionado. Un pequeño ejemplo de lo que busca Galán y su equipo para su compañía para los próximos tres años: ingresos estables, muy controlados y hablar mucho más inglés que español.

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