Gransolar elige Reino Unido para su proyecto de baterías ante el vacío legal en España
La energética española ha completado la instalación de su primer gran proyecto de baterías 'stand-alone'. Una tecnología que, todavía, no tiene hueco en el mercado español
Las energéticas españolas están tomando la delantera en el desarrollo de baterías para el almacenamiento de electricidad. Aunque, de momento, sus proyectos se instalan fuera de España. El protagonista en esta ocasión es Gransolar, la energética que controla el fondo Trilantic ha puesto en marcha su primer gran proyecto de baterías conectadas directamente a la red en Reino Unido.
Un desarrollo que, a día de hoy, sería imposible poner en marcha en España por el vacío legal. GRS, la filial de la empresa que dirige Iván Higueras especializada en almacenamiento, ha conectado 100 megavatios directamente a la red en la localidad escocesa de Glendevon. Un tipo de baterías que se denominan stand-alone que sirven para almacenar electricidad sin depender de ninguna planta de generación o consumidor industrial.
El proyecto se ha construido para Foresight Group, la gestora de inversiones británica que ha logrado los permisos para poner en marcha esta planta diseñada para la gestión de picos de demanda y oferta eléctrica. GRS se ha encargado de la ingeniería, el diseño, la construcción y la puesta en marcha del sistema. Además, la energética española ha firmado con Foresightun acuerdo para encargarse de la operación y mantenimiento de esta planta de baterías durante al menos los dos primeros años.
Gransolar suma así otra planta a sus 126 desarrollos operativos y 4,1 gigavatios (GW) de potencia instalada. Aunque, en este caso, se trata de su primera planta de baterías sin generación asociada. Con proyectos de baterías en Bélgica y Australia, este movimiento responde a una lógica estratégica. Mientras España sigue debatiendo la retribución del almacenamiento tras el apagón, Reino Unido se une a la lista de países que ofrecen una ventana regulatoria más ágil para poner en marcha estos proyectos estratégicos para la transición energética.
Una regulación que no llega
Gransolar es otra de las compañías que ve negocio en las baterías stand-alone. Una tecnología que desde el sector energético español se considera clave, ya que en muchas horas del día se está desperdiciando cerca del 10% de la generación renovable. Aunque el Ministerio para la Transición Ecológica ha activado líneas de ayuda específicas para sistemas de almacenamiento independientes, el desarrollo de proyectos está condicionado por la ausencia de un mercado de capacidad plenamente operativo.
Actualmente, el mercado español no tiene un marco regulado que remunere de forma estable servicios esenciales como la regulación de frecuencia, la gestión de picos de demanda o la reserva rápida. El decreto antiapagones, que fue tumbado en el Congreso en julio, incluía avances importantes para el almacenamiento.
El Gobierno trabaja en otro decreto que aún no define un mercado de capacidad ni ingresos regulados para baterías stand-alone. Esto sigue siendo el principal cuello de botella para su bancabilidad.
No obstante, el Ministerio anunció ayudas de 700 millones para almacenamiento y se espera que la CNMC publique en octubre una propuesta de reforma de servicios de ajuste que incluya baterías. Unas promesas que, los más optimistas, apuntan a que España está en la recta final para lograr una regulación de baterías para lograr conectar cerca de 3 gigavatios (GW) a la red en los próximos tres años.
Las energéticas españolas están tomando la delantera en el desarrollo de baterías para el almacenamiento de electricidad. Aunque, de momento, sus proyectos se instalan fuera de España. El protagonista en esta ocasión es Gransolar, la energética que controla el fondo Trilantic ha puesto en marcha su primer gran proyecto de baterías conectadas directamente a la red en Reino Unido.