El plan de Bruselas para vetar el gas licuado ruso en 2027 pone a España en la diana
La decisión de adelantar un año el fin de la compra de gas natural de Rusia generó riesgo de inseguridad jurídica para las empresas que tengan que romper sus contratos
Los planes de la Comisión Europea para adelantar el fin de la compra de gas natural ruso, una exigencia de la administración americana de Donald Trump, ponen a España, Francia y Bélgica en una situación delicada. Los tres Estados miembros son grandes importadores de gas natural licuado (GNL) ruso, que hasta ahora la Comisión proponía dejar de comprar a partir del 31 de diciembre de 2027, pero que tras el anuncio de la propuesta de un 19º paquete de sanciones contra Rusia, Bruselas propone adelantar al 31 de diciembre de 2026, un año antes de lo previsto.
El plan requiere del respaldo unánime de todos los Estados miembros, el cual no será fácil de obtener. España y Francia, según datos del Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEAF) que hace un seguimiento detallado de las importaciones de gas natural licuado de todos los socios de la UE, son los dos países del bloque que más GNL importan desde Rusia. En 2024, París importó 8,49 kilómetros cúbicos (bcm) de GNL y en el caso español fueron 6,38 bcm. Representa el 34% y el 35% respectivamente de sus importaciones en 2024. El otro gran importador, Bélgica, lo hace en menor cantidad, pero representando el 44% de su 'mix'.
España ha logrado reducir esta dependencia en 2025. En lo que llevamos de año, el gas con origen ruso supone un 12% de todas las importaciones que entran tanto por metaneros como por el gasoducto con Argelia. El último dato que ofrece Enagás, el gestor técnico del sistema, apunta a que en agosto las compras a Rusia se situaron en el 7,8%, aunque sigue siendo el tercer máximo proveedor tras Argelia y Estados Unidos. Una variación que, según explican desde el sector, está marcada por la caída de las operaciones de los ‘traders’ o intermediarios con este tipo de gas.
Las cifras no son por pura casualidad: España, Francia, Bélgica y Países Bajos son Estados miembros con una gran capacidad de regasificación, el proceso por el que el GNL vuelve a un estado gaseoso, que es como se utiliza. Los puertos que más GNL ruso han regasificado en 2024 fueron, según datos del IEEAF, los de Dunkerque (Francia), Bilbao (España), Zeebrugge (Bélgica), Montoir-de-Bretagne (Francia), Gate (Países Bajos), Mugardos (España) y Huelva (España).
"Cuanto antes"
"España siempre ha defendido la necesidad de aplicar medidas de phase out con Rusia cuanto antes, siempre de ámbito europeo, con efectividad para el objetivo que se busca y con máxima seguridad jurídica para los agentes", explican fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica a este medio. "Estamos estudiando el texto concreto de la propuesta de la Comisión", añaden.
La Comisión Europea ya estaba teniendo problemas para convencer a los Estados miembros de su plan con vistas a 2028. España y Francia eran, precisamente, dos de los huesos duros de roer, además de los países clásicos que desde el inicio de la guerra han puesto problemas para tomar medidas contra el sector energético ruso, es decir, Hungría y, más recientemente, Eslovaquia. El plan para 2028 iba más allá del GNL, que interesa de manera especial a Estados Unidos porque es el principal proveedor de este combustible a la Unión Europea y el acuerdo comercial del pasado mes de julio incluye compromisos de invertir 750.000 millones de euros en energía americana.
Alerta por inseguridad jurídica
Mientras que las dudas francesas y también las belgas eran más amplias, en el caso español inquietaba especialmente qué instrumento legal se podría utilizar para hacer que las compañías que compran gas natural licuado ruso como parte de contratos de largo plazo puedan librarse de sus obligaciones sin perder después ante un tribunal de arbitraje internacional. Empresas como Naturgy tienen contratos en vigor firmados en 2013 con Yamal LNG hasta 2038, y Repsol con Novatek, de 2021 hasta 2038. Aunque la Comisión Europea aseguraba que tenía planes sólidos para proceder, en muchas capitales seguía habiendo dudas al respecto.
El sector gasístico español asegura que, más allá de esa inseguridad jurídica, España cuenta con la mejor infraestructura de toda Europa para poder abordar con plenas garantías la diversificación de fuentes para reducir el GNL que llega de Rusia y que desde el inicio ha estado interesado en formar parte de todas las medidas que se han puesto en marcha, como la plataforma de compra conjunta de gas.
Ahora estos compradores de gas ruso están a la espera de que Bruselas les detalle cómo va a pisar el acelerador con este asunto. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, se comprometió a acelerar los planes en una llamada telefónica esta semana con Donald Trump, presidente de Estados Unidos. Su secretario de Energía, Chris Wright, llegó a viajar la semana pasada a Bruselas para presionar a Dan Jorgensen, comisario del ramo, para impulsar la aceleración de los planes.
Los planes de la Comisión Europea para adelantar el fin de la compra de gas natural ruso, una exigencia de la administración americana de Donald Trump, ponen a España, Francia y Bélgica en una situación delicada. Los tres Estados miembros son grandes importadores de gas natural licuado (GNL) ruso, que hasta ahora la Comisión proponía dejar de comprar a partir del 31 de diciembre de 2027, pero que tras el anuncio de la propuesta de un 19º paquete de sanciones contra Rusia, Bruselas propone adelantar al 31 de diciembre de 2026, un año antes de lo previsto.