Las redes eléctricas en zonas rurales: la CNMC propone una retribución del 6,46% y el sector reclama un 7,5%
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia somete a consulta pública la retribución de dichas redes. Desde el sector consideran que, en las zonas rurales, la inversión no será rentable
La transición energética es un hecho y, en España, el futuro pasa por una palabra clave: electricidad. Según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec), el Gobierno prevé unas inversiones superiores a los 53.000 millones de euros en redes eléctricas hasta 2030.
Eso sí, ahora la duda está en quién debe asumir dichas inversiones y, sobre todo, si le saldrán rentables. Y es que, más allá de las grandes ciudades, el reto de nuestro país es que la instalación o modernización de las redes eléctricas se dé también en las zonas rurales, afectadas por una despoblación creciente. Y es ahí donde los organismos públicos y los privados no se ponen de acuerdo.
CNMC: una retribución del 5,58% al 6,46%
El pasado mes de julio, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) anunció que sacaba a consulta pública dos propuestas determinantes. Por un lado, la modificación de la tasa de retribución financiera; por otro, la metodología de la distribución de dichas redes. Y ambos documentos implican cambios relevantes.
Para empezar, la CNMC propone que la tasa de retribución financiera (es decir, el tipo de interés que determina el rendimiento que reciben las empresas por la operación y mantenimiento de estas infraestructuras) suba del 5,58% actual al 6,46%. Por otro lado, también propone cambiar la forma de calcular dicha retribución. Hasta ahora, se calculaba en función de los gastos de capital (Capex) y los gastos operativos (Opex) de manera separada. Ahora, la CNMC apuesta por el modelo Totex, que combina ambos gastos para evaluar el coste total de la inversión en redes eléctricas.
Según la CNMC, estos dos cambios principales supondrían implantar "un marco normativo sólido para el negocio de redes, previsible, pero que también incrementa la flexibilidad de las empresas para tomar decisiones de inversión, operación y digitalización para adaptarse a la realidad del mercado".
Además, considera que, con estas circulares, "se sentarán las bases para una distribución eléctrica más eficiente y una retribución financiera que incentive la inversión sin comprometer la sostenibilidad económica del sistema ni la asequibilidad para los consumidores".
El reto: rentabilizar la inversión en la España rural
El sector eléctrico, sin embargo, no está de acuerdo con la postura de la CNMC. Diversas compañías del sector aseguran que la subida de la tasa de retribución no es suficiente; desde su punto de vista, no debería situarse en el 6,46%, sino en el 7,5%. Además, critican que "las empresas inviertan en red de distribución de manera anticipatoria", es decir, antes de que haya una demanda de red real por parte de los consumidores. Con ello se refieren a la posibilidad de que en las zonas rurales, cuya demanda no será tan elevada, las compañías hagan una inversión que, a la postre, sea difícil de rentabilizar.
En esta misma línea se mueve el Foro Mercado Libre. En su opinión, la retribución financiera del 6,46% está "muy por debajo de lo que ofrecen otros sectores regulados en España, como el aeroportuario (8,03%) o las telecomunicaciones (6,98%), y alejada de la que aplican países europeos como Italia (8,1%), Reino Unido (7,6%) o Suecia (7,3%)".
Además, consideran que, con el modelo Totex, "las compañías eléctricas solo comenzarán a recibir ingresos por las infraestructuras de red cuando se conecten clientes reales a las mismas. Es decir, si una distribuidora decide extender una línea hasta una zona rural o industrial aún por desarrollar, no obtendrá remuneración por esa inversión hasta que haya demanda efectiva".
Desde el Foro Mercado Libre inciden en que "si no se corrige, este sistema retributivo tendrá un efecto estructural: la electrificación será un fenómeno esencialmente urbano, dejando fuera del mapa energético a buena parte del país". La red, consideran, "no llegará donde no haya masa crítica inmediata, y sin red no hay servicios, ni actividad económica, ni atractivo para fijar población".
Desde su punto de vista, "la transición energética no puede construirse solo en torno a la rentabilidad inmediata. Requiere visión a largo plazo, equilibrio territorial y, sobre todo, reglas que reconozcan que conectar antes de que llegue el cliente es una inversión estratégica, no una apuesta temeraria". De lo contrario, afirman, "electrificar se convertirá en un privilegio urbano y no en un derecho universal. Y con ello, la España rural quedará condenada, una vez más, a quedarse fuera".
La transición energética es un hecho y, en España, el futuro pasa por una palabra clave: electricidad. Según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec), el Gobierno prevé unas inversiones superiores a los 53.000 millones de euros en redes eléctricas hasta 2030.