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El 'rey del zinc' se salva tras una quita de 40 M y un revés judicial a la banca
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El 'rey del zinc' se salva tras una quita de 40 M y un revés judicial a la banca

El Juzgado de Oviedo ha homologado la reestructuración de la deuda de la empresa Asturiana de Laminados (ASLA), que opera con la marca de elZinc

Foto: Fachada de la sede de la compañía. (El Zinc/Manuel García)
Fachada de la sede de la compañía. (El Zinc/Manuel García)
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El conocido como el ‘rey del zinc’, Asturiana de Laminados (ASLA), que cotiza en BME Growth y tiene bonos en el MARF, ha reestructurado su deuda para asegurar su viabilidad y evitar el concurso. La banca, que estaba en contra, se ha llevado una quita del 85% de la deuda y un revés judicial con condena en costas.

El Juzgado de lo Mercantil número 2 de Oviedo ha homologado la reestructuración, que ha ido por contradicción previa, en una sentencia firme a la que ha tenido acceso este medio. Es decir, los acreedores debían oponerse antes, y ahora no hay recurso posible ante la Audiencia Provincial. Y, en efecto, los bancos acreedores se habían opuesto a un plan de reestructuración no consensual que se ha aprobado con el apoyo de los bonistas. ASLA ha estado asesorada por Vaciero y los bonistas por Garrigues.

Asturiana de Laminados es el tercer mayor fabricante del mundo en zinc laminado, y tiene una importancia elevada en el tejido industrial asturiano. La compañía está dirigida por Macario Fernández, también principal accionista. ASLA cotiza en BME Growth con un free float del 39% y una capitalización bursátil de 14 millones. La deuda reestructurada es de 100 millones, con bonos cotizando en el MARF por valor de 50 millones. El año pasado perdió 52,8 millones, según la auditoría de KPMG, por encima de los 33,8 millones declarados por la empresa.

La compañía se declaró en preconcurso en julio de 2024, acuciada por vencimientos a corto plazo, e inició negociaciones para reestructurar algo más de 100 millones, que derivaron en un plan presentado con el apoyo de los bonistas mediante contradicción previa y con la oposición de la banca. La jueza Carmen Márquez ha fallado a favor de la compañía y de los bonistas, rechazando el incidente concursal presentado por CaixaBank, Santander, Sabadell, BBVA, Cajamar, Novicap, Banco de Crédito Social Cooperativo, Deutsche Bank y la Sociedad de Garantía Recíproca de Asturias.

La jueza Carmen Márquez ha fallado a favor de la compañía y de los bonistas

La clave ha estado en que se ha seguido la tesis del artículo 639.2 de la Ley Concursal, con una valoración de la empresa que situó a los bonistas dentro del dinero (teniendo en cuenta la valoración de la empresa) y a los bancos fuera. El experto independiente que realizó la valoración fue Alejandro Alvargonzález Tremols.

Así, había seis clases (bonistas, leasing, clase financiera ordinaria, clase no financiera gran empresa, clase no financiera pyme y clase subordinada). La de los bonistas, con 50 millones, aprobó el plan, lo que supone un apoyo de más del 50% de la deuda. Los bancos impugnantes, por su parte, representaban menos del 40% del pasivo.

Fuerte quita a la banca

La reestructuración aplica cinco años de espera, pero sin quita, a los bonistas; una quita del 100% a la clase subordinada, y una quita del 85% para los bancos. Esto supone un roto para la banca acreedora cercano a los 30 millones de euros de los 38 millones que tenían de deuda. También es un nuevo revés judicial para los bancos en materia de reestructuraciones.

La valoración de la empresa fue de 51,6 millones de euros, que no fue cuestionada por los bancos. Las entidades se opusieron al plan por otros motivos, como la supuesta falta de viabilidad de la compañía a largo plazo con esta reestructuración o un trato desfavorable por asumir mayores pérdidas que los accionistas, ya que no hay capitalización de deuda.

Sobre este punto, la sentencia recuerda que la valoración de la empresa ‘rompe’ por encima del valor de la deuda que tienen los bonistas, y que son estos los que podrían haber exigido la capitalización de deuda. Es decir, es una especie de gifting, como se conoce en la jerga, y que ya ocurrió en Naviera Armas, donde la Audiencia Provincial de Las Palmas validó que los bonistas, que ahí se convirtieron en dueños de la empresa, cedieran un 6% a la familia Armas, mientras que la banca sufrió una quita de casi el 100%.

Lo que dice el fallo es que la decisión de los bonistas no perjudica a la banca, que habría perdido más en caso de concurso

Lo que dice el fallo es que la decisión de los bonistas no perjudica a la banca, que habría perdido más en caso de concurso: “El valor que se calcula de la compañía por el experto independiente es de 51.652.000 euros, habida cuenta de que los demandantes que se oponen al plan de reestructuración no son los destinatarios del valor de la reestructuración al quedar acreditado en el informe del experto que se encuentran fuera de la clase del dinero (…). Teniendo en cuenta el valor de la empresa y el montante de la deuda que ostentan los bonistas, son ellos los verdaderos dueños de la empresa y los que en su caso podrían oponerse al plan de reestructuración y al mantenimiento del accionariado y no solo no se oponen al plan, sino que están al lado de la mercantil”.

En cuanto a la viabilidad de la compañía, el plan pasa por refinanciar el bono en 2032 y se prevé un desapalancamiento que permitirá a ASLA hacerlo. La homologación del plan, dice la jueza, contribuye a la continuidad del negocio por dos razones: “El plan implica la aplicación de unas quitas y la existencia de unas amortizaciones que conllevan la disminución del ratio de apalancamiento a la mitad y, de otro, porque es indudable que si los bonistas hubieran dejado vencer el bono, el panorama sería muy distinto”. Además, en cuanto a la capacidad de seguir teniendo crédito comercial gracias a la financiación alternativa.

La filial con Iberdrola, en reestructuración

Durante el proceso de reestructuración, la banca acreedora planteó la posibilidad de que Asturiana de Laminados vendiese su filial Latem Aluminium, un proyecto greenfield de aluminio en Zamora que todavía no está en funcionamiento. Finalmente, se descartó la idea tras encargar una valoración a Deloitte y constatar su baja valoración.

Esta sociedad, que también está participada por Iberdrola y la Junta de Castilla y León, tiene activo en este momento su propio proceso de reestructuración. El plan de reestructuración de ASLA incluye el compromiso de no inyectar más dinero en esta filial y buscar un nuevo socio industrial que ayude a relanzar el proyecto. Latem arrastra una deuda de unos 90 millones de euros, siendo la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) su principal acreedor con un crédito de 55 millones.

El conocido como el ‘rey del zinc’, Asturiana de Laminados (ASLA), que cotiza en BME Growth y tiene bonos en el MARF, ha reestructurado su deuda para asegurar su viabilidad y evitar el concurso. La banca, que estaba en contra, se ha llevado una quita del 85% de la deuda y un revés judicial con condena en costas.

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