Las aerolíneas cargan contra las tasas de Aena y advierten que afectarán aún más a los billetes

La sempiterna batalla por las tasas aeroportuarias volverá a dejar a los pasajeros como víctimas colaterales. Aena tiene previsto aprobar la mayor subida de la década en las tarifas que cobra a las aerolíneas, incrementándolas en un 6,5% por viajero para 2026. Varias fuentes del sector han criticado este aumento y advierten que termina siempre repercutiéndose en el precio de los billetes, para los que ya estaba previsto un encarecimiento por diversos motivos.

A partir de marzo de 2026, las aerolíneas pasarán de pagar 10,35 euros a 11,03 euros por cada pasajero, por lo que la nueva tarifa será 68 céntimos más cara. No es una cantidad exagerada, pero se suma a la presión al alza que ya iba a afectar a los billetes. Una de las razones es la necesidad de usar cada vez más combustibles verdes, que ahora mismo son entre cuatro y seis veces más caros que el queroseno tradicional. Desde este año, Bruselas obliga a que el 2% de los vuelos sean sostenibles, un porcentaje que aumentará progresivamente hasta alcanzar el 70% en 2050.

Volar también será más caro por el aumento de la demanda. El Consejo Internacional de Aeropuertos de Europa (ACI Europe) calcula que el tráfico aéreo crecerá un 7,9% en 2026 respecto a los niveles prepandemia, un incremento de pasajeros que coincide con las dificultades que tienen las compañías aéreas para elevar su oferta, principalmente por los retrasos en las entregas de nuevas aeronaves. Esto provocará que los asientos se vendan con más antelación, sin necesidad de rebajar precios para llenar los aviones.

En este contexto llegará la histórica subida de las tasas de Aena, que está participada en un 51% por el Estado y se embolsará más de 200 millones de euros adicionales para afrontar sus futuras inversiones. A falta de concretar sus planes para el quinquenio 2027-2031, el Gobierno ya le autorizó a aumentar en 351 millones las obras contempladas en el Documento de Regulación Aeroportuaria 2022-2026 (Dora II).

Las aerolíneas pasarán de pagar 10,35 euros a 11,03 euros por cada pasajero, por lo que la nueva tarifa será 68 céntimos más cara

En 2026 concluye la disposición transitoria que ha impedido por ley que Aena aplicase subidas entre 2015 y 2025. De hecho, durante esta década han bajado, a pesar de la subida del 4% que se aplicó en 2024 como un mecanismo excepcional para afrontar el aumento de los costes energéticos derivados de la invasión de Ucrania. El presidente de la compañía, Maurici Lucena, ya advirtió en una entrevista a Cinco Días su intención de atender el plan inversor por la vía tarifaria, "encontrando un punto de equilibrio razonable".

Aun así, diversas aerolíneas están molestas con la manera de proceder de Aena, que es quien decreta las tasas a través de una fórmula matemática compleja. Aunque previamente debe realizar un periodo de consultas con las compañías, que se sienten ninguneadas porque la decisión final está bastante alejada de los cálculos que ellas habían realizado y trasladado al gestor aeroportuario.

Se encomiendan a la CNMC

Es una queja recurrente y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ya les ha dado la razón en alguna ocasión, por lo que se encomiendan a lo que pueda decir el organismo regulador, que es quien toma la última decisión. Ya tumbó la subida del 0,54% que pretendió aplicar para 2025, alegando que la previsión de tráfico de Aena era "demasiado conservadora", mientras que un año antes ratificó sus cálculos al aprobar el incremento del 4,09% para 2024.

Lo cierto es que la subida de las tarifas aún no es oficial, aunque ya se haya filtrado a la prensa. Antes deben contar con la aprobación del Consejo de la propia Aena, que se pronunciará a finales de julio, como confirman desde el gestor aeroportuario. Este trámite se superará sin problemas y después será el turno de la CNMC, que tomará una decisión tras el verano. A preguntas de este periódico, el organismo regulador ha negado haber dado ya su visto bueno, como apuntan algunas informaciones.

Si la CNMC no les da la razón, hay compañías que no descartan acudir a los tribunales, de manera individual o bajo el paraguas de alguna patronal. De hecho, la batalla por las tasas aeroportuarias tiene un largo recorrido judicial, que hasta el momento se ha decantado siempre en favor de Aena. Hace dos meses, fue Ryanair quien vio cómo la Audiencia Nacional le desestimó dos recursos que interpuso por las tarifas decretadas para 2022, como adelantó El Confidencial.

Es una queja recurrente y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ya les ha dado la razón en alguna ocasión

Ryanair es, de hecho, la aerolínea más beligerante con esta cuestión. Principalmente en los aeropuertos regionales, donde renunció a 800.000 plazas para este verano al considerar que las "excesivas" tasas hacen que no les sea rentable volar allí. Y su intención es seguir reduciendo su actividad en las ciudades españolas más pequeñas, como vienen manifestando desde hace meses su consejero delegado, Michael O'Leary. Aunque, esta semana, durante un encuentro con periodistas en Dublín, se resistió a concretar cuáles serán los recortes que prepara para la temporada de invierno.