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La Armada ficha a McKinsey para pilotar su mayor reorganización interna en décadas
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La Armada ficha a McKinsey para pilotar su mayor reorganización interna en décadas

La consultora se impuso en una licitación de más de dos millones de euros en la que compitió con gigantes del sector como Indra, EY, Accenture y Deloitte. Sin embargo, McKinsey no partía desde cero

Foto: Logo de McKinsey & Company. (Reuters/Benoit Tessier)
Logo de McKinsey & Company. (Reuters/Benoit Tessier)
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La Armada está a punto de acometer el proceso de reorganización interna más ambicioso de las últimas décadas. Para pilotar esta transición, el Ministerio de Defensa ha contratado los servicios de la consultora estadounidense McKinsey por 2,1 millones de euros durante un año. El objetivo es poner en marcha el plan estratégico Armada 2050, una hoja de ruta con la que la institución aspira a modernizar su estructura y personal para los nuevos retos tecnológicos, operativos y humanos de la defensa nacional.

McKinsey no partía de cero. La consultora ya había asesorado previamente a la Marina de Guerra Española en la elaboración del documento Armada 2050, sobre el que ahora se articula el proyecto. Este medio no ha podido localizar esa primera adjudicación. En la presente oportunidad, la firma se impuso a otros referentes del sector, como Indra, EY-Rud Pedersen, Accenture y Deloitte, con la que fue considerada la "oferta más ventajosa para la Administración" (cuyo presupuesto base estimado para el contrato era de 2,8 millones).

El encargo a McKinsey va mucho más allá del asesoramiento puntual. La compañía deberá realizar un diagnóstico exhaustivo de la situación actual de la Armada, tanto a nivel organizativo como de gestión del recurso humano. Esto implica analizar tendencias globales, examinar otras fuerzas armadas y detectar las fortalezas y debilidades internas de la institución, que cuenta con más de 20.800 efectivos. Entre las tareas iniciales se incluyen entrevistas con militares de todo rango, encuestas, revisión documental y análisis comparativo.

"La Armada es, al fin y al cabo, como una multinacional, con una plantilla de más de 20.000 trabajadores y operaciones en medio mundo. Sin embargo, lleva gestionándose con muchos protocolos y procesos anticuados, heredados o superados. McKinsey viene a ayudar a impulsar esa reorganización para conseguir mayor eficiencia y mejores resultados", comenta una fuente de la industria que conoce la institución de cerca.

Foto: Massimo Giordano, Managing Partner de Europa de McKinsey & Company.

Una de las principales áreas de trabajo será el rediseño del modelo de gestión del talento en la Armada. Fuentes conocedoras del contrato señalan que McKinsey deberá proponer a la institución nuevas estructuras que favorezcan el liderazgo abierto, la descentralización del mando y una mayor eficiencia en la gestión de personas. Queda por ver si estos enfoques, que coinciden con las fórmulas de gestión que muchas empresas privadas intentan aplicar, logran transformar una institución con más de 300 años (oficiales) de antigüedad en una estructura ágil, moderna y resiliente.

"Una cosa es el plan y otra la aplicación", comenta un alto mando en la reserva. "Sé que hay un interés genuino del Ajema (almirante general Antonio Piñeiro, jefe de Estado Mayor de la Armada) y en el Ministerio (de Defensa) por modernizar muchos procesos que ya no sirven y además prepararse para el aumento del gasto. Pero las Fuerzas Armadas no son la organización más maleable. Va a ser un reto", agrega.

Coaching para marinos de guerra

Uno de los componentes centrales del contrato es la formación del personal interno que liderará este cambio. McKinsey será responsable de entrenar a mandos y responsables mediante talleres prácticos y sesiones formativas. Entre estas actividades también se incluye la prestación de coaching individualizado orientado a reforzar las habilidades directivas de los militares.

Otro eje central del contrato es la gestión del cambio cultural. La consultora norteamericana diseñará e implementará una estrategia de comunicación interna destinada a explicar el proceso de transformación, gestionar resistencias y fomentar la participación del personal en todos los niveles jerárquicos.

Foto: Caza F-35. (USAF)

Estos aires de renovación comenzaron ya en 2022, cuando la Armada licitó un contrato pionero para encargar un informe sobre su reputación y planificar una estrategia de comunicación para modernizar su imagen y contenidos. El encargo se lo adjudicó la consultora especializada en defensa Indie PR por unos 250.000 euros en 30 meses, que además de mapear nuevas audiencias y diseñar estrategias para diferentes canales, también se ha dedicado a la formación de portavoces y gestión de crisis.

"La Armada tiene un vínculo especial e histórico con la US Navy estadounidense, que ha trabajado mucho con McKinsey en temas de consultoría productiva, como el proceso de obtención de submarinos, o en temas de recursos humanos o transformación digital", comenta una fuente del sector no vinculada a la operación. "De hecho, McKinsey tiene mucha experiencia con varias fuerzas armadas occidentales, como las británicas o las australianas", agrega.

Fuentes conocedoras del encargo de McKinsey señalan que todo el trabajo se desarrollará bajo una estricta confidencialidad y, en su mayoría, desde el Cuartel General de la Armada en Madrid, aunque también se prevé que los consultores se desplacen a bases, arsenales y unidades operativas para trabajo de campo.

Armar a la Armada

La llegada de McKinsey a la Armada coincide con las prisas del Gobierno por poner el turbo al gasto militar. El presidente Pedro Sánchez presentó en abril un sucinto plan para justificar un aumento de más de 10.000 millones de euros en inversión en defensa y llegar al 2% comprometido con los aliados. España está entre los países que menos invierte en defensa de toda la OTAN y este esfuerzo adicional quedará desfasado la próxima semana, cuando los socios fijen un nuevo umbral mínimo de gasto (del 3,5% al 5%).

Analistas y expertos se mostraron escépticos con el llamado Plan para Desarrollo e Impulso de la Tecnología y la Industria de la Seguridad y la Defensa, que consideran estratégicamente difuso, económicamente insostenible y militarmente frágil. En contraste, el documento Armada 2050 sí mostraba unos objetivos ambiciosos, incluyendo un significativo incremento de los buques de guerra y unidades navales, pero sin especificar los medios para llevarlo a cabo. El plan contempla incorporar dos submarinos S-80+ evolucionados adicionales a los cuatro ya solicitados, dos fragatas F-110 más a las cinco ya pedidas y dos plataformas portaaeronaves LHD.

"El 2% ha llegado para quedarse, con vistas a superarse. Parece que la Armada está apostando a que esos fondos acabarán llegando, tanto en forma de más personal, como de más unidades y misiones", asegura el militar. "No hay mayor momento para una transformación que el que vamos a vivir".

La Armada está a punto de acometer el proceso de reorganización interna más ambicioso de las últimas décadas. Para pilotar esta transición, el Ministerio de Defensa ha contratado los servicios de la consultora estadounidense McKinsey por 2,1 millones de euros durante un año. El objetivo es poner en marcha el plan estratégico Armada 2050, una hoja de ruta con la que la institución aspira a modernizar su estructura y personal para los nuevos retos tecnológicos, operativos y humanos de la defensa nacional.

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