La UE debate cambiar las indemnizaciones por retrasos en los vuelos con la oposición de España

La Unión Europea (UE) se encuentra inmersa en un debate que toca a los derechos de los pasajeros. Los Estados miembros están sopesando si elevar, por encima de las 3 horas actuales, el tiempo de retraso de un vuelo que permite a los viajeros afectados exigir indemnizaciones a las aerolíneas. Sobre la mesa está situarlo en 5 horas, aunque en la última semana ha circulado una propuesta intermedia para intentar alcanzar un acuerdo. En cualquier caso, España se opone a efectuar ningún cambio.

Las negociaciones se están acelerando para intentar llegar con un consenso a la reunión que mantendrán los ministros de Transportes el próximo 5 de junio. Como España, otros países rechazan tajantemente ampliar a 5 horas el tiempo de retraso que da derecho a indemnizaciones y la Presidencia polaca del Consejo ha sugerido unos umbrales alternativos. Concretamente, de 4 horas para los vuelos de menos de 3.500 kilómetros y de 6 horas para los que superen esa distancia, según el texto al que ha tenido acceso El Confidencial.

Esa propuesta también fue denegada este miércoles en la reunión de embajadores representantes adjuntos de los Veintisiete ante la Unión Europea, encargado de preparar los puntos del día que debatirán los ministros de Transportes. Contó con la oposición tanto de países que siguen considerándolo excesiva como por los que insisten en las 5 horas. Aun así, la Presidencia polaca está convencida de que es el texto que debe salir adelante e intentará volver a empujarlo antes del encuentro de la próxima semana, como indican fuentes diplomáticas.

Otra de las modificaciones del reglamento 261/2004 —que recoge los derechos de los pasajeros aéreos— propuesta por Polonia es que los vuelos dentro de la UE ya no se clasificarán automáticamente como inferiores a 3.500 kilómetros, sino que se calculará la distancia real, con la excepción de los territorios franceses de ultramar. Es relevante no solo por el tiempo de retraso que permite recibir indemnización, sino también para fijar la cuantía de la misma. Los pasajeros afectados en trayectos que superen esa distancia percibirían hasta 500 euros y el resto obtendría 300 euros. Ahora mismo, esa horquilla se sitúa entre los 250 y los 600 euros.

Bustinduy: "Es inaceptable cualquier cambio y menos pasar de las 3 horas que dan derecho a reclamación actualmente a las 5 horas"

España parece que no aceptará ninguna modificación de la legislación actual. El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, uno de los políticos más beligerantes contra las aerolíneas, se mostró categórico: "Es inaceptable cualquier cambio y menos pasar de las 3 horas que dan derecho a reclamación actualmente a las 5 horas que están proponiendo". En su cuenta de X, remarcó que "lo hemos conseguido frenar, pero volverán a intentarlo la próxima semana".

No obstante, ninguno de los textos que están sobre la mesa incluye un umbral de 3 horas para la compensación. Por lo tanto, aunque haya detractores, los cambios que se están impulsando van en favor de las aerolíneas, ya que los pasajeros tendrán que llegar a su destino con más tiempo de demora para poder exigir su indemnización. Según los datos del reclamador Flightright, el 0,37% de los vuelos de la UE se retrasaron al menos 3 horas en 2024, mientras que el 0,12% llegó más de 5 horas tarde.

Los países que se oponen, tanto en un sentido como en el otro, a las modificaciones que plantea la presidencia de Polonia del Consejo tienen incentivos para mantenerse en el no, ya que la delegación polaca ya ha apuntado a que no hará un "informe de progreso" sobre el texto actual, de forma que la siguiente presidencia, que ostentará Dinamarca, no comenzará a trabajar sobre este texto que hay en estos momentos sobre la mesa, sino sobre el documento en el estado en el que se lo encontraron los diplomáticos polacos al inicio de su semestre.

Maleta de mano

En un segundo plano está el debate sobre el cobro por la maleta de mano, una cuestión que no se debatió en la reunión preparatoria de este miércoles, pero que también se aborda en el texto de los polacos. Recoge que "los pasajeros deben ser informados, de forma clara y accesible, sobre las dimensiones y el peso máximos del equipaje que pueden llevar en cabina". No estipula, por tanto, unos criterios unificados para toda la UE, aunque reconoce que existe "diversidad de políticas en las compañías aéreas" e insta a que "se evalúe la viabilidad de establecer normas mínimas uniformes".

Ese requerimiento ya lo expresó el Parlamento Europeo en septiembre de 2023, cuando instó a iniciar los trámites para prohibir que las aerolíneas cobren a los pasajeros por su maleta de mano. La petición se aprobó por mayoría, pero no era una decisión vinculante, sino que fue un primer movimiento para intentar impulsar a que se lance una legislación en este sentido. No obstante, atendiendo a la discusión que se está produciendo en estos momentos, parece que es un problema que las capitales dejan para más adelante.

En la propuesta de Polonia sí que se define "efectos personales" como una pieza de equipaje "con unas dimensiones máximas de 40x30x15 o con la condición de que quepa debajo del asiento delantero". Fuentes diplomáticas españolas se han mostrado críticas con este planteamiento porque "es menos de lo que se permite ahora", ya que esas medidas corresponden a una pequeña mochila para llevar un ordenador portátil o una botella de agua, utensilios que puedan ser necesarios durante el propio tiempo de vuelo.

Se define "efectos personales" como un equipaje "con unas dimensiones máximas de 40x30x15 o con la condición de que quepa debajo del asiento"

El Ministerio de Consumo español multó a cinco aerolíneas (Ryanair, Vueling, EasyJet, Volotea y Norwegian) con 179 millones de euros, precisamente por cobrar el equipaje de mano, la impresión de billetes en los aeropuertos y la reserva de asientos. No obstante, la Comisión Europea tiene abierto un proceso de petición de información —conocido como EU Pilot— para determinar la legalidad de esta sanción.

"Ya vivimos la ofensiva de las aerolíneas en España y ahora la estamos sufriendo en Europa", señaló en X el ministro Bustinduy, que aseguró estar "logrando una alianza de cada vez más países para impedirlo". En este sentido, dejó por escrito cuál es la posición que mantendrá España durante estas negociaciones: "No vamos a aceptar ningún tipo de rebaja en los derechos de los pasajeros". Es una postura que bloquea cualquier cambio, porque las decisiones en la UE se toman por unanimidad.