La nueva era de Donald Trump abre nuevos frentes a ACS, Ferrovial y Acciona en EEUU
La apuesta por los centros de datos, la defensa y las nuevas concesiones de autopistas han disparado el negocio en Estados Unidos. El único recorte llega del sector energético
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Estados Unidos es el principal mercado de las grandes constructoras españolas. Algo que no ha cambiado Donald Trump en su segunda etapa. El Grupo ACS, Ferrovial y Acciona cierran su primer trimestre con este mercado como gran motor de sus cuentas. La nueva era del presidente de Estados Nuevos ha creado nuevas vías de negocio más allá de sus fuentes de ingreso tradicionales. El negocio de los centros de datos, la defensa y las nuevas concesiones de infraestructuras cambian su plan en el país.
ACS es la empresa que mejor ha sabido aprovechar al nuevo Trump. La constructora de Florentino Pérez tiene en sus filiales estadounidenses, Turner y la recién fusionada Dragados-Flatiron, el gran motor de su negocio, en un país que ya supone el 58% de sus ingresos. La compañía ha logrado en este período que las ventas en el país aumenten un 36% con respecto al primer trimestre de 2024, hasta los 6.833 millones, y la cartera de contratos se dispare un 15% en Estados Unidos, hasta los 45.922 millones.
Turner sigue siendo una constructora al uso que genera el 41% con la edificación general, pero empieza a encontrar el crecimiento obras vinculadas con la salud, deportes y, sobre todo, los centros de datos. La filial estadounidense de ACS persigue "oportunidades en mercados de crecimiento de alta tecnología como centros de datos”, detalla la constructora de Florentino Pérez. La empresa americana ha conseguido mandato para centros de datos en 2024 por valor de más de 8.000 millones de euros.
Tener grandes filiales en el país le ha permitido a ACS capear mejor las políticas proteccionistas de Trump. Algo similar le ocurre a Ferrovial. La enseña local de la constructora de la familia Del Pino es Webber. Su filial estadounidense ha cerrado este primer trimestre con un leve repunte en su cartera de pedidos respecto al cierre de 2024 del 0,8%, hasta los 5.512 millones de euros, aunque sus ventas con respecto al primer trimestre de 2024 han repuntado un 16,5%, debido principalmente a las actividades de obra civil.
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Pero si algo le convierte en ‘estadounidense’ a Ferrovial son sus autopistas y que es la primera constructora europea cotizada en el Nasdaq de Nueva York. La firma española cuenta con una de las carteras de autopistas más potentes del país que se componen de cinco conexiones entre Texas, Carolina del Norte y Virginia, que han generado el 88% de esta rama de negocio de Ferrovial que se eleva hasta los 324 millones de euros.
Exprimir el auge de defensa
Este primer trimestre de Trump no sólo ha servido para afianzar el negocio de autopistas de la constructora de Del Pino y poner en marcha los centros de datos de Florentino Pérez. El auge del sector de defensa en Estados Unidos también es una oportunidad para ambos. El departamento de Defensa de Estados Unidos cuenta con ambas constructoras para levantar edificios militares por todo el país
La US Army ha elegido a Webber, Dragados-Flatiron y otras 33 empresas para este contrato de hasta 7.000 millones de dólares que ejecutará hasta 2033. Un contrato que es menor si se tiene en cuenta que el presupuesto para defensa de la Administración Trump para 2025 se eleva hasta los 900.000 millones de dólares, unos 100.000 millones más de lo que pretende gastar toda la Unión Europea.
Acciona cambia energía por autopistas
Acciona tiene menos dependencia por Estados Unidos que Ferrovial y ACS. La compañía de la familia Entrecanales cuenta con otros mercados con más peso en sus ventas y cartera de concesiones como es Australia. La compañía quería, principalmente, aprovechar la apuesta de este país por las energías renovables para expandirse su división energética. Pero los planes de Trump y, sobre todo su guerra arancelaria, le han dado un susto este trimestre.
“La incertidumbre y volatilidad generada por las políticas arancelarias implementadas por la administración Trump ha llevado a Acciona Energía a paralizar temporalmente los dos proyectos de baterías previstos para 2025 en Texas”, explicaba esta semana. “La compañía podría reconsiderar sus planes respecto a ambos proyectos en función de la evolución de las negociaciones arancelarias entre EE.UU. y China”, añadía.
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Un escenario que condiciona su plan de inversión global de 1.300 millones. Una revisión que se produce mientras Acciona Energía digiere los dos parques eólicos en Texas, Green Pastures, que compró por 185 millones antes de la toma de posesión Trump. No obstante, la compañía espera buenas noticias en el país en otras ramas de negocio. Acciona se adjudicó en agosto la construcción y concesión de la autopista SR-400 Express Lane de Atlanta, Georgia en Estados Unidos por 2.123 millones que cuyo cierre financiero se estima se producirá en el tercer trimestre de este año.
La compañía se apoya en su concesiones de ‘Managed Lanes’, carriles de pago para descongestionar el tráfico y la posible concesión de la autopista I-24 en Tennessee. Una cartera que le permite afrontar ese susto energético y arancelario que ha dado Trump en sus primeros tres meses de mandato.
Estados Unidos es el principal mercado de las grandes constructoras españolas. Algo que no ha cambiado Donald Trump en su segunda etapa. El Grupo ACS, Ferrovial y Acciona cierran su primer trimestre con este mercado como gran motor de sus cuentas. La nueva era del presidente de Estados Nuevos ha creado nuevas vías de negocio más allá de sus fuentes de ingreso tradicionales. El negocio de los centros de datos, la defensa y las nuevas concesiones de infraestructuras cambian su plan en el país.