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El punto ciego de Salvador Illa: ¿dónde están los empresarios del PSC?
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El punto ciego de Salvador Illa: ¿dónde están los empresarios del PSC?

El socialismo catalán acumula mucho poder institucional en Cataluña. Pero no tiene empresarios detrás que le respalden en sus operaciones. Un déficit que tendrá que solventar

Foto: Salvador Illa en la 40 Reunió Cercle d’Economia. (EFE)
Salvador Illa en la 40 Reunió Cercle d’Economia. (EFE)
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Hubo un tiempo en que el alcalde Pasqual Maragall contaba con una serie de empresarios de referencia cercanos al socialismo catalán. Eran empresarios, no directivos. Hombres que se jugaban su dinero. Eso ha desaparecido. En las jornadas del Cercle d'Economia, el presidente catalán, Salvador Illa, anunció que ya tenía suelo para hacer 21.289 viviendas de protección oficial. Pero el nuevo José Luis Núñez, que se hará rico con este proyecto, no se sentaba en las primeras filas del auditorio. Ni en las últimas. Porque no existe. La falta de empresarios cercanos al partido socialista catalán es uno de los puntos débiles del proyecto político de Illa.

Maragall tenía al presidente de la papelera Miquel y Costas, Jordi Mercader; al entonces consejero delegado de Cementos Molins, Joan Molins, al constructor, Rafael Sunyol. O personajes de ideología liberal pero muy cercanos a Maragall, como el empresario de publicidad Leopoldo Rodés o el presidente de la farmacéutica Ferrer Internacional, Carlos Ferrer Salat. O el presidente de Freixenet, Josep Lluís Bonet. Era una guardia de corps empresarial que en buena parte acompañó a Maragall en la aventura de los Juegos Olímpicos del 92. Todo aquel magma empresarial cristalizó en el proyecto Catalana d’Iniciatives, una sociedad de Capital Riesgo que lideró Francesc Raventós y que movilizó en su historia inversiones empresariales por valor de 700 millones.

Todo eso ha desaparecido. Se cambió por ejecutivos afines, pero no es lo mismo. Estos directivos han sido la punta de lanza del PSC en Madrid. Marc Murtra (Telefónica), Maurici Lucena (Aena) o Antoni Llargués (Enagás). O cargos políticos de puerta giratoria, que lo mismo sirven para presidir Hispasat o para ser ministros de Industria, como Jordi Hereu. Pero una cosa son los directivos y otra el empresariado que se juega su capital. Puede dar juego, como el caso de Isaías Pancho Taboas, que lo mismo preside Renfe que luego ocupa Infraestructures.cat, la empresa de obra pública de la Generalitat.

Ese músculo empresarial ya había desaparecido cuando José Montilla llegó a la presidencia de la Generalitat, recuerda un miembro de aquella guardia de corps de Maragall, ahora jubilado. “Entonces todos nosotros habíamos vivido el antifranquismo en la universidad y el contacto con la política era algo natural”, recuerda este empresario. Algunas de aquellas compañías quebraron, se vendieron o pasaron a manos de hijos que han preferido alejarse de la política catalana. Ni ha habido relevo, ni el PSC ha sabido construirlo en todos estos años.

La última gran operación

La última gran operación empresarial del socialismo catalán se hizo en 2009. Fue la compra de Spanair. La Generalitat invirtió entonces más de 200 millones de euros en la aerolínea hasta que esta quebró en enero de 2012. Pero como todo aquello de lo que en Cataluña no se siente orgulloso, todo el mundo hace ver en la Barcelona económica que aquello no pasó. Pero lo hizo. Y José Montilla, para su gran operación corporativa, tuvo que tirar mayoritariamente de empresarios de Femcat, que, tres años después, se apuntarían a la aventura independentista de Artur Mas.

Para empezar, la idea de comprar la aerolínea era del hotelero Joan Gaspart, una figura cercana al PP. En Volcat 2009, la sociedad que entró en el capital de Spanair con dinero privado, estaban Carles Sumarroca; Josep Mateu (RACC), Tatxo Benet (rama independentista de Mediapro), Jordi Bagó (Serhs), Rafael Soldevila (de la familia propietaria del Majestic), Joan Font (Bon Preu), Miquel Martí (Moventia), Carles Boixareu (Irestal) y Jordi Mestre (Grupo Expo). El PSC ya no tenía empresarios, así que tuvo que recurrir a los de otros partidos.

Montilla ya no tenía empresarios para entrar en Spanair y se recurrió a convergentes

Cuando ahora el Cercle le exige a Salvador Illa que recupere la sociovergencia para ganar centralidad política, como pasó este mes de mayo, se olvida, porque ya hemos dicho que nadie quiere recordar el desastre Spanair, de que la última gran operación de sociovergencia le costó a las arcas públicas de Cataluña 150 millones y otros 22 millones a las privadas, la mayoría con aval público. El fracaso de Spanair, por cierto, también llevó a la liquidación de Catalana d’Iniciatives.

Deberes para Illa

Una de las asignaturas pendientes de Illa es recuperar ese músculo empresarial. Estos días cundía la desazón en el PSC, con la inesperada salida de Ángel Simón de Criteria. Un revés que refleja que no es lo mismo tener el respaldo de directivos que el de empresarios.

Sin empresarios entre tus filas, es muy difícil afrontar grandes operaciones de poder económico, como armar un núcleo duro en el Banco Sabadell, como pretende Moncloa con el plan loco de la fusión con Abanca. Como el PSC no tenía empresarios, la Oficina Económica de Moncloa se fue a buscarlos a Venezuela. Si esta es la alternativa, parece más inteligente plegar velas y negociar un par de cargos catalanes en el consejo del BBVA antes de que sea demasiado tarde. Y que en el Palau de la Generalitat asuman que tienen un problema.

Hubo un tiempo en que el alcalde Pasqual Maragall contaba con una serie de empresarios de referencia cercanos al socialismo catalán. Eran empresarios, no directivos. Hombres que se jugaban su dinero. Eso ha desaparecido. En las jornadas del Cercle d'Economia, el presidente catalán, Salvador Illa, anunció que ya tenía suelo para hacer 21.289 viviendas de protección oficial. Pero el nuevo José Luis Núñez, que se hará rico con este proyecto, no se sentaba en las primeras filas del auditorio. Ni en las últimas. Porque no existe. La falta de empresarios cercanos al partido socialista catalán es uno de los puntos débiles del proyecto político de Illa.

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