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Industria local, ambición global: lecciones del gran desembarco turco en nuestra feria de defensa
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Industria local, ambición global: lecciones del gran desembarco turco en nuestra feria de defensa

Si uno de los indicadores de éxito de una feria comercial es la presencia de empresas y delegaciones extranjeras, esta edición de Feindef ha supuesto un salto de interés. Como muestra el gran desembarco de la industria militar turca

Foto: Maqueta del TAI Hürjet en la feria de defensa Feindef. (Sergio Beleña)
Maqueta del TAI Hürjet en la feria de defensa Feindef. (Sergio Beleña)
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Tras un largo desarrollo, los ambiciosos objetivos de la industria de defensa de Turquía están dando frutos, como demuestra la amplia gama de productos que han expuesto en la cuarta edición de la Feria Internacional de Defensa y Seguridad (Feindef), celebrada en Madrid esta semana. Este gran despliegue de las empresas militares turcas refleja los hitos logrados tras un recorrido difícil que nos permite extraer un buen puñado de lecciones para España.

Más allá del espacio (que este año han superado los 60.000 m²) o el número de expositores (más de 600), uno de los indicadores de éxito de una feria de defensa es la presencia de compañías y delegaciones extranjeras. Que en esta cuarta edición se haya contado con más de un centenar, muestra que el evento ya suena fuerte en el radar internacional (y todo lo que se ha avanzado desde esa lejana primera edición de 2019). Buena señal de ello ha sido el decidido desembarco turco, segundo país con más expositores, y la extensa cobertura en la prensa especializada del país euroasiático.

Una de las estrellas de Feindef 2025 ha sido la maqueta a escala 1:1 del avión de entrenamiento TAI Hürjet luciendo los colores del Ala 23 del Ejército del Aire y del Espacio, donde se imparte el curso de Caza y Ataque. España actualmente cuenta con entrenadores avanzados Northrop F-5 que están acercándose al final de su vida útil, habiendo pasado por una modernización en la que se llegaron a reemplazar elementos estructurales. El jefe del Estado Mayor del Aire voló en uno de los prototipos el pasado mes de febrero en Turquía (llevan volando desde 2023) y parece que cumpliría las expectativas de los militares.

Foto: El dron Akinci de Bayraktar. (Bayraktar)

Pero el punto más relevante fue el industrial. Airbus firmó el miércoles en Feindef un memorando de entendimiento con el fabricante del avión, Turkish Aerospace Industries (TAI), que abre la puerta a que el modelo sea adaptado a las necesidades españolas. Participan el gigante aeroespacial europeo junto a 15 empresas nacionales, desde grandes como Indra, GMV, ITP Aero, Grupo Oesía o Sener a otras más pequeñas, como Aciturri, Aertec, Airtificial, Amper, Centum, Cesa, Clue, Grabysur y Orbital.

"La firma de este MoU nos permitirá a Airtificial, y en general a la industria española, aprovechar sinergias y recursos compartidos, lo que resultará en beneficios significativos para todos. Este acuerdo marca un hito importante en nuestra misión de innovar y liderar en el sector de la defensa y de la aeronáutica mediante la colaboración entre empresas líderes en nuestros sectores", explicó el CEO de Airtificial, Guillermo Fernández de Peñaranda, a El Confidencial, cuya compañía es la única que ya trabaja en el avión turco fabricando los sticks de control de vuelo.

Cuestión de Estado

La gran expansión de la industria militar turca ha sido posible porque el Gobierno lo fijó como una cuestión de Estado. Es significativo que la Subsecretaría para las Industrias de Defensa (SSM) depende directamente de la oficina del presidente y no de los ministerios de Industria o Defensa. La planificación estatal queda establecida por planes plurianuales, el más reciente abarca de 2023 a 2027, que han marcado metas ambiciosas en el largo plazo. El resultado es que, a día de hoy, Turquía produce desde armas ligeras a aeronaves, pasando por blindados y buques. Sea de diseño totalmente local, diseño extranjero mejorado localmente o fabricado bajo licencia, la lista de productos de la industria militar turca es inabarcable.

Esto responde no solo a las necesidades impuestas por los conflictos internos y en sus fronteras, sino a los incentivos generados por los embargos internacionales. Así, la negativa de Estados Unidos a exportar drones armados de elevadas prestaciones a Ankara en 2012 empujó al país a desarrollar una industria propia. Y cuando Canadá estableció un veto a la exportación del sistema de cámaras Wescam MX-15 que empleaban los drones Bayraktar TB-2 (como respuesta a la intervención militar turca en la guerra civil de Siria), la industria nacional se vio obligada a acelerar el diseño de un modelo propio para sus clientes de exportación.

Foto: Cazabombarderos AV-8B Harrier II sobre el LHD Juan Carlos I en 2019. (Reuters/Ints Kalnins)

Hoy, el nuevo Bayraktar TB-3 va dotado del sistema Aselfir 500 desarrollado en Turquía por Aselan. Las controversias sobre el respeto a los Derechos Humanos y el delicado juego de equilibrios diplomáticos ha empujado a Turquía a ser autónoma. De este modo, es difícil encontrar un campo en el terreno de los proyectiles, misiles y cohetes donde no cuente con un producto de fabricación local.

Esto garantiza que polvorines y arsenales estén bien repletos sin depender de terceros. Como reflejo de la ambición turca, es capaz de producir cohetes de artillería, bombas planeadoras y hasta un misil balístico de corto alcance. Todo, productos de los que España no tiene equivalente.

Industria local, ambición global

El crecimiento y desarrollo de la industria militar turca refleja las prioridades establecidas por los sucesivos gobiernos del país en una evidente estrategia a largo plazo. Pero el dopaje vía presupuestos del Estado no sirve por sí mismo para explicar los éxitos de una industria que se ha abierto mercado en varios continentes, desde Sudamérica a Asia Central, desde el Sahel al Mar Báltico.

Una de las claves del éxito de la industria turca es que, presentando una gama amplísima de sistemas de armas, ha logrado éxito en un puñado de nichos de mercado donde se ha convertido en líder mundial. Podemos destacar los blindados 4x4 de tipo MRAP a prueba de minas, que se han nutrido de la experiencia real de las fuerzas armadas y de seguridad turcas en conflictos de baja intensidad dentro de sus propias fronteras.

La industria local comenzó blindando todoterrenos Land Rover y añadiendo carrocerías blindadas al chasis de camiones Unimog. Hoy ofrece una gama amplia de vehículos de diseño propio que hemos visto entrar participar en los conflictos del Sahel y que se han vendido de Ecuador a Bangladesh.

placeholder Dos soldados pasan por un estand de la Agencia de la Industria de Defensa de Turquía (SSB) en la Feria Internacional de Defensa y Seguridad de España. (Sergio Beleña)
Dos soldados pasan por un estand de la Agencia de la Industria de Defensa de Turquía (SSB) en la Feria Internacional de Defensa y Seguridad de España. (Sergio Beleña)

Otro nicho de mercado donde los productos turcos tienen un éxito comercial global es el caso de los drones armados. El más conocido es el Bayraktar TB2, que se convirtió en un fenómeno social en Ucrania poco tiempo después de la invasión rusa de febrero de 2022, con una célebre canción dedicada al aparato. Pero el modelo ha tenido sobre todo un amplio uso en el Sahel. La clave del TB2 es que, al contrario que sus equivalentes estadounidenses, es un aparato de precio contenido y cuenta con municiones guiadas de bajo costo que permiten al aparato largas patrullas en busca de fuerzas irregulares.

Las municiones guiadas de bajo costo permiten ataques de precisión contra los vehículos todoterreno de las fuerzas yihadistas en el Sahel sin que el proyectil supere en varios órdenes de magnitud el coste del material enemigo destruido. Este es el caso de los ataques de la aviación estadounidense contra objetivos en el Yemen.

La siguiente clave a considerar en el éxito de la industria militar turca es que en los planes del gobierno no han considerado únicamente desarrollar las tecnologías requeridas por sus fuerzas armadas, sino que se ha puesto un esfuerzo considerable en su comercialización.

Foto: El nuevo Leopard 2 A-RC 3.0. (KNDS)

Por mucho dinero que metieran en sus planes plurianuales, la industria turca no hubiera sido viable a largo plazo sin encontrar clientes extranjeros para lograr amortizar los costos de desarrollo. El afán exportador de Turquía ha explotado varios factores diplomáticos y geopolítico para abrir mercado.

En Asia Central ha aprovechado las afinidades culturales e históricas con los países de habla túrquica. En el Sahel, los representantes turcos han aprovechado la carencia de un pesado legado histórico del periodo colonial y han ofrecido productos de coste contenido. En Oriente Medio y el Sudeste Asiático, ha abierto mercado aprovechando las afinidades dentro del mundo musulmán. Y, en todos los casos, el marchamo de "tecnología de estándar OTAN" ha supuesto un sello de garantía.

Si no sé, aprendo

La importancia dada a la exportación de la tecnología militar la encontramos en que el pasado mes de febrero el gobierno turco anunció que junto a las agregadurías militares, presentes en sus embajadas por todo el mundo, establecería oficinas de promoción de su industria militar. Nuevamente, quedaba probado que la industria militar era una cuestión de Estado. Por último, cabe destacar el paso lento, pero sostenido, mantenido en las dos últimas décadas por la industria turca que no ha tenido nunca reparos en comprar tecnología foránea y buscar socios industriales.

La industria turca ha liderado la mayoría de veces sus propios proyectos, sin diluir su protagonismo en consorcios multinacionales, como habitualmente ha hecho en España. Esto ha supuesto que la industria turca haya avanzado lentamente en sus inicios y ha sufrido por los cuellos de botella establecidos por embargos y bloqueos a la exportación. Pero esto no ha supuesto más que un incentivo para buscar nuevos socios y desarrollar sus propios sistemas de armas de tecnología local.

Hay muchas lecciones para la industria de defensa de España, que ha visto a muchas de sus empresas privatizadas acabar en manos foráneas y ha participado en numerosos proyectos multinacionales europeos como socio minoritario (y por tanto secundario). El contexto actual de rearme europeo, con una elevación del gasto en material militar y de seguridad, abre una ventana para potenciar el tejido industrial nacional. Si nos lo tomamos como cuestión de Estado, con aliados tecnológicos e industriales internacionales y mucho foco en la exportación global, podemos hacer de este un ciclo virtuoso. Un camino en el que Turquía, sin duda, lleva ventaja.

Tras un largo desarrollo, los ambiciosos objetivos de la industria de defensa de Turquía están dando frutos, como demuestra la amplia gama de productos que han expuesto en la cuarta edición de la Feria Internacional de Defensa y Seguridad (Feindef), celebrada en Madrid esta semana. Este gran despliegue de las empresas militares turcas refleja los hitos logrados tras un recorrido difícil que nos permite extraer un buen puñado de lecciones para España.

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