Iván Redondo vs. dircom de la Moncloa: en la batalla entre Indra y Santa Bárbara hay miles de millones en juego
La estadounidense General Dynamics contrata a Iván Redondo, exgurú electoral de Sánchez, para evitar que Indra compre su filial española Santa Bárbara Sistemas. Indra también se arma para una batalla en la que se juega el multimillonario negocio
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Una imagen basta para resumir la batalla empresarial que va a generar un cambio tectónico en la industria de defensa española. Indra firmó el martes un acuerdo estratégico de cooperación en vehículos militares con el gigante alemán Rheinmetall. Y aunque estos documentos suelen ser declaraciones de intenciones más o menos vaporosas, detrás de este hay una clara ambición. Desbancar a la estadounidense General Dynamics en el negocio de los blindados militares en España y convertir a Indra (con la bendición del Gobierno) en el campeón de la defensa nacional.
"El acuerdo con Rheinmetall representa un paso significativo en la estrategia de Indra de formar alianzas y establecer colaboraciones para reforzar las capacidades de fabricación y digitalización de vehículos militares en España", explicó Ángel Escribano, presidente de Indra, en el acto para anunciar el memorando de entendimiento con el gigante de la defensa alemana durante la Feria Internacional de Defensa y Seguridad (Feindef).
Indra aspira a asumir la fabricación, modernización y mantenimiento de carros de combate y blindados para el Ejército español, una tarea que ha recaído históricamente en Santa Bárbara Sistemas, filial española de General Dynamics desde 2001. La cotizada española ha mostrado su interés en hacerse con la compañía. Pero desde la directiva de GDELS/Santa Bárbara el "no" ha sido —y sigue siendo— tajante.
"Ese acuerdo (Indra-Rheinmetall) es una declaración de guerra empresarial", comenta una fuente conocedora de las negociaciones. "Indra le está diciendo claramente (a GDELS/Santa Bárbara) que van a por su negocio, con ellos o sin ellos".
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Y la primera batalla será la del relato. Lo saben bien los bandos, que han reforzado sus filas para las hostilidades que se avecinan.
Exgurú vs exdircom
La filial de General Dynamics ha contratado los servicios de Iván Redondo, el defenestrado gurú electoral de Pedro Sánchez, para tratar de defender su posición. Tras su salida como jefe de Gabinete del presidente, Redondo formó una consultora (para la que fichó a Miguel Ángel Ballesteros Martín, exjefe del departamento de Seguridad Nacional del Gabinete de la Presidencia del Gobierno) con la que asesora a diversas empresas privadas.
"Redondo lleva ahora el diseño de la comunicación estratégica de Santa Bárbara con un retainer (contrato) de 30.000 euros al mes. Su misión no solo es impedir que Indra compre Santa Bárbara, sino evitar a toda costa y como sea que Indra se consolide como el referente de la industria de tierra en España", comenta una fuente conocedora del contrato. "Son miles de millones en juego", agrega.
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Indra también se prepara para lo que viene. En lo que va de año, la cotizada ha fichado al director jurídico, al director de comunicación y al director comercial de Santa Bárbara. Según informan fuentes conocedoras, ese trasvase de directivos se produce porque el equipo español de Santa Bárbara, "la Bárbara" como le conocen en el sector, apuestan por el éxito de Indra en su transición industrial.
La compañía ha coronado esta remodelación de sus comunicaciones con el fichaje de Carmen Pérez, hasta enero directora general del Departamento de Información Internacional de Presidencia del Gobierno, como nueva dircom del grupo. Con casi siete años de experiencia en Moncloa, y una dilatada carrera como periodista en Mediaset, Pérez será la encargada de darle forma al relato de la nueva Indra.
"No es una misión fácil. Indra ha asumido que tiene pocos años para convertirse en esa gran empresa tractora de defensa nacional, ya que no les gusta el término campeón. Lo llames como lo llames, eso inevitablemente va a generar tensiones en la industria. Van a tener que hilar fino", explica un industrial aliado de la compañía.
Sin tierra no hay campeón
Indra ya ha empezado a ganar volumen mediante compras. Para lanzar su división de espacio, la compañía controlada por la Sepi (con un 28%), adquirió al operador nacional de satélites civiles Hispasat (lo que le da además el control de casi el 50% de Hisdesat, que maneja los satélites militares) por 725 millones. El año anterior, se hizo con Deimos, firma especializada en integración de satélites y subsistemas críticos de vuelo, así como otras compañías menores. El CEO José Vicente de los Mozos aseguró en el evento Desafíos Defensa de El Confidencial el pasado mes de marzo en Córdoba que con estos movimientos corporativos, la compañía avanzaba en línea con los ambiciosos objetivos del plan estratégico de duplicar la facturación para 2030.
La compañía también ha dado algunos pasos en el dominio terrestre. Comenzó con la toma de control de Tess Defence en 2024 por 107 millones de euros. Este consorcio, en el que también participan GDELS/Santa Bárbara, EM&E y Sapa, tiene los contratos del polémico blindado Dragón 8x8, y del futuro VAC (vehículo de apoyo a cadenas), valorados en unos 4.000 millones de euros. Además, Indra firmó recientemente una alianza con la empresa turca Otokar para la producción de vehículos blindados (con un modelo expuesto en Feindef) y ha estado en conversaciones con potenciales socios surcoreanos y finlandeses.
También explora otras opciones más arriesgadas, como la compra de Iveco (en la que también están interesados Rheinmetall y Leonardo). Además, Indra también está valorando la posible fusión con EM&E (Escribano Mechanical & Engineering). Todo posibles soluciones a medio plazo. Pero la compañía necesita músculo industrial nacional y lo necesita rápido.
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El sueño de Ángel Escribano de comprar Santa Bárbara viene de lejos. Una posibilidad que ya valoraba cuando estaba al frente de su empresa familiar EM&E, que ahora dirige su hermano Javier. Ahora, desde la presidencia ejecutiva de Indra, considera que sus fábricas en Trubia (Asturias) y Alcalá de Guadaira (Sevilla) serían la primera piedra perfecta para su división especializada Indra Land Vehicles.
Pero no es lo único que le interesa al ejecutivo madrileño en la compra de Santa Bárbara. El presidente de Indra mantiene buena relación con los históricos de Santa Bárbara Sistemas, la rama española de General Dynamics European Land Systems (GDELS), a su vez división europea del gigante estadounidense General Dynamics. Los directivos de esta antigua empresa pública son el capital humano perfecto para elevar el juego terrestre de Indra sin el que no podrá ser campeón de la defensa.
Pero ese sueño no parece que esté cerca de cumplirse. El presidente de GDELS, Antonio Bueno, le trasladó personalmente a Escribano que la empresa no va a vender Santa Bárbara. Pero Indra no parece estar dispuesta a acepar la negativa y su presidente ha elevado el voltaje de la operación, llegando a acusar a General Dynamics en el Congreso de los Diputados de "dinamitar el tejido industrial" nacional y que alguno de sus vehículos de combate, como el Pizarro, son tecnología militar de los españoles.
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Una posición que rechazan en GDELS. El propio Bueno explicaba este martes en una columna en El Correo que ve a Indra como "un socio" con el que comparte accionariado en Tess Defence, fabricante del Dragón 8x8, y su disposición a forjar alianzas con compañías como SAPA o la propia EM&E, en un momento crítico para el futuro del sector. Eso sí, cada uno con un consejo de administración y cuenta de resultados independiente. "Indra no es nuestro competidor. No dispone de la suficiente tecnología ni los suficientes medios para serlo", dijo Bueno en una reciente visita a los trabajadores de la planta de Alcalá de Guadaíra (Sevilla), según publicó el diario La Nueva España.
Fuentes del sector aseguran que GDELS, cuya sede europea está en España, va a jugar sus cartas de socio histórico y confiable, de inversor en la industria nacional y el peso de la diplomacia militar.
"General Dynamics no quiere perder ninguna capacidad instalada, ni en España ni en ningún sitio. A los altos ejecutivos españoles de GDELS tampoco les conviene pasar a manos de Indra y la Casa Blanca va a presionar para que sus empresas no pierdan terreno ante el auge de la autonomía militar europea. Hay muchos elementos con los que Iván Redondo puede armar su estrategia. Eso si tiene interlocución con Moncloa para hacer valer sus argumentos, que no está tan claro", comenta un operador de la industria.
Un gigante alemán entra en escena
En este momento, entra el conglomerado militar alemán en escena. La alianza con Rheinmetall, que el año pasado superó los 10.000 millones de euros de facturación —más del doble que Indra—, puede abrir muchas puertas a la compañía española en su transición desde una firma tecnológica a una compañía con potente músculo industrial. Empezando por la multimillonaria modernización de los Leopardo 2E en dos fases.
Para la primera, y más urgente, ya hay 208 millones de euros aprobados en 2023. Pero en la siguiente fase, se acometerían actualizaciones de calado que llevarían estos carros de combate de nuevo a la élite global, con prestaciones similares a los Leopard 2A8 (de los que España también comprará varios ejemplares). Entre compras y modernizaciones, el presupuesto para renovar el poder blindado nacional podría superar los 3.000 millones de euros, según expertos del sector.
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Aunque el integrador principal del Leopard 2 es la alemana Krauss-Maffei Wegmann (KMW), Rheinmetall suministra varios de sus sistemas más críticos, desde el cañón principal Rh-120 L55A1, a la munición avanzada o el sistema de defensa activa Trophy APS (originalmente israelí, pero adaptado por Rheinmetall para integración en carros europeos). La compañía cuenta, además, con licencias para hacer modificaciones a la estructura física del vehículo acorde a las necesidades del cliente.
Es decir: si el memorando se concreta, Indra tendría vía despejada para meterse de lleno en el corazón del blindado de referencia español de la mano de un socio europeo que ya tiene las cadenas de suministro, el know-how, la proyección europea y presencia en España desde 2023, cuando formalizó la compra del fabricante de municiones Expal por unos 1.200 millones de euros. El camino pasaría entonces por ir construyendo y adquiriendo capacidad industrial, maquinaria y personal (en Asturias, aunque el sitio está por determinar). Más complicado y lento, reconocen desde la compañía, pero viable y con sus propias ventajas (fábricas modernas, sin pasivos laborales, cultura de empresa propia).
"Y cuando llegue el momento, ¿a quién va a preferir el Ministerio de Defensa español? ¿A su campeón de defensa aliado con un socio europeo de primer nivel o a una filial estadounidense en plena administración Trump?", se preguntaba retóricamente una fuente del sector.
Una imagen basta para resumir la batalla empresarial que va a generar un cambio tectónico en la industria de defensa española. Indra firmó el martes un acuerdo estratégico de cooperación en vehículos militares con el gigante alemán Rheinmetall. Y aunque estos documentos suelen ser declaraciones de intenciones más o menos vaporosas, detrás de este hay una clara ambición. Desbancar a la estadounidense General Dynamics en el negocio de los blindados militares en España y convertir a Indra (con la bendición del Gobierno) en el campeón de la defensa nacional.