Juego de tronos en Criteria Caixa: así cayó Ángel Simón y surgió un nuevo heredero

La repentina destitución de Ángel Simón como consejero delegado de Criteria Caixa por parte de Isidro Fainé supone un antes y un después en la lucha por el control de la Fundación Bancaria ‘la Caixa’. Han ganado la partida José María Coronas y Sergi Loughney, directivos próximos a Fainé e ideológicamente afines a la antigua Convergència, y Francisco Reynés, nuevo vicepresidente ejecutivo del 'holding' inversor y figura políticamente más próxima al Partido Popular.

El movimiento despeja algunas dudas sobre quién será el definitivo sucesor de Fainé y acerca posturas entre Génova y la rama moderada del nacionalismo catalán. Por otro lado, con la salida de Simón y el ascenso del presidente ejecutivo de Naturgy, se frena el deseo del Gobierno de Pedro Sánchez y del autonómico de Salvador Illa de escorar la institución bancaria hacia la izquierda, estrategia en la que Simón era figura clave. Y todo ello en un momento mollar para el futuro liderazgo de ‘la Caixa’, en el que, en los próximos doce meses, afrontará la renovación de la mayoría del patronato —incluido el cargo del presidente—.

Según indican distintas fuentes próximas a las conversaciones, Coronas, elegido en diciembre del pasado año director general de la Fundación Bancaria ‘la Caixa’, la matriz de todo el entramado empresarial, Loughney y Reynés —ambos miembros de un restringido comité de presidencia— se reunieron recientemente con Enrique Goñi, otro hombre de máxima confianza de Fainé.

Fue un encuentro en el que le expresaron sus diferencias con Simón y los presuntos movimientos de este por hacerse con el control absoluto de ‘la Caixa’. Una supuesta ambición que ya le costó el puesto anteriormente a directivos de su máxima confianza como Alejandro García-Bragado, Marcelino Armenter, Jaume Giró o Joan María Nin. Todos ellos también nombrados por Fainé, que, como Saturno, ha ido devorando a sus hijos por falta de confianza.

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Tras ese encuentro, Goñi comunicó a Fainé las desavenencias con el ejecutivo, al que el propio Fainé nombró consejero delegado de Criteria Caixa a finales de enero de 2024. En aquel momento, el 'holding' aseguró en una nota de prensa que "abrimos etapa y damos un nuevo impulso al proyecto, con el objetivo de asegurar los recursos económicos que precisará la Fundación para llevar a cabo su labor social". En apenas seis meses, Simón ordenó la toma de hasta el 10 % de Telefónica, por cerca de 2.000 millones; el 9,4 % de ACS, por 983 millones; el 17 % de Inmobiliaria Colonial, por 622 millones; y un 3 % de Puig, por 425 millones.

La fuerza de Simón era tal que fichó a varios ejecutivos de Agbar, su antigua casa, como Cyril Rodman, para hacer su propio equipo. Pero su influencia iba más allá incluso del cargo, como quedó demostrado el día de la destitución de José María Álvarez-Pallete como presidente de Telefónica. Fue, junto a Goñi, el enviado de Fainé a Moncloa para estar presente, en representación de Criteria Caixa, en la comunicación por parte del Gobierno de su cese como primer ejecutivo de la operadora de telecomunicaciones. Ningún otro accionista, como Saudi Telecom Company o BBVA, estuvo en un acto que puso de manifiesto el intervencionismo de Pedro Sánchez en las empresas cotizadas.

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Sin embargo, Coronas, Loughney —de perfil catalanista— y Reynés —también conservador, pero más próximo al PP—, no veían con buenos ojos el poder que Simón, muy vinculado al PSOE, iba adquiriendo. Hasta el punto de que, según otras fuentes, se hizo un seguimiento de su agenda profesional ante el temor de que estuviese maniobrando para colocar a personas vinculadas a la izquierda de cara a la próxima reunión del patronato de la fundación. Alguna cena con personas cercanas a Sánchez hizo saltar las alarmas.

Una sospecha y desavenencias que se pusieron negro sobre blanco en el comunicado forzado en pleno Miércoles Santo en el que Criteria dejaba en el aire la entrada en el capital de Celsa. Operación dirigida por Simón con el visto bueno de Moncloa, que debía autorizarla, y que había sido publicitada por el propio 'holding' dos semanas antes. Conocedor de esa reunión con Goñi, otras fuentes aseguran que Simón transmitió a Illa y al Gobierno de Sánchez que su cargo corría un peligro inminente y que su relevo sería Reynés.

El pasado mes de marzo, la Fundación Bancaria y Criteria comunicaron que sus sedes oficiales volvían a Cataluña siete años después de haberlas trasladado a Palma de Mallorca como respuesta a la declaración independentista del 1 de octubre de 2017. Una medida que seguía los pasos del Banco Sabadell y que fue interpretada como un gesto hacia la pacificación iniciada por Illa, tras ser nombrado presidente de la Generalitat, y que podría curar algunas de las heridas abiertas con Junts.

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El Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, que tiene la tutela de la Fundación, señaló que "es una muy buena noticia y una señal más del impacto positivo de la normalización de la situación política y económica en Cataluña". Un pronunciamiento en nombre del Gobierno de Pedro Sánchez, que necesita de Junts y de ERC para poder terminar su legislatura.