Colas para comprar comida preparada y bares llenos en medio del apagón en España

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La prioridad en los primeros momentos del apagón nacional de este lunes ha sido encontrar algo que echarse a la boca. La electricidad se ha ido en prácticamente toda España sobre las 12:30 horas y, ante la imposibilidad de utilizar un microondas, muchos trabajadores del centro de Madrid han dejado de lado su tupper. Para los que estaban en sus casas y todavía no habían preparado la comida ha habido dos opciones: disfrutar de una ensalada o salir fuera.

Así se explican las colas que se han formado en la capital para entrar a algunos supermercados. Ha recordado a la época del coronavirus, aunque en esta ocasión la sección con más afluencia ha sido la de comida preparada. Es lo que se ha observado en varios centros de El Corte Inglés, donde los platos estrella eran los que se podían comer en frío. También en el Alcampo del centro comercial Plaza Río 2, ubicado en Madrid Río, que rápidamente ha visto agotarse las bandejas de sushi. A las 15:30 horas ya no quedaba nada, ni ensaladilla ni otros productos que se pueden comer del tiempo, como las croquetas.

Las estanterías de algunos supermercados han quedado casi vacías. Entre los productos que primero se han acabado está el hielo, que se ha utilizado para tratar de mantener fría la comida guardada en los frigoríficos inoperativos de las casas. O las velas, como previsión por si el apagón se alarga durante la noche. También pilas, que han sido muy útiles para las linternas o para poder escuchar las viejas radios que llevaban años sin encenderse y que este lunes han servido para volver a informarse.

Tanto El Corte Inglés como algunas cadenas de supermercados han podido funcionar gracias a que contaban con grupos electrógenos, que generaban electricidad de manera independiente para mantener en funcionamiento las neveras y congeladores. Un gran alivio del que también han disfrutado Mercadona o Carrefour, que igualmente han podido seguir operando en sus establecimientos. Otros, en cambio, han tenido que echar el cierre, como ciertos establecimientos de DIA, Aldi o Caprabo.

No obstante, la normalidad en los supermercados que han seguido abiertos era relativa, porque algunos han tenido que bajar las persianas que cubren las estanterías refrigeradas, con el fin de mantener mejor la temperatura. En un Mercadona de Usera las colas eran largas y los clientes que deambulaban por los pasillos tenían que pedir la ayuda de algún dependiente para coger los productos fríos. "Hoy voy a hacer bien de sentadillas", comentaba una amable trabajadora a su compañero después de agacharse en numerosas ocasiones para abrir las persianas de las neveras.

En Ahorramás, que también ha tenido locales funcionando gracias a grupos electrógenos, el atractivo era el Wifi. La cadena madrileña ofrece conexión desde hace más de un año y en el exterior de sus establecimientos no solo había cola de personas que querían entrar a comprar, llegando a dejar vacías algunas estanterías al final del día, sino que además había aglomeraciones de personas que buscaban internet.

Bares llenos en medio del caos

Ante la imposibilidad de llevar a cabo sus labores sin electricidad, muchos trabajadores han abandonado su puesto antes de tiempo y han aprovechado para sentarse en la terraza de un bar. Más allá de comer, después de tres semanas de intensas lluvias, hay quien ha aprovechado para disfrutar de una cerveza al sol. Aunque no han sido muchos los locales abiertos, porque los lunes suele ser día de descanso tras abrir todo el fin de semana, las mesas estaban llenas. Incluso alguno que aún tiene la cocina de gas ha podido servir comida.

Las pequeñas tiendas de alimentación también han hecho negocio, vendiendo incluso cerveza del tiempo a jóvenes que han aprovechado para llenar los parques. Y, pese al apagón, ha habido bastante afluencia en las heladerías artesanas Palazzo, cuyo producto es muy sensible a los cortes de luz, por lo que cuenta con sistemas de generación independiente que les han permitido seguir activas. No así los grandes grupos de restauración, que han optado por bajar la persiana al no poder atender a su clientela.

Muchos trabajadores han abandonado su puesto antes de tiempo y han aprovechado para sentarse en la terraza de un bar

Igual que muchas tiendas de ropa. Dando un paseo por Gran Vía se ha podido ver a medio cerrar la persiana del icónico Primark. Y todas las tiendas de Inditex han hecho lo propio. Un portavoz de Mango ha señalado que ellos "han activado sus protocolos de contingencias para minimizar las afectaciones del apagón general y continuar las operaciones". Pero algunas de sus tiendas estaban al mediodía con la persiana bajada y el personal de seguridad en la puerta. De la misma manera que algunos establecimientos de Rolex y otras joyerías.

La actuación de los guardias de seguridad ha sido vital para mantener el orden. En el centro comercial Plaza Río 2, por ejemplo, se han ubicado en todos los accesos para guiar a todo aquel que quería pasar. Para ir al Alcampo se podía pasar, pero han denegado el acceso a la zona de restauración y de tiendas, que se encontraban cerradas.

El pago con tarjeta ha estado operativo. Al menos hasta que ha durado la batería de los terminales. Aunque, según ha informado la Agencia EFE, la falta de suministro eléctrico también ha provocado que algunos datáfonos se quedasen sin acceso a la red de comunicaciones. Por lo tanto, las tiendas han decidido cerrar para evitar cualquier problema.