Blackstone y EQT deciden si compran Urbaser por 5.300 M con gran tensión financiera
El fondo americano y el escandinavo tienen que resolver sus diferencias para certificar la adquisición del líder español de residuos urbanos en medio de la crisis económica mundial
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La venta de Urbaser, la mayor operación corporativa en España en casi cinco años, llega a su día definitivo, en medio de la crisis mundial provocada por la nueva política comercial de Estados Unidos. Blackstone y EQT, los dos fondos de capital riesgo que se impusieron en la subasta por la compañía española de tratamiento de residuos, tienen hasta hoy para confirmar la oferta vinculante presentada hace un mes, antes de que Donald Trump dinamitara los mercados de capitales, lo que ha dificultado cerrar la financiación de la operación.
Según fuentes próximas a la transacción, Platinum Equity Advisors, el dueño de la multinacional española con sede en Madrid, ha dado de plazo hasta este martes 22 de abril para que Blackstone y EQT presenten el cheque con los cerca de 5.300 millones que puso encima de la mesa en la subasta final. Una puja en la que la joint venture del fondo americano y del escandinavo se impuso a ADQ, un 'private equity' controlado por Abu Dabi. La sociedad emiratí, en un intento de última hora, amplió su propuesta inicial, la cual solo era por el 30% del capital de Urbaser, al 100% de la compañía, con una valoración próxima a los 5.000 millones.
No obstante, Platinum se decantó por Blackstone y EQT, al ofrecer unos 300 millones más que ADQ, con la obligación de refrendar la oferta en un mes. En este periodo, los dos private equity han negociado un préstamo de unos 3.000 millones de euros, con el fin de mejorar las condiciones que le habían otorgado Santander y Citi, asesores de la venta, a todos los pretendientes.
Sin embargo, en estas últimas semanas, JP Morgan, UBS y Morgan Stanley, los tres bancos asesores de Blackstone y EQT, han comprobado que levantar dinero para operaciones corporativas se ha encarecido entre 100 y 150 puntos básicos. Lo cual supone un coste extraordinario para una transacción de este calibre, la mayor desde la adquisición de MásMóvil por parte de KKR, Providence y Cinven en junio de 2020.
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Un mayor desembolso en intereses que, según otras fuentes, Blackstone y EQT quieren trasladar al precio de adquisición de Urbaser, reduciendo proporcionalmente el importe comprometido hace un mes con Platinum. Pero lo que, en realidad, más preocupa a los compradores es la ralentización de la economía a nivel mundial, que ya han planteado instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo cual tendría un impacto en el volumen de residuos que gestionaría, lo que finalmente se trasladaría a las ventas y al beneficio.
Las compañías comparables con Urbaser han aguantado con pocas oscilaciones el terremoto bursátil provocado por los mensajes incendiarios de Trump. Al ser concesiones municipales o estatales, protegidas además con cláusulas para aplicar la inflación anual, se trata de negocios menos expuestos a la volatilidad global. Pero fuentes próximas a la transacción admiten la preocupación de los comités de inversión de Blackstone y EQT, ya que "la mayoría de las operaciones corporativas se han suspendido o retrasado a nivel mundial". El propio Blackstone ha paralizado la Oferta Pública de Venta y Suscripción (OPS) de Cirsa, la compañía española de casinos, máquinas recreativas y apuestas.
Dividendo extraordinario
Uno de los directores generales de otro gran fondo mundial, con más de 50.000 millones bajo gestión, reconoce que "la decisión de nuestra casa es la de esperar hasta después del verano para ver cómo se estabiliza la situación. Ahora no se puede invertir porque es complicado saber el valor de los activos". Otras afirman que "puede pasar cualquier cosa" en el día de hoy, en referencia a la distinta visión de la operación de EQT frente a Blackstone. El fondo sueco, dueño en España de Idealista y de Parques Reunidos, ha puesto más condicionantes a Platinum en las últimas semanas por la incertidumbre mundial, según otras fuentes.
Ante este contexto, la alta dirección de Urbaser, liderada por Fernando Abril-Martorell ha seguido trabajando durante el último mes en la refinanciación de la deuda de la compañía. De hecho, los responsables del área corporativa han mantenido varias reuniones con las agencias de rating para emitir bonos por hasta cerca de 2.000 millones de euros para, en el caso de que la venta finalmente no se produjera, renovar los vencimientos del pasivo. Una opción que vendría acompañada del pago de un dividendo extraordinario de unos 1.000 millones en favor de Platinum y del equipo directivo, que en 2023 ya se repartieron 300 millones.
Inicialmente, el dueño de Urbaser tiene hasta 2027 para vender la compañía de residuos urbanos, que adquirió en 2021 por 3.500 millones. El vehículo a través del cual se hizo con el grupo español expira dentro de dos años, según fuentes próximas a la operación, por lo que, a pesar de contar con tiempo limitado para analizar la desinversión más adelante, su prioridad es traspasarla ahora para evitar futuros riesgos.
La venta de Urbaser, la mayor operación corporativa en España en casi cinco años, llega a su día definitivo, en medio de la crisis mundial provocada por la nueva política comercial de Estados Unidos. Blackstone y EQT, los dos fondos de capital riesgo que se impusieron en la subasta por la compañía española de tratamiento de residuos, tienen hasta hoy para confirmar la oferta vinculante presentada hace un mes, antes de que Donald Trump dinamitara los mercados de capitales, lo que ha dificultado cerrar la financiación de la operación.