EEUU da otro susto a Iberdrola, Naturgy y Acciona con un nuevo plan 'antirrenovables'
El estado de Texas debate una normativa que plantea retirar los incentivos fiscales, aumentar los trámites burocráticos y más exigencias ambientales a los proyectos 'verdes'
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Las energías renovables están en el foco en Estados Unidos desde que Donald Trump tomó posesión. Su plan de borrar el legado verde de Joe Biden está en marcha. Uno de los estados que más se transformó en la anterior etapa fue Texas, que dejó de ser la tierra del petróleo para convertirse la región de las placas y los aerogeneradores tras el anterior gobierno demócrata. Un proceso que aprovecharon Iberdrola, Naturgy, Acciona, Repsol o EDP. Pero el cambio de mentalidad ‘texano’ corre peligro.
La Cámara de Representantes de Texas tiene encima de la mesa el proyecto de ley SB 819, un plan para limitar la energía solar y eólica con nuevos permisos, tasas, más requisitos regulatorios y nuevos impuestos para estos proyectos. La ideóloga o incitadora de este proyecto es la senadora republicana Lois Kolkhorst. Su lucha parlamentaria pretende defender a los terratenientes texanos, la vida silvestre y el paisaje de la invasión de los proyectos renovables.
El proyecto de ley, en caso de aprobarse, sólo afectará a instalaciones de más de 10 megavatios (MW). Un nivel que superan con creces todos los proyectos de las energéticas españolas en el territorio. La filial de Iberdrola, Avangrid, ha puesto en marcha en Texas su planta fotovoltaica de True North, de 321 MW y suma un total de 1,6 gigavatios (GW) en seis proyectos. Repsol llega a los 2 GW en el estado con tres proyectos: Frye (637 MW), Outpost (629 MW) y Pinnington (825 MW).
También tiene presencia Naturgy en Texas, con el proyecto fotovoltaico Grime, de 210 MW. Acciona cuenta con los parques de Palmas Altas (144.9 MW) y La Chalupa (198 MW), este último es el más grande de Acciona en Norteamérica y, desde en abril de 2025, tiene conectada su mayor planta fotovoltaica en Texas, Red-Tailed Hawk de 458 MW.
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Greenalia, con 500 MW, o EDP, que tiene la sede de su filial en Houston, son otras de las empresas que están pendientes del futuro energético de la región. La parte positiva del plan de la senadora Kolkhorst es que solo afecta a los proyectos que se conecten después de la entrada en vigor de la ley que, si logra pasar la multitud de trámites pertinentes, podría estar en marcha en septiembre de este año.
Es decir, solo afectaría a nuevos proyectos. Empresas como Naturgy o Acciona cuentan con proyectos que ya están maduros en Texas y no tienen entre sus planes aumentar su cartera con nuevos desarrollos en territorio 'texano'.
La tierra prometida de las renovables
Las previsiones apuntan que Texas será la región de Estados Unidos que más crezca en proyectos solares en los próximos cinco años, con permisos para construir 41 GW, según la patronal nacional SEIA, de los 224 GW que tiene actualmente todo Estados Unidos. La ley SB 819 pretende frenar este crecimiento. Se espera que este proyecto de ley ralentice el desarrollo de Texas, aumente las facturas, perjudique las economías rurales, empeore la estabilidad de la red eléctrica y vulnere los derechos de propiedad privada. O eso denuncian sus detractores, que ya ha activado sus armas de ‘lobby’ para frenar la iniciativa.
La ley se someterá a votación en la Cámara de Representantes de Texas. De aprobarse, se enviará al gobernador Greg Abbott para su firma. Lois Kolkhorst cuenta con el respaldo de movimientos conservadores como ‘Stewards of Texas’, organización dedicada a salvaguardar el legado ecológico y cultural del estado. Además, la senadora está inmersa en una campaña para lograr el respaldo necesario entre los republicanos. Y, en tiempos de Trump, existe un gran caladero de compañeros que quieren más petróleo y menos tecnologías verdes.
Las energías renovables están en el foco en Estados Unidos desde que Donald Trump tomó posesión. Su plan de borrar el legado verde de Joe Biden está en marcha. Uno de los estados que más se transformó en la anterior etapa fue Texas, que dejó de ser la tierra del petróleo para convertirse la región de las placas y los aerogeneradores tras el anterior gobierno demócrata. Un proceso que aprovecharon Iberdrola, Naturgy, Acciona, Repsol o EDP. Pero el cambio de mentalidad ‘texano’ corre peligro.