No sólo Venezuela: el 'drill, baby, drill' de Trump hace temblar a Repsol y sus socios
Un barril por debajo de los 70 dólares es un castigo para productores de petróleo como Repsol, que sólo en abril con la batalla de aranceles ha perdido un 22% de su valor bursátil
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"El precio del petróleo llegará, en nuestro peor escenario, a 40 dólares el barril en el largo plazo", avisaban esta semana los analistas de Barclays. Un drama para empresas como Repsol, Eni o Shell. El ‘plan de Donald Trump’ ha provocado un shock en el mercado por sus ganas de perforar todos los pozos estadounidenses, acuñado bajo ese ‘drill, baby, drill’, ha alterado los planes de productores como Arabia Saudí o Rusia y ha desatado el caos en las previsiones de demanda por la guerra arancelaria del propio presidente de Estados Unidos.
Con este panorama, la exploración y producción, el negocio que todavía sigue dando de comer realmente la cuenta de resultados de las petroleras, está en alerta. El barril de Brent, la referencia europea, se sitúa en los 64 dólares con un West Texas, la americana, en 60 dólares el barril. Ambos acumulan caídas del 29% en 2025 por este escenario y las previsiones para el corto plazo no son mejores.
“Existen varios factores que afectarán a los volúmenes reales de producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en el segundo trimestre”, detallan los analistas de Platts (S&P Global Commodity Insights). “Están los riesgos de oferta y demanda asociados a las tensiones comerciales globales y los posibles cambios en las sanciones que afectan la producción de Rusia, Irán y Venezuela”, añaden.
Un barril por debajo de los 70 dólares es un castigo para productores de petróleo como Repsol, que sólo en abril con la batalla de aranceles ha perdido un 22% de su valor bursátil. Los analistas de Barclays son optimismas y aseguran que las acciones de Repsol volarían en el largo plazo por encima de los 28 euros, cerca de un 200% de los 9,5 euros con los que cerró este viernes, si el barril supera de nuevo esa barrera de los 70 dólares. Ahora, con su escenario más pesimista de 40 dólares el barril, sus acciones no volverán a tocar los 10 euros.
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Cerrar el grifo ante Trump
Una diferencia que depende de lo que diga y firme Donald Trump. Estados Unidos, que no forma parte de la OPEP, quiere aumentar, aún más, su producción mientras asfixia, aún más, la demanda. La OPEP, liderada por Arabia Saudí, donde EEUU se reúne con Rusia para sellar la paz en Ucrania, busca vías para recuperar el precio de sus reservas con recortes de producción para compensar el exceso de oferta que se lleva viviendo desde enero de 2024.
“Se espera que los productores presenten sus planes de reducción de producción antes del 15 de abril”, explican los analistas de Platts. “Los participantes voluntarios en los recortes se reunirán mensualmente para revisar las condiciones del mercado, el cumplimiento normativo y la compensación. La próxima reunión tendrá lugar el 5 de mayo para decidir los niveles de producción de junio”, detallan. Unos cónclaves petroleros que tienen en vilo a Repsol, Eni, Shell o la estadounidense Chevron que sufren con los ‘latigazos’ de la Casa Blanca al mercado.
Refinar y navegar en Venezuela
La batalla de productores afecta a ese negocio ‘primario', conocido como ‘upstream’, que consiste en explorar y producir petróleo. Pero su negocio 'secundario', industrial o ‘downstream’, que refina petróleo para lograr carburantes o asfaltos, es la otra vía de negocio potente que queda tocada en estos tiempos. Los analistas del banco canadiense RBC destacan que petroleras como Exxon o la propia Repsol sufren los problemas del ‘fin de una era’ del refino.
“La lenta evolución de la demanda de productos petrolíferos presiona los márgenes de refino y, a pesar del reciente avance, las perspectivas siguen siendo inciertas en el corto plazo y marcan el fin de un período extraordinario de varios años para las ganancias ‘downstream’ de Repsol”, explican los analistas de RBC. Para estos expertos del mercado, la gran petrolera española es la más expuesta al negocio del refino frente a rivales como Chevron o Exxon y un entorno de recesión provoca una asfixia de los márgenes de refino.
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El tercer y último golpe de Trump al negocio petrolero es Venezuela. Y, de nuevo, los analistas ven que Repsol tiene que tener más cuidado que sus pares. UBS apunta que la exigencia de Estados Unidos de abandonar la actividad en el país tiene un impacto más significativo para Repsol que para la italiana Eni. “Repsol produce un 12% del total en el país”, detallan. “Mientras que para Eni supone un 4% del total”, puntualizan.
El mercado espera noticias positivas en las próximas semanas sobre la crisis venezolana. Eni y Repsol van de la mano en su producción de gas que cobran con barriles de petróleo venezolano y ambos buscan de forma conjunta una solución para este castigo de Trump. Las próximas semanas serán claves para saber si el sector petrolero puede tapar todas las grietas que ha abierto el nuevo presidente de Estados Unidos.
"El precio del petróleo llegará, en nuestro peor escenario, a 40 dólares el barril en el largo plazo", avisaban esta semana los analistas de Barclays. Un drama para empresas como Repsol, Eni o Shell. El ‘plan de Donald Trump’ ha provocado un shock en el mercado por sus ganas de perforar todos los pozos estadounidenses, acuñado bajo ese ‘drill, baby, drill’, ha alterado los planes de productores como Arabia Saudí o Rusia y ha desatado el caos en las previsiones de demanda por la guerra arancelaria del propio presidente de Estados Unidos.