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El negocio que está acabando con el bazar chino usando su propia medicina
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"No tienen los mismos costes que nosotros"

El negocio que está acabando con el bazar chino usando su propia medicina

La explosión de las webs de comercio rápido amenaza a los últimos reyes del barrio. Sus precios de derribo y la optimización de los tiempos de entrega golpea de lleno a unas tiendas cuyos costes se han disparado

Foto: Foto: EFE/Luis Millán.
Foto: EFE/Luis Millán.

Jian Li contesta a los mensajes tan rápido que parece que una IA llevase su WhatsApp. Pero nada de eso, una voz humana salta a las respuestas desde el primer momento. "Todo ha subido muchísimo para bazares como el nuestro, por eso mucha gente se ha pasado ya a comprar directamente por internet, pero nos defendemos", cuenta él mismo en un escueto audio. Su veloz respuesta es el mejor ejemplo de que no tira la toalla. En los últimos años, esta vía de comunicación, unida a su tirón en redes sociales, se ha convertido en una de sus grandes bazas para resistir ante los gigantes que amenazan su negocio: el boom de los nuevos dioses del comercio electrónico chino.

Este joven onubense es uno de los miles de españoles de origen chino que regentan un bazar de barrio y que ven ahora cómo su hegemonía se tambalea. Tras años de crecimiento de estos negocios por las calles de toda España, algo ha empezado a cambiar por un nuevo actor que viene justamente de su propio país. Las plataformas de comercio electrónico rápido les están asestando un golpe difícil de asimilar. Temu o Shein venden sus mismos productos en tiempos muy acortados y ofrecen más variedad. Pero, sobre todo, es que no pueden competir con ellos en precios.

"Mantener una tienda física en España es difícil y más con modelos como el nuestro. Piensa que tienes que pagar el alquiler, los costes de los empleados, los sueldos y luego toda la logística. Y tampoco tú puedes subir mucho los precios porque entonces la gente no viene. Las webs de China no tienen muchos de estos costes y van directamente al fabricante", cuenta Li. "Nosotros resistimos con las ventas por internet y no nos va nada mal, pues nos hemos posicionado muy bien en redes y eso ayuda. Pero claro, no todo el mundo tiene la misma situación, es normal que algunos dueños se piensen el cerrar o cambiar de sector", añade.

Los colegas de este tendero viven un nuevo paradigma. Cuando hace unas décadas sus comercios empezaron a aparecer como setas en España, su poder para traer miles de productos a precios bajísimos acabó con los clásicos 'Todo a 100'. Ahora, son ellos los que ven cómo un nuevo rival que usa sus mismas armas les hace lo mismo. ¿Qué ha cambiado para que se haya llegado a esto? Sobre todo, la capacidad de sitios como Temu para vender lo mismo que se podía encontrar en plataformas chinas hace años, pero a una velocidad de entrega nunca vista.

Mientras hace unos años sitios como AliExpress jugaban con tiempos de entrega cercanos a un mes, Temu o Shein (también la propia AliExpress) ya dan plazos de menos de una semana y todo con productos que, en comparación, pueden costar la mitad que en un bazar tradicional. Eso, sin hablar de las promociones continuas que ofrecen los gigantes para abaratar los envíos y que no te importe esperar un poco más para alguno de sus lotes. Incluso Amazon ha creado su propia web al estilo de estas compañías al ver su pujanza.

Estas empresas, que han optimizado los envíos gracias a almacenes locales y cargamentos por avión que amenazan con colapsar el sector, son un desafío para estos bazares, pero no solo para ellos. Según datos de ECDB, Shein tenía en abril de 2024 el 11% de la cuota de mercado de moda online en España, quedando como líder muy por encima de Zara que bajaba hasta el 6%. Su impacto es tal que se pone como una de las razones clave para la salida casi completa de H&M del país y su caída a nivel internacional. En el caso de Temu, nuestro país es ya el quinto mercado de Europa en el que más vende, con más de 9,4 millones de destinatarios al mes, según datos de su matriz PDD Holdings.

Los bazares son el último eslabón de la cadena y aunque también se ha empezado a hablar de su gran crisis, con cierres e incluso salida de población china de España, la realidad es que están intentando resistir. Según datos del INE, en enero de 2024 la comunidad de personas nacidas en China que viven en España contaba con unas 6.000 personas más que en enero de 2023. El dato se suma a un crecimiento continuado que solo tuvo pequeñas caídas en 2014 y en 2022, coincidiendo con el covid.

El saldo positivo también se defiende desde la parte de los empresarios. Ellos insisten en que no hay cierres generalizados ni movimientos bruscos en sus negocios. Solo están viendo cómo afrontar un nuevo reto e ideando soluciones para competir con su nuevo rival en un entorno más complejo que el que había años atrás.

La 'gourmetización' del bazar

Mike Guo es uno de esos empresarios que pelean contra el último boom online. Pero en su caso, lejos de cerrar tiendas, no para de abrirlas. Es el gerente de Midia, una suerte de cadena de grandes bazares mejor iluminados y ordenados que nació en Valencia y ya cuenta con 18 establecimientos. "Y estamos en proceso de abrir otros tres, no nos va nada mal", cuenta en conversación con El Confidencial. Su truco pasa, asegura, por darle un valor extra a lo que venden. "Tienes que convencer más al cliente, entonces damos un valor extra, mejor colocación, mayor sensación de fiabilidad y calidad... Sigues dependiendo mucho de cualquier subida de precios, pero si ofreces más calidad y productos llamativos puedes jugar algo más con eso", señala.

Guo, que se queja como el resto de la subida de los costes, entiende que haya dudas sobre la viabilidad de estas tiendas, pero es mucho menos alarmista. "Si tienes una tienda pequeñita con gestión familiar puedes seguir funcionando sin muchos problemas, no creo que cierren muchas de ese tipo", comenta. "Otra cosa son las grandes cadenas. Por ejemplo del tipo Tedi o Pepco. Esas lo están pasando peor porque centraron todo en productos lowcost, pero sus costes son muy altos y cuesta ser tan competitivo como las webs que están saliendo. Es más, yo creo que esas marcas acabarán cerrando espacios y revisando el negocio", añade.

Según su análisis, hay tres puntos clave en la tormenta que cae sobre el sector. El primero es la inflación que ha obligado, entre otras cosas, a una subida de sueldos, dice, del 15%, eso lleva a tocar los precios, pero estos no se pueden subir mucho porque los márgenes son mínimos y el cliente es muy sensible a las subidas y por último pone el asunto de las webs. Al ver que el precio sube en su comercio cercano, el cliente acude a internet y lo adquiere más barato, aunque tenga que esperar para recibirlo. En empresas que viven del volumen, la situación se vuelve muy compleja.

De ahí que haya iniciativas como las de Guo que apuesten por cambiar la imagen de los bazares y otras, que también menciona gente de la comunidad china que pasan directamente por dejar el sector e irse a otros como el de la hostelería. "La gente se acabará adaptando, al final son cambios que da el mercado y siempre hay oportunidades". Algo más bromista es Jian Li. "Si esto de las ventas se nos acaba, pues echamos el cierre y nos volvemos todos para China".

Jian Li contesta a los mensajes tan rápido que parece que una IA llevase su WhatsApp. Pero nada de eso, una voz humana salta a las respuestas desde el primer momento. "Todo ha subido muchísimo para bazares como el nuestro, por eso mucha gente se ha pasado ya a comprar directamente por internet, pero nos defendemos", cuenta él mismo en un escueto audio. Su veloz respuesta es el mejor ejemplo de que no tira la toalla. En los últimos años, esta vía de comunicación, unida a su tirón en redes sociales, se ha convertido en una de sus grandes bazas para resistir ante los gigantes que amenazan su negocio: el boom de los nuevos dioses del comercio electrónico chino.

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