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La exclusión de bolsa de Catalana Occidente, una oportunidad de oro para los Serra
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La exclusión de bolsa de Catalana Occidente, una oportunidad de oro para los Serra

Comprarse, recomprarse. Quedarse algo que ya tienes. El resultado es que a veces las mejores ocasiones son las que están más cerca. Lo díficil es verlas. Y los Serra lo han hecho

Foto: Josep Maria (padre) y Hugo Serra (hijo). (Catalana Occidente)
Josep Maria (padre) y Hugo Serra (hijo). (Catalana Occidente)
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La familia Serra, fundadores de la aseguradora Grupo Catalana Occidente, siempre ha valorado más la discreción que el dinero. Bueno, casi tanto como el dinero. Pero huir de la primera línea mediática siempre ha sido un factor apreciado por la saga. Ahora se marchan de la bolsa. Lanzan una OPA para sacar Occidente de los focos públicos de las empresas cotizadas, una operación que resultará muy lucrativa para la familia. En términos de economía catalana, se trata de un paso atrás, un regreso a las viejas tradiciones de la burguesía catalana. Pero como operación económica, tiene toda la lógica.

La familia Serra lanza, a través de Inocsa, una oferta para hacerse con el 38% que no controla del grupo asegurador a un precio de 50 euros por acción. La prima es del 18%. El negocio es fantástico porque la compañía tiene una caja de 1.800 millones. Algunos analistas apuntan a que su valor podría ser mucho mayor, incluso lo cifran en 54 euros por acción o más. Pero hay poco margen para seguir en la compañía, que además paga un dividendo relativamente bajo.

Hablando en clave familiar, es la primera gran operación de Hugo Serra como consejero delegado de Catalana Occidente. Hugo es el hijo de Josep Maria Serra, el arquitecto de un grupo asegurador que roza los 6.000 millones en primas y ganó 688 millones de euros el año pasado. Portavoces de la compañía han declinado hacer declaraciones. En términos de familia, no solo es una operación de los Serra, los tiburones; sino también de sus históricos socios minoritarios, los Juncadella, la rémora; que controlan el 8% de la compañía, que también están en el capital de Inocsa y que no van a acudir con sus títulos a la oferta, según apuntan fuentes del sector asegurador.

Los Serra, en el fondo, siguen la senda de los Grifols, solo que los dueños de la farmacéutica han llegado a la conclusión desde el fracaso, mientras que la familia Serra lo ha deducido desde el éxito: estar en bolsa no vale la pena si eres lo bastante rico para no necesitar dinero del mercado, los costes regulatorios de cotizar no sirven para compensar los beneficios cuando los inversores no acaban de valorar la compañía en lo que en realidad vale.

Foto: Teresa Ribera con el 'conseller' de Acció Climàtica David Mascort esta semana en Barcelona. (EFE/Andreu Dalmau)

La evolución de la OPA dependerá de cómo respondan los minoritarios. Como la rentabilidad del dividendo es baja (2,48%), es previsible que acudan.

Posible evolución

A partir del lanzamiento de la OPA pueden pasar dos cosas. La primera, que Inocsa supere el 90% del capital y el 90% de los que no son Inocsa. Eso supone el 90% del 37,95% que no controlan los Serra y los Juncadella. Si estos minoritarios aceptan la oferta, se produce derecho de arrastre (squeeze out) y todos los accionistas de GCO deben vender.

Foto: Destrozos en la Bolsa de Barcelona en una manifestación por Pablo Hasel. (EFE)

También podría pasar que Inocsa supere el 75% marcado como límite en el lanzamiento de la OPA. Entonces pone en marcha, a criterio de Inocsa, la cual ya ha manifestado su intención de que así sea en el anuncio de la oferta. Ese es el mecanismo para promover la exclusión de GCO. Durante un plazo de como mínimo un mes, Inocsa mantendría entonces una orden sostenida de compra en bolsa de las acciones a 50 euros (el mismo precio de la OPA) a todos aquellos accionistas que quieran vender. No puede subir el precio ni bajarlo. Al final del periodo también se excluye la acción de bolsa.

Macro y micro

En términos de economía catalana, es muy mala noticia que una empresa de esa relevancia deje el mercado de valores. Desde el punto de negocio se entiende la oportunidad.

Los Serra se gastarán en lanzar la OPA 2.277 millones para tener el 100% de una empresa que a cotización de hoy vale casi 5.900 millones y que valdrá 6.000 cuando el precio por acción alcance los 50 euros. La familia piensa, como los analistas, que la compañía está infravalorada. Ganando poco, ganarán 500 millones.

Es lógico que los Serra amarren la oportunidad y triste que Catalana salga de bolsa

Los principales minoritarios que tienen la llave para que la operación prospere son Fidelity, con un 3%; Dimensional Funds, con un 1,22%; el Banco Santander, con el 0,88% y Janus Henderson, con el 0,62%. Algo más del 5% en manos de fondos institucionales que presumiblemente aceptarán la oferta y que tendrán un fuerte tirón en el resto de los minoritarios.

Deja el parqué una empresa que cotizaba desde hacía 147 años. En ese sentido, en términos de una visión amplia, no se trata de una buena noticia. Europastry no puede cotizar y Catalana Occidente, que sí pudo, se baja del caballo tras casi siglo y medio y un cambio generacional. Malos tiempos para los pequeños ahorradores.

La familia Serra, fundadores de la aseguradora Grupo Catalana Occidente, siempre ha valorado más la discreción que el dinero. Bueno, casi tanto como el dinero. Pero huir de la primera línea mediática siempre ha sido un factor apreciado por la saga. Ahora se marchan de la bolsa. Lanzan una OPA para sacar Occidente de los focos públicos de las empresas cotizadas, una operación que resultará muy lucrativa para la familia. En términos de economía catalana, se trata de un paso atrás, un regreso a las viejas tradiciones de la burguesía catalana. Pero como operación económica, tiene toda la lógica.

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