¿Afectan los aranceles a la cesta de la compra? El aceite se abarató en la guerra comercial de 2019

Donald Trump ha decretado un arancel general del 20% para los productos de la Unión Europea. En España, esas tasas afectarán en mayor medida al aceite de oliva y al vino, los dos sectores agroalimentarios nacionales que más exportan a EEUU. El propio presidente americano ha reconocido que esta decisión provocará "algo de dolor" a los consumidores estadounidenses, que verán como se encarece su cesta de la compra. Pero, ¿qué sucederá en los supermercados españoles?

La experiencia dice que bajará el precio del aceite de oliva. Al encarecerse el producto en EEUU, lo normal es que disminuya la demanda y se produzca un exceso de oferta que las empresas intentarán vender en otros mercados, siendo el territorio nacional donde encuentran más facilidad para darle salida. Es lo que sucedió durante la guerra comercial que también inició Trump durante su primera legislatura, cuando en octubre de 2019 dictaminó aranceles a algunos productos europeos.

El profesor del Departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad en Esade, Omar Rachedi, considera que esta vez volverá a suceder lo mismo: "Las empresas van a intentar dirigir parte de su oferta a España con precios más contenidos". En conversación con El Confidencial, explica que, en lugar de congelar el importe que cobran a los consumidores de EEUU para que estos no sufran los aranceles, van a preferir colocar sus productos en nuestro país, aunque tengan que reducir ligeramente los precios, porque así retendrán una mayor parte de sus márgenes.

El economista Santiago Niño Becerra también cree que pueden bajar los precios. Se basa en que, si los sectores agroalimentarios que más venden a EEUU no consiguen trasladar esas exportaciones a otros mercados internacionales, se producirá un exceso de oferta en España y las empresas abaratarán sus productos para vender como sea. Aunque, en sus declaraciones a la Cadena SER, advierte de que si optan por retener esas producciones a la espera de un momento mejor, "va a haber inflación".

El profesor Omar Rachedi (Esade): "Las empresas van a intentar dirigir parte de su oferta a España con precios más contenidos"

Más reticente se muestra el investigador principal del Real Instituto Elcano y catedrático Príncipe de Asturias en Georgetown, Federico Steinberg. "Es cierto que hay menor demanda externa para esos productos, pero esa demanda es pequeña y, además, hay otros elementos que pueden afectar al precio, como la competencia de las empresas que producen esos bienes en España", señala a este medio.

El aceite se abarató tras los aranceles de 2019

Lo que sucedió en la anterior ocasión con el aceite de oliva fue que las exportaciones al país norteamericano cayeron un 80% en solo un año, según la Oficina del Representante Comercial de EEUU (USTR, por sus siglas en inglés). Para dar salida a ese excedente que ya no se vendía al otro lado del Atlántico, los precios en España disminuyeron. Como recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE) en sus cifras históricas de IPC, el descenso fue de casi el 5% desde octubre de 2019, cuando entraron en vigor esos aranceles, hasta el mismo mes de 2020.

Por aquel entonces, el precio del aceite de oliva en origen, el que cobran los agricultores, descendió también hasta el entorno de los 2 euros por kilo, rozando su mínimo histórico. Ese coste se sitúa ahora ligeramente por debajo de los 4 euros, una cantidad que las asociaciones agrarias ya consideran baja. Por este motivo, desde COAG advierten que no tolerarán "que se especule con esta situación y se utilice de manera injustificada los aranceles para presionar a la baja los precios pagados en el campo".

Lo que sucedió en la anterior ocasión con el aceite de oliva fue que las exportaciones al país norteamericano cayeron un 80%

Esa caída de los precios se produjo en una situación más favorable para exportar a EEUU que la que se avecina a partir de la próxima semana. En 2019, los aranceles del 25% solo se aplicaron sobre el aceite envasado, por lo que se pudo seguir vendiendo a granel. Además, como únicamente afectaba al oro verde español, las empresas lo enviaban a otros países, como Italia o Portugal, donde lo embotellaban y reexportaban sin tasas al país norteamericano. Ahora, en cambio, el impuesto atañe a prácticamente todos los productos europeos y a todos los territorios.

En el caso del vino, que se vio igualmente afectado por la guerra arancelaria de 2019 —que apaciguó Joe Biden tras llegar a la Casa Blanca—, también existían excepciones. Se podía vender a granel y los caldos con una graduación alcohólica superior al 14% quedaron exentos, lo que benefició o algunos Ribera del Duero. Esto hizo que las exportaciones a EEUU no sufrieran tanto como el aceite de oliva, disminuyendo en un 10% interanual en un año.

El sector se adaptó mejor a la situación, optando por reducir sus márgenes de beneficio y comercializar vinos con una graduación mayor al 14%. Así consiguió esquivar prolongadas caídas de precios en España, aunque aplicó reducciones que rondaron el 1% durante los primeros meses, hasta que consiguieron acomodarse al nuevo panorama comercial. Además, el vino no es tan dependiente del mercado estadounidense como el aceite de oliva, ya que sus exportaciones alcanzan en 2023 los 340,2 millones de euros, frente a los 640,5 millones del oro verde, según los datos de Datacomex.

La repercusión de la respuesta europea

En esta ocasión, en la cesta de la compra de los españoles también repercutirá la respuesta que dé la Unión Europea para defenderse. Si decide imponer también aranceles a todos los productos estadounidenses, hay alimentos que se encarecerán irremediablemente. España importa, sobre todo, soja, nueces y licores fuertes, de acuerdo con el Observatorio de Complejidad Económica (OEC). En menor medida, también compra legumbre seca, trigo y maíz a empresas estadounidenses. Por lo tanto, los alimentos que incluyan estos ingredientes subirían de precio.

Frente a esta situación, desde la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas) ha hecho un llamamiento a las autoridades españolas y europeas "a emitir una respuesta proporcionada y a acelerar los cauces de diálogo". En el mismo sentido, la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) les ha instado a tratar de evitar "contramedidas que puedan generar una espiral de represalias sobre productos determinados".