Fiesta por todo lo alto en Neguri entre víctimas de Vocento y la burguesía patriótica

Muchos de los accionistas históricos de Vocento, el grupo editor del diario 'ABC' y de 'El Correo del Pueblo Vasco' se reúnen hoy en Getxo para celebrar el cumpleaños de Santiago Ybarra Churruca. El hermano de Emilio Ybarra, el que fuera presidente de BBVA, celebra por todo lo alto haber llegado a los 90 años con una cena en el Club Marítimo El Abra que reúne a lo más granado de la burguesía vasca, de la española y parte de la europea. La celebración llega pocos días después de que el grupo de medios, que capitaliza 84 millones de euros en bolsa, presentase pérdidas de 93,6 millones de euros, tras el 'reset' contable que hizo el nuevo consejero delegado, Manuel Mirat, quien tomó las riendas del grupo en octubre del año pasado.

Con más de 200 invitados sentados en mesas con los nombres de los principales pueblos del País Vasco, como Bermeo, Zarauz, Santurce, Guernica o Portugalete, Santiago Ybarra ha convocado este miércoles en su palacete de las Arenas a los apellidos más ilustres de la aristocracia nacional de los dos últimos siglos. Una fiesta como colofón a una vida en la que los Ybarra, antes unidos, dominaron gran parte de la élite empresarial española, tanto antes, como durante y después de la guerra civil.

En Getxo, o Guecho —para los que ponen por delante la bandera rojigualda, antes que la ikurriña— han sido citados Álvaro de Ybarra Zubiría y Enrique de Ybarra e Ybarra, ambos consejeros de Vocento y responsables en gran parte de la deriva del antiguo buque insignia de la derecha española y vasca. Un grupo que, cuando debutó en bolsa en 2006, presidido entonces por Santiago Ybarra, llegó a tener un valor de mercado de 1.950 millones, al cotizar por encima de los 15 euros por acción. Hoy, tras haber vendido una buena parte del patrimonio, capitaliza apenas 84 millones y se cambia en bolsa a 0,65 euros por título.

Lejos están los años dorados del grupo. La pérdida de valor económico y la correspondiente influencia, tanto en Bilbao como en Madrid, ha provocado un enfrentamiento familiar en la saga de los Ybarra, que se extiende por las ramas de los Aznar Ybarra, Ybarra Azcárraga o Ybarra Castellanos. Apellidos como los Thomas de Carranza, los Ampuero, los Antonanzas, los March o los Sendagorta, también están invitados al festejo del conde del Abra. La mayoría de ellos, que viven del patrimonio que ganaron durante los años buenos de la industrialización y el primer apogeo de la banca, fueron galardonados con títulos nobiliarios durante la dictadura y después refrendados durante la democracia, incluso con algún que otro favor del republicano José Luis Rodríguez Zapatero.

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Ahora, se han convertido en inversores desde sus ‘family office’, como Onchena, sociedad de los Ybarra Careaga, que ha ganado cientos de millones con MásMóvil o Solarpack. Pero esas plusvalías no dan la relevancia que suponía ser el dueño o el presidente del ‘ABC’ y de ‘El Correo’, cuando desde esos medios, como ocurría con ‘El País’, desde la otra orilla, se nombraban o se quitaban ministros, cuando el inquilino de turno de Moncloa o de Ajuria Enea les citaba en los palacetes gubernamentales para pedirles favores. Allí se sentían importantes porque los periódicos, su historia y sus historias eran relevantes.

Hoy, Santiago Ybarra sigue siendo el mayor accionista de Vocento, a través de Mezouna, que tiene un 10%. Esa participación, que llegó a valer casi 200 millones, hoy apenas asciende a ocho millones y pico. Por eso, el mayor de la saga pidió en una reciente junta general, celebrada este mismo lunes, la disolución de esta sociedad de cartera, de la que tiene el 49,9%, para que cada uno de los herederos haga lo que considere. Pero, los otros Ybarra, los hijos de Emilio, uno de los cuales es presidente del grupo, se oponen a romper con el pasado gracias a una acción que anda aún por los juzgados y con la que controlan el 50,01% del grupo de medios.

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Por supuesto, Ignacio Ybarra Aznar, uno de los cuatro vástagos de don Emilio, no ha sido invitado al ágape. Tampoco Jorge Bergareche Busquet, un veterano broker (FG, Merrill Lynch y BBVA), que representa a una familia que, a través de Santiago, ostentó la presidencia de Vocento, hasta que dejó paso al actual número uno hace ahora seis años. De la vieja guardia del BBV, tampoco hay muchos en la lista de invitados.

Por el contrario, el conde del Abra ha tenido a bien dar asiento en tan magno evento a familias catalanas de gran raigambre, como los Carulla (Agrolimen, Gallina Blanca), próximos al soberanismo, los Raventós o los Puig Fontcuberta. Asimismo, Ana Palacio, la que fuera ministra con el PP, ha sido convocada, junto a Mayor Oreja, hombre relevante de Génova, o Iñigo Méndez de Vigo, marqués de Albayda, portavoz del gobierno de Mariano Rajoy hasta su caída, hijo de un teniente coronel de Franco y con familia directa en el Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

La parte de la monarquía, la próxima al rey emérito, también está muy representada por los marqueses de Arany, Nico Cotoner y Carmen Macayá, que dieron acogida a don Juan Carlos cuando fue desterrado del Palacio Real. Los marqueses de Bélgida, Pepe Cotoner, hijo del anterior, y Margarita Corsini, descendiente de uno de los prestamistas del que fuera monarca, se sentarán en la Mesa Elorrio, mientras que los Benjumea, tanto los Cabeza de Vaca, como los Diez (Abengoa), lo harán en la Durango y la Urdiaín. Los Fierro y los Artega, grandes de España, además de embajadores como Juan Prat y Coll y Enrique Portocarrero, no se lo van a perder.

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Por no faltar, para gloria del emérito, no faltan ni sus altezas reales Furst Alexander zu Sayn Wittgenstein-Sayn y Furstin Gabriela zu Sayn Wittgenstein-Sayn, emparentados con Corina, la amiga íntima del padre de Felipe VI.

La parte exótica y relevante en la pelea entre los Ybarra la pone Mercedes Baptista, la condesa del Abra, la mujer de Santiago, cuyos sobrinos, los hijos de Emilio, se han opuesto a que sea la heredera del patrimonio. La conocida como la sargento Caracas estará acompañada por Pedro Mario Burelli, uno de los ex consejeros de Petróleos de Venezuela antes de la llegada del chavismo, y Cristina Vollmer, una de las mujeres más ricas del país latinoamericano, cuya familia era dueña de la mayor cervecera local.

Un selecto grupo de apellidos nobles de la vieja España, del antiguo esplendor que fue el País Vasco industrial, para desear el feliz cumpleaños al conde del Abra en el mejor sitio de Bilbao.