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Repsol se ofrece a Trump para evitar que China, Rusia e Irán controlen el petróleo de Venezuela
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Un muro para los 'antioccidentales'

Repsol se ofrece a Trump para evitar que China, Rusia e Irán controlen el petróleo de Venezuela

La energética se considera un obstáculo para que las ‘fuerzas anti occidentales’ tomen el control de los recursos venezolanos mientras cobra sus deudas en especie

Foto: El presidente de Repsol, Antonio Brufau, y el consejero delegado, Josu Jon imaz. (EFE/Javier Lizón)
El presidente de Repsol, Antonio Brufau, y el consejero delegado, Josu Jon imaz. (EFE/Javier Lizón)
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Donald Trump quiere asfixiar a Venezuela. Por ello, el presidente de EEUU pide que todas las empresas con intereses en su país abandonen antes de mayo la economía venezolana. Un plan que atrapa a Repsol. La energética española lleva los últimos años negociando con el Gobierno de Nicolás Maduro para cobrar su deuda con barriles de petróleo. Unos barriles que, según defienden en Repsol, de no terminar en su refinería española de Cartagena, acabarían en manos de China, Rusia e Irán.

Repsol se ofrece como muro de contención a las ‘fuerzas antioccidentales’ en el mar Caribe. Según ha podido saber El Confidencial, la compañía que dirige Josu Jon Imaz tiene un diálogo abierto con la Administración Trump para explicar los intereses de su operativa en Venezuela y el porqué de los permisos que le otorgó el equipo de Joe Biden en el país. Un escenario en el que Repsol va de la mano con las petroleras norteamericanas que operan en la región, Oil Terminals y el gigante Chevron.

Si Repsol abandona a sus 129 trabajadores y los yacimientos que explotan, acabarán en manos de ‘enemigos’ petroleros, como Irán o Rusia. Dos rivales de Estados Unidos que mantienen grandes relaciones con el equipo de Maduro y una gran relevancia en la economía venezolana. Las empresas, entre las que también se encuentra la italiana ENI y la francesa Maurel and Prom, explican a Trump que una fuga del país abre la puerta a China para aumentar sus exportaciones de oro negro venezolano, junto con una plataforma para Rusia e Irán que cuentan con industrias petrolíferas significativas.

Foto: Nicolás Maduro con el director ejecutivo internacional de exploración y producción de la multinacional española en el país caribeño, José Carlos Vicente Bravo. (EFE)

Es decir, el plan para asfixiar al Gobierno de Maduro puede aumentar su autonomía con los hidrocarburos. Repsol, ENI y Maurel and Prom usaban los pagos en especie de Venezuela para transformarlos en las refinerías europeas y ofrecer carburantes o derivados al resto de Europa.

Un petróleo que necesita Cuba y Nicaragua

Un cambio en el control de la oferta de recursos venezolanos altera también su demanda. Otros enemigos de Trump como Cuba y Nicaragua necesitan cuanto antes hidrocarburos ante la crisis energética que viven. Por lo tanto, China, Rusia e Irán tendrán una plataforma de influencia en la región más fuerte.

La operación de Repsol en Venezuela se concentra principalmente en la producción de gas de la filial Cardón IV, operada al 50% con la italiana ENI. Este gas se entrega a Venezuela para uso interno y sirve para abastecer a las plantas venezolanas de producción de electricidad. Sin la producción de Cardón IV, el Gobierno de Maduro se quedaría sin suministro en el occidente venezolano por el deterioro en el que se encuentran sus plantas de generación.

“Nosotros llevamos en Venezuela 32 años”, explicaba el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, este lunes en unas jornadas organizadas por El Español. “Estamos en relación directa con las autoridades americanas y vamos a ver si somos capaces de buscar mecanismos que permitan que sigamos con nuestra actividad en este país, que nunca ha sido fácil, pero en el que tenemos también una responsabilidad”, añadía.

Por lo tanto, si Repsol tiene que abandonar Venezuela para defender su relación con Estados Unidos, el impacto se puede considerar ‘menor’. Su producción en el país de Maduro representa un 11% de todo el petróleo que produce y la generación de caja es de 150 millones, según las estimaciones de los analistas de Banco Sabadell, que calculan que la sanción a partir de junio podría tener un impacto en el flujo de caja de 90 millones de euros. “El diálogo está abierto, seguimos hablando y buscaremos mecanismos para continuar con esta actividad”, señalaba este lunes Imaz tras el envite del Gobierno de Estados Unidos. Su mayor baza es ofrecerse como aliado ante los grandes rivales de Trump.

Donald Trump quiere asfixiar a Venezuela. Por ello, el presidente de EEUU pide que todas las empresas con intereses en su país abandonen antes de mayo la economía venezolana. Un plan que atrapa a Repsol. La energética española lleva los últimos años negociando con el Gobierno de Nicolás Maduro para cobrar su deuda con barriles de petróleo. Unos barriles que, según defienden en Repsol, de no terminar en su refinería española de Cartagena, acabarían en manos de China, Rusia e Irán.

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