El CEO de OHLA reintegra gastos de lujo en Nueva York pagados con la tarjeta corporativa
Tomas Ruiz devuelve a la compañía parte de unas noches de hotel en el Four Seasons de la ciudad estadounidense ante las acusaciones de uso inadecuado para gastos personales
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OHLA se ha convertido en un volcán accionarial que este jueves se cobró varias víctimas. Los cuatro consejeros vinculados a José Elias dimitieron antes de ver como los Amodio, dueños del 21,6% del capital, hubieran destituido a uno de ellos por uso de información privilegiada con la venta de unas acciones que le habrían supuesto un beneficio de 2,5 millones. La marcha de estos miembros del órgano de gobierno, que han denunciado "la existencia de deficiencias en los procesos de investigación interna sobre posibles irregularidades y conflictos de interés", evitó la petición de destitución de Tomás Ruiz, el consejero delegado, por el presunto uso inadecuado de la tarjeta corporativa de empresa.
Según datos en poder de El Confidencial, Elías había denunciado ante la Comisión de Auditoría y Control que tanto Mauricio Amodio, vicepresidente de OHLA, como Ruíz habían abusado de una tarjeta corporativa para cargar a la constructora gastos personales. Algunos de estas facturas coincidían con fines de semana cuando los empresarios mexicanos estaban en Madrid. Sus lugares habituales para ir a comer o cenar eran restaurantes como El Quenco de Pepa, Tragabuches, El Filandón, Saddle, El Gran Asador Lecanda, Amparito Roca o Zalacaín. Es decir, de los mejores de la capital.
Pero, sobre todo, se hacía hincapié en un viaje que Ruiz había realizado a principios de febrero a Nueva York para reunirse con empresas de seguros. El consejero delegado aprovechó el desplazamiento para quedarse en el Four Seasons Downtown de la ciudad estadounidense, incluido sábado y domingo. El primer ejecutivo de OHLA cargó a la tarjeta corporativa 6.500 euros por las noches en el establecimiento de lujo y una comida en Cipriani, la reconocida pizzería de la metrópoli de los rascacielos.
Los pagos se hicieron el 10 de febrero. Pero el día 21, Ruiz, que ya conocía las denuncias de Elías a la Comisión de Auditoría y Control, reintegró por iniciativa propia 2.644 euros a la cuenta bancaria de OHLA que previamente había abonado con la Visa Oro Business. En concreto, reembolsó a la compañía los gastos de tres noches para evitar malentendidos dado que la estancia durante los días 4, 8 y 9 de febrero fueron por “motivos personales”. El Four Seasons Hotel New York es un hotel de lujo cinco estrellas que se encuentra en el corazón de Manhattan, en TriBeCa, a menos de 700 metros del emblemático Puente de Brooklyn y del distrito ribereño de Seaport.
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Para aclarar estos gastos, sobre todo los de los Amodio en fines de semana, OHLA ha encargado a Deloitte un informe forensic para determinar si algunos de sus principales directivos cometieron alguna irregularidad con las tarjetas corporativas. En otras palabras, si cargaron como facturas de representación dispendios personales. Algunas de las comidas que se pagaron con las Visa Oro Business ascienden a algo más de 1.000 euros en El Paraguas, uno de los locales de más prestigio de Madrid.
El límite de gasto mensual de estas tarjetas es de 12.000 euros, según consta en la documentación interna de OHLA. Algunos meses, los Amodio, que pasan ya mayoría de su tiempo en México, superaron los 6.000 euros. Otras fuentes aseguran que los empresarios latinoamericanos, lejos de usar de forma desmedida la Visa Oro de la compañía, le han ahorrado dinero, ya que, cuando vienen a Madrid para supervisar la gestión de la constructora española, se quedan en sus domicilios particulares.
Rotura de la caja
OHLA lleva años registrando pérdidas casi de forma continuada. Una situación que ha tratado de corregir mediante tres ampliaciones de capital, algunas de ellas sin derecho de suscripción preferente para los accionistas. Con estas inyecciones de dinero fresco han evitado entrar en concurso de acreedores, riesgo que han esquivado recientemente con la emisión de acciones nuevas suscrita, entre otros, por el grupo de Elías.
La ejecución de unos avales por casi 40 millones por un proyecto fallido en Kuwait ha puesto otra vez a OHLA contra las cuerdas, al haber roto la caja. Una expresión que en términos financieros significa que, entre lo que ingresa y lo que paga, tiene saldo negativo. Una situación que ya ha sido comunicada a la banca acreedora, que acaba de pedirle otro plan de rescate urgente para no incumplir determinados compromisos firmados el pasado mes de enero.
De ello se encargará el nuevo director financiero, Víctor Pastor, procedente de Duro Felguera y Abengoa. Pastor sustituye a José María Sagardoy, que era uno de los ejecutivos que había advertido los presuntos usos irregulares de las tarjetas corporativas.
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Las acciones se derrumbaron este jueves un 11% ante esta guerra civil entre accionistas, el cambio del director general económico-financiero y el anuncio de una nueva ampliación de capital por 50 millones de euros para tapar el agujero de la caja. La operación se hará con derecho de suscripción preferente para todos los inversores, en contra de lo que proponía Elías, que la quería restringir únicamente a los accionistas institucionales.
OHLA se ha convertido en un volcán accionarial que este jueves se cobró varias víctimas. Los cuatro consejeros vinculados a José Elias dimitieron antes de ver como los Amodio, dueños del 21,6% del capital, hubieran destituido a uno de ellos por uso de información privilegiada con la venta de unas acciones que le habrían supuesto un beneficio de 2,5 millones. La marcha de estos miembros del órgano de gobierno, que han denunciado "la existencia de deficiencias en los procesos de investigación interna sobre posibles irregularidades y conflictos de interés", evitó la petición de destitución de Tomás Ruiz, el consejero delegado, por el presunto uso inadecuado de la tarjeta corporativa de empresa.