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Por qué la generación Z se lleva a sus padres a las entrevistas de trabajo
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Por qué la generación Z se lleva a sus padres a las entrevistas de trabajo

Uno de cada 4 miembros de este grupo de edad en EEUU lleva a sus padres a las entrevistas. De ellos, al 31% su padre les acompañó a una entrevista en persona, de los cuales el 7% admite que sus padres respondieron preguntas

Foto: Madres e hijos en las entrevistas. (Freepik)
Madres e hijos en las entrevistas. (Freepik)
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Lo de ser un 'niño de mamá' se está yendo de madre en Estados Unidos (EEUU). Algunos jóvenes de la generación Z están pidiendo ayuda a sus padres para encontrar trabajo, llegando a exceder límites insospechados. Tanto es así que más padres de los que crees intervienen en los procesos de selección de sus hijos, les redactan sus CV, acuden a las entrevistas e, incluso, responden por ellos a las preguntas de Recursos Humanos (RRHH).

Así lo aseguran los datos de la encuesta llevada a cabo por la firma de talento Resume Templates. Si bien el 70% de los miembros de este grupo de edad piden a sus padres que les ayuden a encontrar empleo, asunto que puede ser hasta cierto punto común, la cosa va más allá: uno de cada 4 miembros de la generación Z lleva a sus padres a las entrevistas de trabajo.

El estudio desglosa varios asuntos que exponen bien hasta qué punto pueden llegar a intervenir los padres en los procesos de selección de sus hijos a un puesto de empleo, una práctica más común entre las madres. Según el estudio, el 76% de la generación Z que pidió ayuda fue a su madre, en comparación con el 45% que recibió ayuda de su padre.

Para empezar, siete de cada 10 miembros de la generación Z piden a sus padres que les ayuden a encontrar trabajo, de los cuales el 9% lo hace siempre, el 23% dice que lo hizo muy a menudo, el 44% a veces y el 24% rara vez. De aquellos que recientemente obtuvieron empleo, el 83% atribuye totalmente (26%) o parcialmente (57%) su éxito a sus padres.

7 de cada 10 miembros de la generación Z piden a sus padres que les ayuden a encontrar trabajo

De los encuestados de la generación Z, el 60% afirma pedirles a sus padres que les busquen oportunidades laborales. Este grupo describe que sus padres les han encontrado trabajo a través de recursos online (70%), contactos personales (53%), networking (31%) y ferias de empleo (23%). Hasta aquí que un padre/madre eche una mano a su hijo a buscar empleo no tiene nada de raro ni de malo. Sin embargo, se están cruzando barreras que no deberían sobrepasarse.

Por ejemplo, uno de cada 6 padres presentó directamente solicitudes a un puesto en nombre de sus hijos. Entre los principales motivos por los que sus padres les mandan solicitudes, los jóvenes alegan que el trabajo de sus padres es mejor (46%), no saber cómo comunicarse con los gerentes de contratación (34%), falta de motivación (32%) y mala salud mental (22%).

Asimismo, colaboran con ellos a la hora de hacer su currículum. El año pasado, el 55% de la generación Z elaboró su currículum con ayuda de sus padres, de los cuales les solicitaron ayuda con la corrección (57%), la edición del texto (38%) e, incluso, la redacción completa (18%). Entre las razones, confían más en el trabajo de sus padres que en el suyo propio (35%) y se estresan al redactar sus currículums (35%), además de que el 14% dijeron estar demasiado ocupados.

Con las cartas de presentación, la generación Z también recurre a sus padres. Casi la mitad (49%) de la generación Z solicitó ayuda con sus cartas de presentación, ya sea para corregirlas (55%), editar el contenido (26%) o escribirlas desde cero (13%). El 28% de ellos pidió ayuda porque estaba estresado.

Pero el asunto va más allá, no se queda en una llamada a un conocido o en que les redacten el CV o la carta de presentación, de lo cual el reclutador puede no darse cuenta. La intervención de los padres excede los límites, concretamente los de las puertas de Recursos Humanos (RRHH), ya que uno de cada 4 miembros de este grupo de edad lleva a sus padres a las entrevistas.

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En concreto, el 26% de la generación Z que ha buscado trabajo dice haber llevado a uno de sus padres a una entrevista. De ellos, al 31% su padre les acompañó a una entrevista presencial, de los cuales el 37% afirma que sus padres los acompañaron a la oficina, el 26% estuvieron presentes en la sala de entrevistas y el 18% comenta que se presentaron al reclutador. Además, el 7% admite que sus padres respondieron a preguntas.

En cambio, de entre los que les acompañaron, al 29% fue a una entrevista virtual. Entre estas personas, el 71% confiesa que su padre/madre estaba fuera de cámara, mientras que casi el 30% estaba visible en cámara. La mayoría (85%) de los padres que asistieron a las entrevistas hablaron directamente con el responsable de contratación, y el 85% proporcionó información a sus hijos.

De este modo, los padres llegan a intervenir en los procesos de selección en todas sus fases, desde que su hijo crea su currículum hasta que acude a una entrevista de trabajo, lo cual afectará al candidato de manera totalmente negativa. "Esta dependencia puede ser percibida negativamente por los responsables de contratación, quienes suelen valorar la iniciativa y la capacidad de los candidatos para operar de manera independiente", asegura Cristina Borreguero, senior manager en la consultora Robert Walters.

Consecuencias laborales de la sobreprotección

Muy probablemente, la intención de esos padres sea buena. Sin embargo, el efecto que generará va a ser completamente negativo. "Este tipo de intervención puede ser visto de manera negativa. Las empresas suelen preferir candidatos que demuestren habilidades de autonomía, iniciativa y responsabilidad personal. La participación activa de los padres en el proceso de selección puede alterar la percepción de independencia y responsabilidad personal que se espera de un candidato. En términos de selección, esto podría plantear dudas sobre la capacidad del candidato para enfrentar situaciones laborales por su cuenta", comenta Borreguero.

"Si los padres intervienen directamente en la creación de materiales de solicitud, existe el riesgo de que el candidato no desarrolle una comprensión completa de cómo presentar sus propias habilidades y experiencias de manera efectiva en la entrevista. Esto podría llevar a una representación menos auténtica de sus capacidades y, en última instancia, afectar a su capacidad para destacar en un proceso de selección. Los responsables de selección pueden percibir esta dependencia de los padres como una señal de falta de madurez, autonomía y capacidad para manejar responsabilidades de manera independiente.

Esto no dice demasiadas cosas buenas de la generación Z, pero tampoco de sus padres. "El hecho de que algunos jóvenes de la generación Z recurran a sus padres para aspectos clave del proceso laboral, como la redacción del CV o incluso acompañarlos a entrevistas, puede interpretarse como un reflejo de sobreprotección", expresa Sara Navarrete, directora del Centro de Psicología Clínica y de la Salud de Valencia.

"Este tipo de intervención se verá de manera negativa. Las empresas suelen preferir candidatos con habilidades de autonomía"

"Esto responde a un estilo de crianza que ha sido más cercano y participativo en comparación con generaciones anteriores. Muchos padres han querido ofrecerles a sus hijos todas las herramientas posibles para triunfar y evitarles dificultades, lo que ha llevado a una mayor dependencia en la toma de decisiones importantes", continúa la psicóloga.

Aun así, recuerda que la inserción en el mercado de trabajo es más difícil que en el pasado, y la presión por destacar es alta. Por tanto, algunos jóvenes pueden sentir que necesitan apoyo adicional para no cometer errores que les resten oportunidades. En este sentido, la influencia de los padres puede verse como una estrategia de respaldo más que como una incapacidad de los jóvenes para manejarse por sí mismos.

"Algunos jóvenes pueden sentir que necesitan apoyo adicional para no cometer errores que les resten oportunidades"

No obstante, también advierte de que una dependencia excesiva de los padres en asuntos laborales sí puede tener consecuencias a largo plazo. "La autonomía y la capacidad de resolver problemas son habilidades clave en el mundo profesional, y si los jóvenes no se enfrentan a estos desafíos de manera independiente, podrían tener más dificultades para adaptarse a los entornos laborales, asumir responsabilidades o gestionar situaciones de incertidumbre", resalta Navarrete.

En resumen, aunque es natural y comprensible buscar el consejo de los padres, es fundamental que los candidatos de la generación Z trabajen para desarrollar sus propias habilidades y autonomía, asegurándose de que estén preparados para presentarse de manera profesional y efectiva en el mercado laboral. "Esta práctica puede afectar al desarrollo de su autonomía y de las habilidades de toma de decisiones, ya que depender excesivamente de los padres para aspectos cruciales podría impedirles adquirir estas competencias por sí mismos. El candidato podría perder oportunidades valiosas para desarrollar habilidades críticas", concluye Borreguero.

Lo de ser un 'niño de mamá' se está yendo de madre en Estados Unidos (EEUU). Algunos jóvenes de la generación Z están pidiendo ayuda a sus padres para encontrar trabajo, llegando a exceder límites insospechados. Tanto es así que más padres de los que crees intervienen en los procesos de selección de sus hijos, les redactan sus CV, acuden a las entrevistas e, incluso, responden por ellos a las preguntas de Recursos Humanos (RRHH).

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