La apuesta de la banca de inversión europea por crecer en EEUU se topa con Trump
Varios bancos europeos como BNP o Santander han desplegado planes de expansión en Nueva York. Su apuesta tendrá ahora que lidiar con los cambios de la Casa Blanca
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Entre Times Square y Central Park han surgido nuevos rascacielos en Manhattan, Nueva York, en los últimos años. Esto no es ninguna novedad. Pero sí lo es que los ocupen Barclays, BNP Paribas, Deutsche Bank, UBS o Crédit Agricole. Algunos de los bancos europeos se replegaron en Estados Unidos tras la crisis de 2008 y, en los últimos años, han perdido el miedo a competir con los gigantes de Wall Street. Pero ahora tendrán que lidiar con la vorágine de nuevas políticas y mensajes de Donald Trump.
Varias entidades del viejo continente han puesto el foco en crecer en Estados Unidos, principalmente, para tener presencia en la primera economía del mundo. El hueco que han encontrado es dar servicio a empresas europeas que quieren hacer operaciones en Estados Unidos. Desde M&A (fusiones y adquisiciones) hasta emisiones de deuda o acciones (DCM).
Por otro lado, también cuentan con la baza de que hay grandes compañías norteamericanas que quieren diversificar el grupo de bancos con el que trabajan, para tener al menos una contrapartida europea. Y, en los últimos años, los bancos europeos han encontrado en el foco ESG (criterios ambientales, sociales y de gobernanza, por sus siglas en inglés) un factor diferencial. Europa ha avanzado mucho más en sostenibilidad que Estados Unidos, tanto a nivel privado como público. Y, con ello, los bancos europeos han acumulado más expertise.
El problema es que ahora Trump está cambiando las reglas del juego para la banca de inversión. Lo sostenible ya no está de moda, al menos en el mensaje. Y los bancos europeos van a ver cómo tienen menos exigencias en Estados Unidos, donde Trump aboga por la desregulación financiera y, además, la implementación de la nueva Basilea III va a ser menos dura que en Europa. Pero su presión regulatoria será mayor en sus matrices que la que sufrirán los grandes de Wall Street.
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Por lo tanto, hay dos riesgos evidentes. Uno de ellos es que el deterioro de las expectativas macro en Estados Unidos y la posibilidad de que, finalmente, haya una guerra comercial que posponga o evite decisiones de M&A o de emisiones en Estados Unidos por parte de empresas latinoamericanas y europeas. Aunque podría haber casos, explican fuentes financieras, en los que ocurra lo contrario y haya compras en la economía norteamericana para sortear aranceles.
Además, también está la amenaza de que haya menos actividad en inversión sostenible o emisiones ESG, aunque los ejecutivos europeos consideran que es una tendencia a largo plazo imparable, por mucho de que surjan dudas en el contexto actual. De hecho, ningún banco ha puesto en revisión su estrategia de expansión en Estados Unidos.
Hay tres bancos europeos en el top ten de la banca de inversión a escala mundial (Barclays, BNP Paribas y Deutsche Bank), y que tienen presencia en Estados Unidos. Otros, como Banco Santander o, más lejos, BBVA, también han hecho esfuerzos por crecer. En los últimos años, la banca europea ha perdido el miedo a competir con JPMorgan, Goldman Sachs, Citi o Morgan Stanley, gigantes con los que ya pelean en los mercados locales, ya que copan algunos de los primeros puestos por comisiones en banca de inversión. Además, necesitan tener capacidades en Estados Unidos para incrementar su negocio con empresas que son clientes en mercados europeos o latinoamericanos, pero que tienen visión global.
“Nuestra base de clientes en América incluye tanto a clientes con sede en la región como a subsidiarias de clientes globales de EMEA (Europa y Oriente Medio) y APAC (Asia y Pacífico). Estos dos segmentos de clientes suelen tener una actividad transfronteriza significativa que aprovecha la franquicia global”, explica Matt Salvner, jefe de banca y de mercados globales de crédito de BNP en América, en una conversación con este medio. “Los clientes no solo tienen un banco, sino una gran cantidad de contrapartes”, añade José Placido, CEO de BNP Paribas USA y de BNP Paribas CIB Americas.
La cuestión es que los bancos europeos se han hecho fuertes en Estados Unidos a través de negocio transfronterizo. Es decir, empresas europeas o latinoamericanas que hacen operaciones de M&A o emisiones de deuda y capital en el país. O, también, compañías norteamericanas que quieren apoyo de algún banco europeo para tener contacto con clientes del viejo continente o de mercados latinoamericanos, donde entidades como Santander o BBVA están entre los líderes.
Barclays ha mantenido una actividad importante en Estados Unidos, donde es líder del mercado entre los bancos europeos. El banco británico obtuvo ingresos por comisiones de 188 millones tras haber participado en 190 operaciones, según Dealogic.
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En segundo lugar está BNP Paribas, con 101 millones y 118 operaciones. El banco francés, que cuenta con 3.700 empleados en Estados Unidos (2.000 de ellos en Manhattan), se ha focalizado en la banca de inversión en Estados Unidos, tras la venta de su negocio californiano Bank of the West en 2021 por 14.500 millones de euros, y la compra del 100% de Exane (tenía el 50%) para ampliar sus capacidades de análisis y mercados de capitales. También adquirió el broker de Deutsche Bank.
Entre otras operaciones, BNP asesoró el año pasado a la multinacional italiana Sofidel en la compra del 100% de Clearwater Paper Corp por casi 1.000 millones de euros, para consolidarse entre los cuatro mayores grupos papeleros de Norteamérica. Otro ejemplo de operación transfronteriza en la que ha participado BNP es la adquisición de la firma británica de redes Spirent por parte de la estadounidense Keysight por 1.400 millones.
Deutsche Bank completó el pódium de los bancos europeos en Estados Unidos con 71 millones en comisiones y 95 operaciones asesoradas. El banco alemán tiene 8.000 empleados en Estados Unidos, principalmente enfocados en banca de inversión, aunque también tiene negocio de banca privada y gestora de fondos (DWS). La entidad participó el año pasado en operaciones como la inversión de 1.000 millones de dólares de New Mountain Capital en el auditor Grant Thornton, asesorando a este; y fue bookrunner de la ampliación de capital de 21.000 millones de dólares de Boeing.
Barclays, BNP y Deutsche Bank están en el top ten de bancos de inversión en el mundo
Barclays, BNP y Deutsche Bank están en el top ten de bancos de inversión en el mundo, junto a JPMorgan, Goldman Sachs, Bank of America, Citi, Wells Fargo y Jefferies. Son los tres primeros bancos de inversión del mundo por comisiones y, también, en Nueva York. En Estados Unidos, BNP y Deutsche superaron el año pasado a UBS, que fue segundo en 2023, y ha caído a la cuarta posición, con 54 millones de euros generados en comisiones y 217 operaciones.
Por detrás de UBS está Société Générale, tras generar 46 millones y participar en 43 operaciones. Seguidamente, está Santander, que también generó 46 millones, participando en 77 deals. El banco cántabro ha pasado de no aparecer entre los 20 primeros bancos europeos en el mercado norteamericano a ser sexto en 2024.
La entidad presidida por Ana Botín tiene una apuesta en crear una plataforma global de banca de inversión. El segmento cada vez pesa más en el beneficio del grupo. Para ello, ha hecho decenas de fichajes, muchos de ellos exbanqueros de Credit Suisse, y ha consolidado una posición en Nueva York, desde su sede local en 437 Madison Avenue. Santander habla internamente de la estrategia US Banking Build-Out (US BBO), que busca aumentar el negocio en el país a través de mercados de capitales (DCM) y empezar a hacer cosas en M&A, salidas a bolsa o préstamos apalancados (leveraged finance). Santander participó el año pasado en emisiones de bonos de Netflix y Uber, y ha trabajado en bonos en otras divisas (reverse yankee) de firmas norteamericanas como Verizon, Booking, T-Mobile, Johnson & Johnson o Warner Bros.
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Otro banco español que está haciendo fichajes y quiere ampliar su presencia en Estados Unidos para el negocio de banca de inversión es BBVA, aunque todavía no aparece en el top 20 de bancos europeos. BBVA CIB USA tiene 517 empleados, bajo el perímetro de Javier Rodríguez Soler, jefe de Sostenibilidad y CIB. Recientemente ha participado en emisiones de deuda de firmas como General Motors o American Towers.
Quien sí aparece entre las firmas europeas más destacadas en el mercado norteamericano es Alantra, con 7,4 millones y seis operaciones en 2024, según los datos de Dealogic. Se queda a las puertas del top ten, que completan Natixis, Benchmark International Capital Partners, Rothschild & Co y Translink Corporate Finance.
Actividad de deuda
De fondo hay un riesgo creciente de recesión en Estados Unidos que el mercado está poniendo en valor. “Hay más incertidumbre que preocupación. Porque también hay mucho optimismo en torno a una menor regulación. Y creo que esa fue la primera reacción de los mercados después de noviembre. A pesar de algunos titulares sobre los aranceles, se asume que Trump vigila los mercados muy de cerca. Y que va a ser un régimen favorable al mercado”, arguye Meghan Robson, jefa de estrategia de crédito de BNP USA en una conversación con El Confidencial.
La experta explica que en el mercado de deuda se nota que hay operaciones de deuda para M&A o para inversiones en stand by, esperando ver qué pasa con los aranceles cuando se trata de grandes decisiones. No obstante, podría haber más incertidumbre a partir de 2026, ante las elecciones al Congreso, con lo que puede haber empresas y banqueros de M&A que traten de evitar una indigestión de operaciones a corto plazo, y acudan al mercado en los próximos meses.
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Sobre el negocio de bonos sostenibles, donde hay una ventaja competitiva en los bancos europeos, hay cierto parón. “Pocos compradores de bonos estadounidenses están dispuestos a pagar una prima por deuda corporativa con etiqueta (greenium, en la jerga), así que es probable que se emitan bonos regulares por el menor coste administrativo”, resume Mark Howard, coordinador de sostenibilidad y especialista sénior de multiactivos en BNP Paribas Americas.
Pero este efecto, continúa el experto, es de corto plazo. A largo plazo sigue siendo optimista: “Existe una necesidad urgente de financiar proyectos específicos con bonos verdes o sociales emitidos públicamente”, indica Mark Howard, después de una moderación en la actividad de emisiones para financiar la industria de vehículos eléctricos, infraestructura, inmuebles con etiqueta sostenible, etc.
Mientras que en los mercados privados, la actividad de financiación sostenible sigue a todos los niveles, asegura el ejecutivo de BNP, “como los centros de datos para respaldar el desarrollo de la IA, las instalaciones de transmisión de energía, instalaciones solares y las conexiones entre empresas. Hay dinamismo con el ESG”.
Entre Times Square y Central Park han surgido nuevos rascacielos en Manhattan, Nueva York, en los últimos años. Esto no es ninguna novedad. Pero sí lo es que los ocupen Barclays, BNP Paribas, Deutsche Bank, UBS o Crédit Agricole. Algunos de los bancos europeos se replegaron en Estados Unidos tras la crisis de 2008 y, en los últimos años, han perdido el miedo a competir con los gigantes de Wall Street. Pero ahora tendrán que lidiar con la vorágine de nuevas políticas y mensajes de Donald Trump.