Trump lanza un 'tercer grado' a las energéticas españolas para invertir en EEUU
El sector afronta un complejo examen tras alabar la estrategia de Biden y volcarse con sus renovables. La nueva Administración exige nuevos compromisos
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Donald Trump asusta al comercio mundial con su política de aranceles, algo que preocupa a las grandes energéticas españolas. Pero el mayor miedo de Iberdrola, Repsol o Naturgy es otro. Las españolas se lo juegan todo, o casi todo, a que les salgan bien sus inversiones en Estados Unidos. Su gran esperanza era Joe Biden y su aplaudido plan 'IRA', que favorecía las inversiones en renovables. Un 'papel mojado' para Trump, que ahora ha empezado a escrutar los planes de las empresas españolas en EEUU.
Se trata de un interrogatorio encaminado a certificar que quien invierte en su país está correctamente alineado con los objetivos, y las ideas, de la era Trump 2.0. Una especie de 'tercer grado' empresarial de cuyas respuestas depende la consonancia (o la disonancia) con el nuevo inquilino de la Casa Blanca.
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La primera pregunta que hace la nueva Administración estadounidense es "¿cuánto?". Según detallan fuentes conocedoras a El Confidencial, en la multitud de eventos de la toma de posesión de Trump del pasado 20 de enero, su equipo empezó a pedir cifras concretas de inversión de las empresas energéticas en el medio plazo. Una exigencia que vuelven a reclamar estos días. Iberdrola, por ejemplo, lo tiene claro, 12.000 millones entre 2024 y 2027, lo que convierte a EEUU en su principal mercado de inversión. También Repsol, que planea invertir en el mismo período 4.750 millones para convertirlo en su segundo mayor mercado.
Estos datos son los que pide el equipo de Marco Rubio, secretario de Estado de Trump, que tiene como subsecretario a Christopher Landau, quien casualmente nació en Madrid, debido a que ahí estuvo brevemente destinado su padre, y que habla un perfecto español. El equipo de Landau exige un plan inversor potente que permita a Estados Unidos salir de la "crisis energética" en la que, según Trump y los suyos, le han metido los planes 'verdes' de Biden.
El viraje ha obligado a Iberdrola a recalcular su ruta en el país. Como informaba este medio, la energética española ha registrado un deterioro de 1.300 millones de sus activos de generación verde en Estados Unidos. "Un cambio en los planes de negocio", según explica, para centrarse en redes eléctricas, que sí casan con los planes de Trump y los diferentes estados, y ser "selectivo" en renovables.
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Unos cambios que también observan otras empresas como Acciona o Naturgy, que concentran en la generación renovable su apuesta por Estados Unidos. Repsol también presenta proyectos renovables con su alianza con sus empresas locales, ConnectGen y Hecate. Pero la empresa que dirige Josu Jon Imaz cuenta con cinco proyectos en el país para la producción de petróleo y gas que casan con el 'drill, baby, drill' de Trump. Aunque, como afirman desde el sector, no puede descuidar el componente geopolítico de su relación con Venezuela, como ya está viviendo la americana Chevron, a quien Trump ha dado un mes para abandonar todas sus operaciones en el país.
¿Cuánto gas vas a comprar?
Esta es otra de las preguntas que ' hombres de Trump' ponen encima de la mesa: "¿Cuáles son tus planes con el gas y el petróleo estadounidense?". Porque confía en que España y sus empresas sigan comprando. El país es uno de los grandes clientes de los hidrocarburos americanos, más aún desde las sanciones del producto ruso. En 2023, las compras de petróleo estadounidense alcanzaron los 5.409 millones de euros, según Eurostat, y 3.523 millones de euros en gas estadounidense.
"La Administración Trump necesita asegurarse clientes y aumentar sus pedidos para aliviar la situación económica", detallan las mismas fuentes. Pero hay un dato que no ayuda. Los grandes gestores de gas en España como Endesa, Cepsa (Moeve), Repsol o Naturgy han cambiado la tendencia.
Rusia cerró 2024 como segundo mayor proveedor de gas de España, con el 20,5% de las importaciones según Cores, por delante de las llegadas de gas de Estados Unidos, que representó el 16,9% de las compras totales, y superado también por Argelia que supone el 38,5% de las importaciones.
¿Quieres acceder a los concursos?
Las empresas energéticas asumen que el 'IRA' de Biden no va a morir, pero que se va a quedar aparcado. Desarrollos nuevos en eólica marina, donde Iberdrola tiene muchos intereses, o grandes proyectos de eólica terrestre, con Acciona en el foco, la buena remuneración en proyectos de hidrógeno renovable, en el que pensaba Repsol, o nuevas 'macro' plantas fotovoltaicas, que quiere ‘pescar’ Naturgy, se van a quedar en el aire.
Ahora, además de los proyectos estatales, Trump y su equipo tienen en su mano poner límites a los fondos y concursos federales. Al igual que ataca con los aranceles a los productos que vengan del exterior, la nueva Administración estadounidense no descarta dejar fuera de estos proyectos a aquellas empresas que no cumplan con sus 'estándares'. Un factor donde es determinante el sello 'made in America' en los componentes de sus proyectos energéticos.
¿Qué opinas de Israel?
El tercer grado tiene preguntas algo desconcertantes para las empresas: "¿Qué opinas de la guerra de Israel?". Los conocedores de este proceso señalan que Trump está "especialmente sensible" con el conflicto de Israel y Palestina. "Es un motivo familiar. Los hijos de Ivanka Trump y Jared Kushner son los tres judíos y son una gran debilidad del presidente que lleva a su vida profesional", detallan.
Por eso, el tema judío es sensible para esta Administración y cualquier bandazo de una empresa o de un país puede tener consecuencias. Un factor que ya están viviendo con Irlanda y sus empresas. Su país lideró el veto a Israel por su actuación en Gaza y el equipo de Trump no ha dudado en revisar su relación. Por ejemplo, se estarían planteando retirar de sus aeropuertos sus acuerdos de aduanas, que suaviza los engorrosos controles de pasaporte en la frontera de EEUU a los empresarios irlandeses que viajan con frecuencia a Estados Unidos.
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Y otra de las cosas que preocupa a las empresas españolas es la incertidumbre. Nadie descarta que las exigencias puedan aumentar o incluso cambiar con el paso del tiempo. La fecha que se marcan las empresas para ver cómo respira Trump con las empresas españolas es el 12 de marzo, fecha de entrada en vigor de los nuevos aranceles del 25% al acero y al aluminio que afecta a la Unión Europea (UE) y el Reino Unido. Esa bronca arancelaria entre gobiernos y la presión para las subidas en el gasto de defensa son factores que surgen en las conversaciones bilaterales entre las energéticas y los intermediarios de la Administración Trump.
"Cualquier gesto puede alterar su visión sobre un país o una empresa. Es un momento para moverse con precisión porque en Estados Unidos hay mucho por hacer en el negocio energético", explican estas fuentes. Trump necesita inversión extranjera en el sector y el sector crece en este país de moneda estable y con grandes movimientos de capital. No obstante, Trump se ve en estos momentos con la capacidad de exprimir al máximo a todo aquel que quiera, o peor, necesite invertir en su país.
Donald Trump asusta al comercio mundial con su política de aranceles, algo que preocupa a las grandes energéticas españolas. Pero el mayor miedo de Iberdrola, Repsol o Naturgy es otro. Las españolas se lo juegan todo, o casi todo, a que les salgan bien sus inversiones en Estados Unidos. Su gran esperanza era Joe Biden y su aplaudido plan 'IRA', que favorecía las inversiones en renovables. Un 'papel mojado' para Trump, que ahora ha empezado a escrutar los planes de las empresas españolas en EEUU.