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El desafío estratégico de la Telefónica de Murtra en una Europa de derechas
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ESTRATEGIA DE CONSOLIDACIÓN

El desafío estratégico de la Telefónica de Murtra en una Europa de derechas

La idea del nuevo presidente de la teleco española de fusionarse con algún competidor del Viejo Continente choca con el dominio de los partidos conservadores en los grandes países

Foto: El presidente de Telefónica, Marc Murtra. (Reuters/Susana Vera)
El presidente de Telefónica, Marc Murtra. (Reuters/Susana Vera)
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Marc Murtra se estrenó la semana pasada como presidente de Telefónica tras su nombramiento, por orden de Moncloa, el pasado 18 de enero. Con motivo de la presentación de resultados del pasado año, el primer ejecutivo de la operadora mantuvo dos reuniones, primero con los analistas, y después con la prensa. Arropado por Ángel Vila, consejero delegado, y de Laura Abasolo, la directora financiera, a unos y a otros les respondió con mensajes generales, ambiguos, nada concretos, sobre qué va a hacer para revitalizar la ‘teleco’, ahora participada por el Estado.

Su frase más repetida fue que en la segunda parte del año presentará un nuevo plan estratégico. Una prueba inequívoca de que su designación, hace poco más de un mes, fue improvisada y que necesita tiempo para definir el rumbo. Murtra tiró de diplomacia serena en la rueda de prensa ante los periodistas, donde recurrió a requiebros preparados para no responder de forma específica y no decir nada que en el futuro pudiera comprometerle.

Cuando se le preguntó por si la citada revisión estratégica que prepara para la segunda parte del ejercicio incluía una reestructuración de la cúpula directiva, aseguró que confiaba plenamente en el talento del equipo de Telefónica. Un día más tarde, El Confidencial preguntó a la compañía por la mañana por el relevo del consejero delegado —el propio Vilá, que apareció sentado a su derecha en la rueda de prensa— y del presidente de Telefónica España, así como otros cambios relevantes. "No hacemos comentarios", respondió. Poco después, un medio catalán conocido por Murtra publicaba la decisión de sustituir a Vilá, que cobrará una indemnización de 16 millones de euros. La noticia pilló a contrapié a varios miembros de la cúpula, que tenían en la cabeza el mensaje transmitido a los analistas. La foto del día anterior, escoltado por Vilá y Abasolo, ya es historia.

Murtra centró su discurso del día de los resultados en que el mundo ha cambiado mucho en tres meses y su objetivo es participar en un proceso de consolidación europea si los funcionarios de Bruselas flexibilizan por fin las reglas de Competencia. Queja que su antecesor, José María Álvarez Pallete, se había cansado de pronunciar, con escaso éxito, en numerosas ocasiones. Un Pallete que a finales de 2022 tuvo la oportunidad de fusionar Telefónica con Bouygues, la compañía francesa con la que entabló conversaciones para hacer un mini gigante europeo.

El nuevo presidente de la teleco repitió el mismo mensaje que Pallete tanto lloraba sobre la consolidación del sector en Europa

Pero el ahora defenestrado presidente se echó atrás a última hora porque esa operación requería una ampliación de capital que no gustaba a Javier de Paz, cuya continuidad en el consejo estuvo valorando Pallete, y a Isidro Fainé, dos de las personas que, por acción y omisión, respectivamente, tuvieron mucho que ver en su caída a iniciativa de la Moncloa de Pedro Sánchez. De haberse producido la fusión, el futuro de la operadora habría sido necesariamente distinto. Probablemente sin entrada de los saudís de STC con el 10% del capital y sin la respuesta posterior de la SEPI, de tomar una participación equivalente.

Efectivamente, desde el regreso a la Casa Blanca de Donald Trump, el mundo ha cambiado mucho. El presidente americano ha evidenciado la impotencia de la Unión Europea y ha mostrado las debilidades del viejo continente. Y, en paralelo, diversos partidos de derecha y de ultraderecha se han hecho con los gobiernos de las principales capitales de Europa. Berlín, París, Roma, Lisboa, La Haya... El azul domina en casa de nuestros vecinos.

Su objetivo es participar en un proceso de consolidación europea si Bruselas flexibiliza las reglas de Competencia

Si Telefónica quiere protagonizar la consolidación del sector de las 'telecos' en Europa, deberá tener muy presente la nueva tendencia política europea. Convencer a Francia, Alemana, Italia, Portugal o Países Bajos de que accedan a integrar alguna de sus operadoras con una compañía española participada por un partido de izquierdas, a cuyo presidente se le nombra por imposición ideológica, haciendo trizas las normas de gobierno corporativo de cualquier consejo de administración digno, no parece una tarea sencilla.

Murtra, como antes ya decía Pallete, sostiene que en Europa hay muchos operadores en comparación con Estados Unidos. Tiene razón. Pero no parece fácil que Sánchez, que no se cansa de advertir de los riesgos de la crecida de la derecha, se entienda con Macron, Meloni o Merz a la hora de fusionar compañías de telecomunicaciones, tan sensibles para la seguridad nacional. Haber vetado a Polonia y Hungría en la compra de Talgo no invita a confiar en acuerdos transnacionales. Porque Telefónica, además de una teleco, es ahora una compañía política, con una participación del Estado, con un Gobierno con ganas de influir en decisiones estratégicas. No es una participación tecnocrática, como, hasta el momento, ha sido el 18% del Frob en CaixaBank.

No obstante, Murtra tiene alguna oportunidad en el horizonte. Porque algún competidor anda con serios problemas de solvencia, como la francesa Altice, con una deuda salvaje. De hecho, los acreedores, la mayoría de ellos fondos buitre con ganas de hacer negocio cuanto antes, se van a quedar con el 45% del capital a cambio de una quita de miles de millones. Dicho eso, se trata de un zombi que no le cambia la vida a la española, cuyo tamaño, 24.000 millones de euros de capitalización, es similar al resto de operadoras europeas relevantes, con la excepción de Deutsche Telekom, que vale 176.000 millones, gracias, sobre todo, a su exposición al mercado de EEUU.

A los analistas de Goldman Sachs, JP Morgan y Bank of America no le gustó la falta de concreción de Murtra

El mensaje de que a fin de año presentará su nueva hoja de ruta le valió a Murtra para despejar balones fuera ante la prensa. Pero los analistas de Goldman Sachs, JP Morgan y, sobre todo, Bank of America, que aconsejan a sus clientes dónde invertir sus miles de millones de patrimonio, reclaman más concreción.

"Dice que su revisión estratégica deberá completarse a finales de año. Y lo digo con el mayor respeto, parece muchísimo tiempo. ¿Por qué tomaría tanto tiempo si los activos y la cartera parece razonablemente definidos, España está bien invertida, Brasil está en buen estado? Sólo me preguntaba por qué tarda tanto", preguntó el analista de Bank of America durante la conferencia con analistas posterior a los resultados. Fue tan nítido que al final incluyó un "espero que esta pregunta no parezca irrespetuosa".

La acción de Telefónica cerró el viernes a 4,30 euros por acción, un 6,5% por encima de donde recogió el testigo Murtra. Los inversores, de momento, parece que le están dando el beneficio de la duda, pero las preguntas de los analistas deberían servir como advertencia de que la confianza de los mercados es voluble por definición.

Marc Murtra se estrenó la semana pasada como presidente de Telefónica tras su nombramiento, por orden de Moncloa, el pasado 18 de enero. Con motivo de la presentación de resultados del pasado año, el primer ejecutivo de la operadora mantuvo dos reuniones, primero con los analistas, y después con la prensa. Arropado por Ángel Vila, consejero delegado, y de Laura Abasolo, la directora financiera, a unos y a otros les respondió con mensajes generales, ambiguos, nada concretos, sobre qué va a hacer para revitalizar la ‘teleco’, ahora participada por el Estado.

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