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El ajetreado año para los consejeros de Grifols que lidiaron con la crisis de Gotham
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Celebraron 34 reuniones

El ajetreado año para los consejeros de Grifols que lidiaron con la crisis de Gotham

La mayor carga de trabajo no significó una mayor remuneración para los consejeros, ya que sus estatutos no contemplan pagos adicionales, como dietas, por asistir a las reuniones

Foto: Sede de Grifols en Barcelona. (EFE/Quique García)
Sede de Grifols en Barcelona. (EFE/Quique García)
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Ser consejero de Grifols se ha convertido en un trabajo que demanda plena dedicación. La crisis bursátil y de gobernabilidad que desató un informe del bajista Gotham City a comienzos de 2024 obligó al Consejo de Administración de la farmacéutica catalana a celebrar hasta 34 reuniones a lo largo del ejercicio pasado, triplicando la media de encuentros que mantuvo durante los diez años anteriores.

Ni siquiera en otras compañías con un ajetreado 2024 hubo tantas reuniones. Grifols duplicó, por ejemplo, los 17 encuentros de BBVA, que a mediados de año lanzó una opa hostil sobre Sabadell, que a su vez juntó en 15 ocasiones a los miembros de su órgano de gobierno. Aunque, entre todas las empresas del Ibex que ya han presentado su Informe de Gobierno Corporativo, Unicaja fue la que más organizó, con un total de 18, principalmente para acometer cambios en su consejo.

En cada una de las reuniones se tomaron decisiones relevantes. La compañía tuvo que reaccionar a las continuas acusaciones de Gotham, que destapó irregularidades contables, en las que estaba inmiscuida la familia Grifols y que le llevaron a perder más del 40% de su valor en bolsa. Para recuperar la confianza del mercado, el consejo acordó a lo largo del año apartar a los herederos de los fundadores de las funciones ejecutivas y firmar a un consejero delegado externo, con las manos limpias, entre otras medidas.

Ante la delicadeza de las decisiones a tomar, era de vital importancia contar con la presencia de todos los consejeros. La mayoría acudió sin falta a las citas, pero hubo ausencias significativas. Por ejemplo, el exembajador de Estados Unidos en España, James Costos, que renunció a su cargo en junio, acudió solo al 37,5% de las reuniones a las que se le convocó. La más sonada tuvo lugar en febrero, cuando se aprobaron sin su rúbrica los resultados financieros de 2023.

Grifols sostiene que aquellas personas "que no pudieron asistir a una reunión del Consejo de Administración justificaron siempre previamente su ausencia por motivos personales o profesionales". Fue el caso de Costos, que no había manifestado "disconformidad ni oposición alguna con la documentación remitida" y firmó las cuentas poco después. Aunque lo cierto es que el daño estaba hecho, porque la compañía se hundió un 35% en bolsa el día en el que presentó esos resultados, que tampoco contaron en un primer momento con el aval del auditor, lo que levantó suspicacias entre unos inversores que desconfiaban tras el informe de Gotham.

También se saltaron alguna reunión las consejeras Susana González Rodríguez y Enriqueta Felip Fon, aunque su ausencia no tuvo un impacto tan sustancial. Además, para evitar conflictos de intereses, los tres miembros de los Grifols que se mantienen como consejeros dominicales y el abogado Tomás Dagá, relacionado con los fundadores, no pudieron participar en los encuentros que sirvieron para debatir la potencial opa que estuvo cerca de lanzar Brookfield junto a la familia.

Mayor actividad en las comisiones

A las reuniones del Consejo de Administración se sumó una mayor actividad en las tres comisiones, con un total de 29 encuentros, cuando la media en los cuatro ejercicios anteriores —2020 es el último año comparable porque antes solo había dos comisiones— fue de 17. En 2024, los que más se vieron las caras fueron los miembros del área de Auditoría, que se juntaron 14 veces, mientras que la de Nombramientos y Retribuciones celebró diez reuniones. Por su parte, la de Sostenibilidad se agrupó en cinco ocasiones.

En años anteriores, lo habitual era que la Comisión de Nombramientos y Retribuciones concentrase la mayor parte de las reuniones. Aunque en 2024 hubo cierto baile de sillas en el consejo, tiene sentido que la actividad fuese más frenética en la Comisión de Auditoría. Entre sus funciones está supervisar la información financiera, estar en contacto con los auditores externos y asegurar el cumplimiento de buen gobierno, aspectos que quedaron en cuestión tras las acusaciones de Gotham.

Más reuniones, mismo sueldo

La mayor carga de trabajo no significó una mayor remuneración para los consejeros, ya que sus estatutos no contemplan pagos adicionales, como dietas, por asistir a las reuniones. Su salario está compuesto por una cuantía fija, a la que se suma una retribución adicional por pertenecer a una de las comisiones. No obstante, el presidente y el CEO sí perciben un variable, aunque está relacionado con el cumplimiento de objetivos y no con las veces que ocupen su asiento en el consejo.

Respecto a las retribuciones, en 2024 se produjo una circunstancia anómala. Raimon Grifols y Víctor Grifols Deu recibieron una indemnización que rondó los 3,3 millones para cada uno tras abandonar sus funciones ejecutivas, obligados por la presión que realizó el mercado al conocerse los vínculos que mantiene Scranton, su vehículo inversor, con la propia farmacéutica. Esa sociedad fue el hilo del que tiró Gotham para denunciar las irregularidades.

Ser consejero de Grifols se ha convertido en un trabajo que demanda plena dedicación. La crisis bursátil y de gobernabilidad que desató un informe del bajista Gotham City a comienzos de 2024 obligó al Consejo de Administración de la farmacéutica catalana a celebrar hasta 34 reuniones a lo largo del ejercicio pasado, triplicando la media de encuentros que mantuvo durante los diez años anteriores.

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