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Aluvión de demandas de crédito en renovables (17.000M) para salvar licencias
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LA FINANCIACIÓN SE HA ENDURECIDO

Aluvión de demandas de crédito en renovables (17.000M) para salvar licencias

Promotores que obtuvieron permisos en la subasta de 2021 están solicitando crédito a la banca para lanzar la construcción. El mercado se ha endurecido

Foto: Planta solar. (Reuters/Mikheyev)
Planta solar. (Reuters/Mikheyev)
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El mercado de renovables vuelve a animarse. Después de meses de parón e inestabilidad, con reestructuraciones y sustos —como en Soltec—, los promotores están acudiendo de forma masiva a la banca para solicitar financiación. En los bancos hay ánimo por prestar y seguir haciendo más verde el balance, aunque los criterios se han endurecido.

Los promotores que obtuvieron permisos en la subasta de 2021 están acudiendo a la banca en este inicio del año. En la mayoría de los casos, de la mano con asesores. Los bancos esperaban que hubiera en torno a 17.000 millones de peticiones de crédito para proyectos aprobados en la subasta de hace cuatro años a lo largo de 2025, y especialmente después del verano. Pero ante la volatilidad de los precios y la crisis de algunos proyectos en los últimos años, muchos se están adelantando.

En el sector se calcula que para mantener permisos se necesitan 25.000 millones de euros para construir los proyectos de aquí a 2027, pero como se tarda año y medio en levantar un proyecto fotovoltaico y hasta dos años en construir uno eólico, es ahora cuando se pide financiación. Normalmente, se financia en torno al 70%, lo que arroja una demanda de crédito potencial de 17.000 millones. Gran parte de las peticiones se están produciendo en el arranque de año.

Foto: Una grúa en un edificio en construcción en Madrid. (Getty Images)

Banqueros consultados explican que sigue habiendo apetito por prestar. Y aunque están impulsando otros mercados de renovables, como el italiano, España sigue siendo el principal objetivo. Sin embargo, la financiación se ha endurecido, especialmente para sponsors que los bancos no consideren de primer nivel. La rentabilidad potencial de los proyectos se ha reducido con la caída de precios del último año y, con ello, los bancos ponen más acento en la solvencia del promotor.

Confianza en financiar 'lo verde'

Las entidades financieras españolas tienen objetivos elevados de financiación sostenible, que han resistido a la ola anti ESG (criterios ambientales, sociales y de gobernanza, por sus siglas en inglés) que abandera Trump. CaixaBank ha incluido en su plan estratégico una meta de 100.000 millones de financiación sostenible entre 2025 y 2027. Santander quiere llegar a 220.000 millones en 2030, y en 2024 ha alcanzado los 139.400 millones. BBVA lleva años presumiendo de financiación verde, y Sabadell es de los bancos más activos en renovables. También ING, cuyo nuevo CEO en España tiene experiencia con el sector desde la banca de inversión, o Unicaja, que ha incluido objetivos sostenibles en su nuevo plan estratégico.

Habrá más concentración y se necesita estómago financiero por la volatilidad

Estos miles de millones se traducen en crédito a promotores de renovables. Pero los bancos, que hasta hace un año tenían el grifo abierto al máximo para el sector, se han vuelto más selectivos. Quieren evitar que un potencial colapso de parte de la industria se lleve por delante sus ratios de morosidad empresarial. Ya ha habido avisos, como la recalendarización de deuda de la planta Guzmán Energy, que ha afectado a BBVA, la reestructuración con quitas de Solarprofit o la crisis de Soltec, que está en preconcurso negociando contrarreloj con los bancos.

"El mercado español está ahora más difícil, pero se seguirán haciendo proyectos. Lo que pasa es que antes cualquiera podía aventurarse, y ahora los que no tienen un contrato de precios fijos (PPA) sufren, y hacer un nuevo PPA reduce mucho la rentabilidad futura. Habrá más concentración y se necesita estómago financiero por la volatilidad, así como experiencia", explica un banquero especializado en renovables.

Una estrategia de riesgo

En 2024, los promotores se tuvieron que comprometer a poner en marcha los proyectos en un semestre concreto. La mayoría se marcó entre el segundo semestre de 2026 y el primero de 2027 para tener margen de maniobra. Algunos proyectos maduros apostaron por conectarse en el segundo semestre de 2025 y ya se están construyendo mientras negocian acuerdos de venta de electricidad con PPA y financiación.

"La coyuntura actual de precios y lo que se prevé para este 2025 hace que muchos estén dispuestos a asumir el riesgo e intentar estructurar ya, y luego pedir permiso para adelantar", comenta Óscar Barrero, socio del sector energía en PwC. Algunos de los proyectos que se esperaban para 2026 y 2027 ya se plantean financiar primero para construir y, después, solicitar al Ministerio que les permita adelantar el hito.

Foto: Paneles solares en Milán. (Reuters / Greco)

Es un riesgo porque no hay garantías de que la Administración lo autorice. Si no dan luz verde, el desarrollador se queda con el parque construido y parado durante un año. Otro aspecto a tener en cuenta son los retrasos en la red eléctrica y los problemas para la instalación de subestaciones.

Mejor ambiente que en 2024

Estas prisas están acelerando las peticiones. "El año pasado, hasta abril o mayo, el apetito inversor se desinfló con los precios mayoristas a la baja y muchas incertidumbres, sobre todo para la solar fotovoltaica. Ahora, en 2025, notamos un espíritu ligeramente más optimista”, señala Alejandro Diego Rosell, consultor independiente del sector energético y profesor de la Escuela de Organización Industrial (EOI).

En estos momentos, hay 200 gigavatios (GW) entre proyectos de eólica y fotovoltaica que han solicitado conexión a la red. "Obviamente, no hay espacio para todos. Estas cifras duplican los objetivos del propio Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC)", recuerda Rosell. "Se puede producir una canibalización del mercado que no solo impida la conexión de muchos proyectos, sino que muchos operativos entren en default. Hay demasiados jugadores para un pastel que no es tan grande", destaca el profesor.

Aunque hay opciones de que el mercado mejore. Las baterías a gran escala, los acuerdos de compra-venta (PPA) y los proyectos industriales intensivos en electricidad son una salida. No obstante, el mercado acumula dos años de crecimiento de la demanda eléctrica a pesar del aumento del autoconsumo, que debería deprimir esta demanda. "Pese a todo, soy razonablemente optimista", concluye Diego Rosell.

El mercado de renovables vuelve a animarse. Después de meses de parón e inestabilidad, con reestructuraciones y sustos —como en Soltec—, los promotores están acudiendo de forma masiva a la banca para solicitar financiación. En los bancos hay ánimo por prestar y seguir haciendo más verde el balance, aunque los criterios se han endurecido.

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