Las petroleras vuelven a pensar en petróleo y los fabricantes en coches de combustión
Sus inversores levantan la voz ante la caída del negocio del refino y con una inversión concentrada en los 'verde'. Un giro que también se produce en sus 'socios' del automóvil
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"Reiniciaremos nuestra estrategia". Esta es la frase que resume la declaración de este martes BP, máximo ejecutivo de Murray Auchincloss ante el mercado, tras presentar unos malos resultados de 2024. La petrolera británica se une a las recientes alertas de otros gigantes del sector, como Shell, Total o Chevron. El negocio de refinar petróleo, que tantas alegrías les dio en 2022, vive un mal momento y sus inversores les presionan más que nunca porque todas sus inversiones se concentran en "lo verde". Una situación muy parecida a la que viven los fabricantes de automóviles con su apuesta masiva por el coche eléctrico.
Repsol y Moeve (Cepsa), que hablarán al mercado esta semana, ya han dado señales en 2024 de que sufren de la misma manera este momento del refino. El asunto es simple: hay más oferta mundial que demanda de productos como carburantes o fuelóleos. Un escenario completamente diferente al vivido con la invasión de Rusia a Ucrania, donde "los refineros" dispararon su cuenta de resultados gracias a las necesidades del mercado mundial para compensar la gran dependencia existente por el producto refinado ruso.
Ahora se vive una caída mundial de este negocio. "Los márgenes de refino, que se miden por el diferencial de craqueo de 3:2:1, desde la primavera han sido menores que sus promedios de cinco años (2019-23) y han caído aún más entre finales de verano y principios del otoño", explica. El diferencial de craqueo de 3:2:1 se calcula restando el precio de 3 barriles de petróleo crudo del precio de 2 barriles de gasolina y 1 barril de destilado. Este año, la media del margen de refinado mensual de septiembre cayó a su nivel más bajo desde 2020, cuando la demanda estaba desplomada por las limitaciones de movilidad del coronavirus.
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Con estas cifras, se reconoce abiertamente que el 2024 ha sido malo. Pero el año que viene no va a ser mucho mejor. "No vemos argumento para cambiar nuestra perspectiva cautelosa para el refino", avisan los expertos de Bank of America. "En consonancia con nuestro pronóstico para el año 2024, donde los márgenes de refino se han desplomado casi un 50% en el promedio interanual en 2024. Nuestros balances de oferta/demanda siguen en territorio bajista en 2025, pero, sin esperar una recuperación de los márgenes de refinación, vemos una caída más limitada", añaden.
El inversor no tiene paciencia
Las petroleras utilizan estos datos para evidenciar que su negocio es cíclico. Es decir, hay años buenos y años malos. Aunque lo que empieza a hacer perder la paciencia de los inversores es que sus ganancias de esos "años buenos", como fue 2022, se están dedicando casi en exclusiva a apostar por negocios 'verdes', que están cargados de incertidumbre en términos de rentabilidad. Apuestas como el hidrógeno o los biocarburantes son todavía una incógnita y otros negocios como la eólica o la energía solar tienen otros competidores, como las eléctricas, con más terreno ganado.
La falta de rentabilidad provoca el malestar de los accionistas actuales y atrae a ciertos 'buitres'. La crisis de BP ha animado al accionista activista Elliott Management. Los analistas del mercado, que conocen la estrategia de Elliott, esperan que su activismo en este caso sea para reclamar una mayor inversión en petróleo y gas, con cambios tanto en la dirección como en el consejo.
No vemos argumento para cambiar nuestra perspectiva cautelosa para el refino
El gigante energético noruego Equinor ha anunciado que reduce a la mitad la inversión en energía renovable durante los próximos dos años, mientras aumenta su producción de petróleo y gas. Mientras, en España, Repsol planea una inversión de entre 16.000 y 19.000 millones de euros netos entre 2024 y 2027, con más del 35% destinado a iniciativas bajas en carbono como los biocarburantes.
Moeve (Cepsa) sostiene su plan de transformación prometiendo un gasto de capital hasta 2030 de 8.000 millones, donde el 60% se dedicará a negocios 'sostenibles' como el hidrógeno. Sus accionistas defienden, de momento, una estrategia que todavía está lejos de empezar a generar la caja que daba su exitoso negocio de refino.
Los fabricantes de coches se unen al 'volantazo'
Uno de los grandes socios del negocio de refino son los fabricantes de coches. Otro negocio que ha aparcado su actividad convencional para apostar su futuro a 'lo verde', en este caso, a la venta masiva del coche eléctrico. Un fenómeno que tanto los fabricantes europeos como los americanos no han logrado consolidar, y empiezan a 'doblar la rodilla' ante la victoria de sus competidores asiáticos.
Los alemanes de BMW han prometido seguir invirtiendo en tecnología de motores de combustión e híbridos. El fabricante de alta gama Porsche también ha anunciado en este arranque de 2025 que seguirá desarrollando coches con motores de combustión y que su plan de producir exclusivamente coches eléctricos, al menos durante los próximos años, se ha desechado.
El último informe de la Agencia Internacional de la Energía apunta que en 2023 el 18% de los coches vendidos eran eléctricos, frente al 4% que representaba en 2020. Una mejora que invita al optimismo. No obstante, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) apunta que en el primer semestre de 2024 sus ventas bajaron un 0,4%.
Este estancamiento de los fabricantes europeos presiona para cambiar la estrategia. Frente a unos competidores asiáticos que empiezan a tener una ventaja insalvable en calidad/precio, los inversores presionan a su dirección y a los reguladores para que se vuelva a facilitar la evolución del motor de combustión, donde Europa era el gran dominador del mercado.
"Reiniciaremos nuestra estrategia". Esta es la frase que resume la declaración de este martes BP, máximo ejecutivo de Murray Auchincloss ante el mercado, tras presentar unos malos resultados de 2024. La petrolera británica se une a las recientes alertas de otros gigantes del sector, como Shell, Total o Chevron. El negocio de refinar petróleo, que tantas alegrías les dio en 2022, vive un mal momento y sus inversores les presionan más que nunca porque todas sus inversiones se concentran en "lo verde". Una situación muy parecida a la que viven los fabricantes de automóviles con su apuesta masiva por el coche eléctrico.