El plan de Volotea en la guerra total entre el Gobierno y Ryanair
Muñoz reconocía que la aerolínea irlandesa de bajo coste tiene razón al considerar que Aena no incentiva lo suficiente el tráfico aéreo en las pequeñas y medianas ciudades
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fcf2%2Fdbf%2Ffe1%2Fcf2dbffe1395e2c0bdd6e563f96620b7.jpg)
A río revuelto, ganancia de pescadores. Este refrán puede extrapolarse al cielo con la aerolínea Volotea, que ha mostrado su predisposición a cubrir las rutas que dejó vacías Ryanair al considerar que las tasas aeroportuarias que pagaba eran excesivas. Esas tarifas las decide Aena, donde el Estado mantiene una participación mayoritaria del 51%. Por lo tanto, el Gobierno ha encontrado un aliado dispuesto a recuperar el tráfico aéreo desde y hasta las ciudades más pequeñas.
"Si se va Ryanair, que no se preocupen que está Volotea", señalaba este martes el consejero delegado de la aerolínea, Carlos Muñoz, que ha reconocido conversaciones con Aena para ver si pueden hacerse cargo de una parte de las 800.000 plazas a las que Ryanair renunció en siete aeropuertos españoles (Jerez, Valladolid, Santiago, Vigo, Zaragoza, Asturias y Santander). No será para esta temporada de verano, que ya está planificada, sino que su intención es alcanzar un acuerdo para el invierno de 2025.
Si finalmente fructifican esas conversaciones, echaría un cable al ministro de Transportes, Óscar Puente, que instó a Ryanair a retirar ese recorte de capacidad para este verano. "La política de transportes y de infraestructuras de nuestro país la define exclusivamente el Gobierno de España y está al servicio del interés general y no del interés particular de empresas concretas", manifestó el político en una carta enviada a la aerolínea, de la que informó Cinco Días.
No obstante, Muñoz reconocía que Ryanair tiene razón al considerar que Aena no incentiva lo suficiente el tráfico aéreo en los aeropuertos regionales. "Agradecemos los incentivos, pero no son suficiente para favorecer el desarrollo de rutas", señalaba durante una rueda de prensa. De hecho, afirmaba que son las comunidades autónomas correspondientes las que consiguen incrementar la operativa en sus infraestructuras.
Reconocía que Ryanair tiene razón al considerar que Aena no incentiva lo suficiente el tráfico aéreo en los aeropuertos regionales
Sin embargo, es una manera de seguir incrementando su oferta, manteniéndose fiel a su estrategia de implantarse en ciudades pequeñas y medianas. Trata de mejorar así sus resultados históricos de 2024, cuando alcanzó unas ventas de 811 millones de euros y un resultado bruto de explotación (ebitda) de 148 millones. Aunque la compañía no comunicó cuál fue su beneficio neto, ni tampoco aclaró si había conseguido salir del desequilibrio patrimonial en el que incurrió por el covid.
También devolvería así parte del favor que le hizo el Gobierno cuando le inyectó, a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), 200 millones de euros para evitar su quiebra por la pandemia, aunque ya registraba pérdidas un año antes de la aparición del covid. Incluso, alcanzó un acuerdo con el brazo inversor del Gobierno y otros bancos acreedores para retrasar el pago de una deuda de 36,2 millones y asegurar la liquidez necesaria para mantener su operativa.
Una de cal y otra de arena
Aunque, siguiendo con los refranes, Volotea le ha dado al Gobierno una de cal y otra de arena. Al mismo tiempo que habla con Aena para cubrir el hueco de Ryanair en los aeropuertos regionales, ha sido la primera compañía en llevar a los tribunales la millonaria multa que el Ministerio de Consumo impuso a las aerolíneas low cost por cobrar el equipaje de mano. En esta ocasión se pone precisamente del lado de Ryanair, que mantiene un cruento enfrentamiento con el ministro Pablo Bustinduy, el responsable de la sanción.
Eso sí, aunque ambas compañías consideren que es ilegal la multa conjunta de 179 millones, la manera de defender su postura es muy diferente. Ryanair lleva semanas lanzando improperios contra Bustinduy y este martes tensó la situación al límite, con una rueda de prensa en Madrid en la que su consejero delegado, Michael O'Leary, se hizo fotos con un muñeco de cartón pluma que representaba al ministro vestido de payaso. Y aprovechó también la ocasión para calificarle repetidamente de "estúpido" y "loco".
En cambio, Volotea mantiene las formas de cara al público. En la rueda de prensa ofrecida también este martes para presentar sus cuentas de 2024, Muñoz se limitó a decir que los expertos les dan la razón. Explicó que Consumo basó su sanción en una ley española y que hay otra normativa europea, el Reglamento 1008/2008, que prevalece sobre la nacional y que defiende la libertad tarifaria de las aerolíneas. Es el mismo argumento que Ryanair, pero sin performance.
También coinciden en señalar que si finalmente les obligan a dejar de cobrar por la maleta de mano, la impresión de billetes en los aeropuertos y la reserva de asientos, tendrán que subir el precio de los billetes porque mantienen que sus tarifas low cost solo se sostienen si cada pasajero elige los servicios que necesita. Eso sí, una vez más, difieren las formas elegidas para manifestar su postura.
Volotea ponía números sobre la mesa para explicar que el coste medio de sus billetes subiría alrededor de 30 euros, ya que el 52% de sus clientes no incluye ningún servicio adicional. "Tendría un impacto inflacionista importante, porque el precio casi se duplicaría", remarcaba Muñoz. Ryanair, por su parte, sacaba a la venta 179.000 plazas —en referencia al importe de la sanción— a 19,99 euros, con una campaña cuyo lema era: "Reserva precios locos antes de que el payaso —en referencia a Bustinduy— los suba".
Cabe señalar que Volotea es la menos afectada por la sanción, que se reparte en función de las ganancias obtenidas por cada compañía con las prácticas que el Ministerio de Consumo considera ilegales. Concretamente, si finalmente se hace efectivo el castigo económico, tendrá que abonar alrededor de 1 millón de euros. Por su parte, Ryanair deberá pagar 107 millones, debido al mayor tráfico de pasajeros que tiene en España. También se ha multado a Vueling, EasyJet y Norwegian.
A río revuelto, ganancia de pescadores. Este refrán puede extrapolarse al cielo con la aerolínea Volotea, que ha mostrado su predisposición a cubrir las rutas que dejó vacías Ryanair al considerar que las tasas aeroportuarias que pagaba eran excesivas. Esas tarifas las decide Aena, donde el Estado mantiene una participación mayoritaria del 51%. Por lo tanto, el Gobierno ha encontrado un aliado dispuesto a recuperar el tráfico aéreo desde y hasta las ciudades más pequeñas.