Oughourlian redobla su órdago al Gobierno y se niega a invertir en la nueva TV de Moncloa
El presidente de Prisa ha comunicado a los acreedores que no gastará dinero en el nuevo canal de televisión que dirigirá José Miguel Contreras. La empresa propietaria de Cadena SER solo hará aportaciones en especie
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Prisa ha comunicado a sus acreedores que no va a destinar un euro para lanzar la nueva cadena de televisión que el Gobierno de Pedro Sánchez le va a conceder al grupo propietario de El País y la Cadena SER. De esta forma, Joseph Oughourlian, su presidente, que está tratando de refinanciar deuda por 800 millones de euros, redobla su órdago contra Moncloa, que quiere completar la plataforma mediática de izquierdas con una televisión en abierto para atacar el mensaje de los pseudomedios y la fachosfera.
Así lo aseguran fuentes próximas a los prestamistas de Prisa, que en las conversaciones que están manteniendo con el holding de medios y educación le han preguntado si parte de los 800 millones cuyo vencimiento quiere alargar se van a destinar a un negocio auspiciado por el Gobierno y que suele ser deficitario los primeros tres años. Pilar Gil, directora financiera, vicepresidenta y mujer de confianza de Oughourlian, les ha indicado que Prisa no va a gastar dinero en este proyecto impulsado por José Miguel Contreras, máximo responsable contenidos de El País y la SER.
Al contrario, Pilar Gil les ha comunicado que la participación de Prisa en este canal de televisión se limitará a la aportación de la marca y de recursos en especie, es decir, personal y oficinas para la puesta en marcha de la nueva cadena. Pero en ningún caso capex, que no generará caja durante al menos 36 meses, como ya ocurrió en los lanzamientos de LaSexta y de Cuatro. En el caso de la primera, los inversores, como Miguel Barroso y Jaume Roures, también vinculados a la izquierda política, se dejaron más de 1.000 millones por el camino hasta que fue rescatada por Atresmedia.
Esa es una de las grandes preocupaciones de Pimco, el mayor acreedor de Prisa, que en junio de 2026 tiene que hacer frente a la amortización de 240 millones y de otros 575 millones a finales del próximo año. Una deuda por la que paga un interés del Euríbor +5,25%, es decir, de un 7,5%. Por tanto, un plazo corto que aprieta el calendario y que impide a la compañía, cuyos próximos resultados se pueden ver muy castigados por la evolución de las divisas en su negocio de educación, asumir nuevos riesgos.
Contreras ha transmitido a sus potenciales inversores que, con una cuota de pantalla de apenas el 2%, el nuevo canal sería rentable
Por ello, Contreras se ha lanzado a conseguir por su cuenta el dinero suficiente para poner en marcha este nuevo canal de televisión que le adjudicará el Gobierno de Pedro Sánchez. Según distintas fuentes, el empresario, que ya participó en el lanzamiento de la Sexta, asegura que ya cuenta con al menos 100 millones de euros para iniciar las operaciones de lo que sería Prisa TV. Un proyecto que llega en pleno derrumbe del consumo de las televisiones en abierto por la competencia de las plataformas de streaming, como Netflix, Amazon Prime o HBO.
Según los dos últimos informes anuales de Barlovento y GECA, el tiempo total de visionado por espectador fue de 290 minutos diarios (4 horas y 50 minutos), que son siete minutos menos que en 2023. Mientras que por persona, el total del tiempo dedicado en esta modalidad logra 171 minutos (2 horas y 51 minutos), diez minutos menos que en el ejercicio anterior.
En sus informes sobre las audiencias de 2024, concluyen que se han consumido 11 minutos menos que en 2023, el mínimo desde 1992, fecha de los primeros registros. Lo más llamativo es que lo que se conoce como prime time, donde el desplome, desde hace diez años, es muy significativo. Mientras que en 2013, el promedio de personas que se reunían entre las 22:15 y las 22:30 horas frente a la televisión ascendía a 18,2 millones, en 2023 apenas era de 13 millones. Y en 2024, esa cifra se redujo de nuevo hasta los 12,37 millones, con una merma de 595.000 espectadores, un 5% menos. Desde la finalización de la pandemia, el cuarto de hora de mayor presencia de televidentes ha descendido casi 1,3 millones de fieles.
La presidencia, en juego
Sin embargo, Contreras ha transmitido a sus potenciales inversores que, con una cuota de pantalla de apenas el 2%, el nuevo canal sería rentable. En los últimos meses, empresarios como Adolfo Utor, dueño de Balearia, Diego Prieto, expropietario del mayor grupo de ambulancias de Andalucía, y la familia Escribano, accionista destacado de Indra, controlada por el Gobierno, han aflorado participaciones en Prisa por alrededor del 11% del capital.
Si a este paquete se suma el 7% de Global Alconaba, un consorcio con afines al PSOE, su presencia en la compañía se acerca al 20%, frente al 29,9% que controla Amber, el fondo dirigido por Joseph Oughourlian. Ni un bando ni el otro ocultan ya sus diferencias, hasta el punto de que los primeros quieren, con la ayuda de Moncloa, quitarle la presidencia en la próxima junta general. Las participaciones, de Banco Santander (4%), la familia Polanco (8%), Carlos Slim (6%) y Vivendi (13%) serán claves para esta batalla.
En la reciente compra de Hispasat por parte de Indra, controlada en un 28% por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), y de la que Amber tiene el 8%, Oughourlian se negó a votar a favor de una operación ordenada desde Moncloa, como publicó El Confidencial en exclusiva.
Prisa ha comunicado a sus acreedores que no va a destinar un euro para lanzar la nueva cadena de televisión que el Gobierno de Pedro Sánchez le va a conceder al grupo propietario de El País y la Cadena SER. De esta forma, Joseph Oughourlian, su presidente, que está tratando de refinanciar deuda por 800 millones de euros, redobla su órdago contra Moncloa, que quiere completar la plataforma mediática de izquierdas con una televisión en abierto para atacar el mensaje de los pseudomedios y la fachosfera.