La generación Z prefiere no contratar a la generación Z: cuando no te soportas ni a ti mismo

Cada vez más miembros de la generación Z irrumpen en la oficina, y no va a ser fácil. No lo dicen los boomers, lo dicen ellos mismos. Los centennials son conscientes de los difíciles que pueden llegar a ser, tanto que los reclutadores de este grupo admiten que son la generación más complicada con la que trabajar y que gestionar, además de que prevén contratar a más millennials que a empleados de su edad. ¿Los 'Z' no se aguantan ni a ellos mismos?

La encuesta de Tendencias de contratación: ¿Qué hace que un candidato sea excelente para un puesto de trabajo? de la plataforma de ayuda en el empleo Resume Genius a 625 gerentes de Recursos Humanos (RRHH) revela que casi la mitad de los profesionales del sector pertenecientes a la generación Z encuentra difícil trabajar con personas de su misma generación.

En concreto, el 45% de los responsables de contratación de la generación Z afirma que su propio grupo de edad es con el que más se hace cuesta arriba trabajar, así como el más complicado de gestionar. ¿El motivo? Son los más 'osados' a la vez que exigentes y no del todo comprometidos con la empresa.

Sin disgregar por edad, los responsables de RRHH, en general, consideran que los nacidos entre 1996 y 2010 son el grupo con el que resulta más complicado trabajar. En particular, la generación con la que es más difícil trabajar sería primero la 'Z' (45%), seguida con distancia de los millennials (26%). El 13% cree que los 'X' son los más difíciles para compartir lugar de trabajo, mientras que el 9% piensa que son los baby boomers (el 7% restante no está seguro o no le importa).

Asimismo, los propios reclutadores de la generación Z esperan contratar principalmente a millennials en el próximo año, no a los de su generación. Y sin diferenciar por edades, los responsables de RRHH prevén contratar en el próximo año un 45% de millennials, un 29% de la generación Z, un 14% de 'X' y un escaso 4% de baby boomers. El restante 8% afirma no estar seguro o que le es indiferente. Sin embargo, la llegada de la generación Z al mercado laboral es irremediable, por mucho que vaya a costar.

Motivos por los que la generación Z es difícil

Cuando no te soportas ni a ti mismo es porque sencillo no eres. Para empezar, son la generación que está más desvinculada de la compañía en la que trabajan y, por ende, más difícil de fidelizar. En EEUU, según una encuesta sobre fuerza laboral del diario económico CNBC | SurveyMonkey, los jóvenes trabajadores son los menos entusiasmados con su trabajo y, si no lo dejan, es porque no encuentran otro. De hecho, solo el 40% asegura que está prosperando dentro de su empresa.

Y en España no estamos exentos de este problema. El estudio Principales tendencias globales de talento de la consultora Robert Walters señala que el 57% de los miembros de la generación Z dejaría su trabajo por falta de oportunidades de desarrollo profesional dentro de la firma.

Por tanto, si no están del todo satisfechos, seguramente se planteen irse. "Según nuestros datos, el 46% de los profesionales de la generación Z estaría dispuesto a dejar su empleo en los próximos 6 meses si su nivel de satisfacción no es el suficiente", apunta Francisco Ribeiro, consejero delegado de la firma de talento ManpowerGroup España.

El 86% de la generación Z indica que tener un sentido de propósito es importante para su satisfacción y bienestar laboral

En parte, se debe a que, dentro de sus exigencias, ellos buscan empresas que prioricen su bienestar. La mayor parte de los jóvenes encuestados por la consultora Deloitte a nivel global de la generación Z (86%) indica que tener un sentido de propósito es importante para su satisfacción y bienestar laboral. Hablamos de una generación que, además de exigente, ya no se calla ante situaciones que les desagraden, es decir, que alteren su 'paz' laboral.

"Es posible que la generación Z tenga una mayor predisposición a expresar sus opiniones y expectativas en el ámbito laboral, pues han crecido en un entorno digital donde la inmediatez y la interacción constante han moldeado su forma de comunicarse. Además, su educación ha fomentado la participación activa y el cuestionamiento de normas establecidas", considera Manuel M. Molina, vicedecano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad CEU San Pablo.

Eso sí, el vicedecano comenta que este atrevimiento deben de "equilibrarlo con habilidades como la escucha activa, la empatía y la adaptación a la cultura organizativa", ya que no saben el jefe que pueden llegar a tener. "Los líderes que siguen estructuras jerárquicas rígidas podrán quizás encontrar más difícil conectar con esta generación, ya que la generación Z valora la horizontalidad, la transparencia y la flexibilidad", expresa Molina.

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No es que sean rebeldes, sino que, si algo no les gusta, lo van a decir. Lo complicado es entender qué les gusta, básicamente, porque cambian muy rápido sobre qué les gusta. "Saben perfectamente lo que quieren y más aún lo que no. Lo que sucede es lo que yo llamo el efecto aburrimiento, en seguida se aburren de todo", comenta Pilar Llácer, profesora y experta en recursos humanos.

Las organizaciones deben entender que esta generación busca un propósito en su trabajo, condiciones laborales alineadas con sus valores y espacios donde su voz sea escuchada. Esto puede suponer un reto para las empresas más tradicionales, sobre todo porque esta actitud 'osada' se la están contagiando a otros empleados. Según el Barómetro de confianza de la firma de comunicación Edelman, el 93% de los trabajadores cree que ha sido influenciado por sus compañeros de trabajo de veintitantos años.

El 93% de los trabajadores cree que ha sido influenciado por sus compañeros de trabajo de veintitantos años

Además, tienen una mayor conciencia medioambiental, que también les puede hacer irse a otra empresa. Dos de cada 10 miembros de la generación Z, de acuerdo con el estudio de Deloitte, ya han cambiado de trabajo o sector para alinear mejor su trabajo con sus valores ambientales, y otra cuarta parte de ambos grupos planea hacerlo en el futuro.

No va a ser fácil, no, pero no necesariamente tiene por qué ser malo. "Puede suponer un reto para las empresas más tradicionales, pero también representa una oportunidad para evolucionar hacia modelos más flexibles, inclusivos e innovadores. La clave estará en la adaptación: las empresas que comprendan las motivaciones de la generación Z y ajusten sus modelos de liderazgo a un entorno más participativo lograrán no solo atraer, sino retener el talento joven", subraya Molina.

Desde una perspectiva organizativa, "esta actitud puede ser altamente positiva si se gestiona adecuadamente", concluye el vicedecano. Llega la generación Z y es más osada, más cambiante, más quejica y menos comprometida, pero también más innovadora, inclusiva, digital y pasional. Será difícil, pero no tiene por qué ser negativo.