La industria eléctrica, contra la lentitud de las inversiones en redes: "España rechaza el 40% de las peticiones"
La Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (Aelec) critica la "histórica falta de inversión en la red". Según un informe de PwC y Redeia, entre 2015 y 2020, el 32% de las inversiones planificadas no llegó a ejecutarse
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En su objetivo de descarbonizar la economía, la industria y las empresas españolas han fijado su mirada en una infraestructura clave: las redes eléctricas. Ello se debe a las emergentes necesidades de muchas de estas compañías. Industrias que necesitan más potencia para descarbonizar desde su producción, hasta sus centros de proceso de datos, puntos de recarga eléctrica, puertos o desalinizadoras.
El propio Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec) tiene en cuenta este hecho y, entre sus objetivos, incluye "el refuerzo y crecimiento de las líneas de transporte y distribución en el territorio español". No en vano, el crecimiento en el número de solicitudes de inversión en redes ha aumentado significativamente en los últimos años: un 27% en 2020, un 29% en 2021, un 32% en 2022 y un 35% en 2023.
El 32% de las inversiones, sin ejecutar
Pese a la apuesta por dichas inversiones y la intención por llevarlas a cabo, parece que la realidad es otra. Según un análisis realizado por PwC y Redeia, entre 2015 y 2020, el 32% de las inversiones planificadas no llegó a ejecutarse. Como podemos ver en el gráfico inferior, además, el 33% de dichas inversiones se realizó fuera del plan, mientras que el 35% se llevó a cabo en tiempo y forma.
¿A qué se debe esta distancia entre las inversiones planificadas y las realmente ejecutadas? Según el informe, "a los retrasos en los procesos de tramitación administrativa, con tiempo medios de entre uno y seis años, según el tipo de instalación". Desde dicho punto de vista, "los procesos de tramitación administrativa de proyectos energéticos están llevándose a cabo en plazos muy superiores a los establecidos por la normativa correspondiente. Este incumplimiento es generalizado, apareciendo en más del 75% de los proyectos evaluados".
Por otro lado, "la estructuración de los trámites resulta excesivamente larga, llegando a generar en ocasiones duplicidades que dificultan más la eficiencia". El proceso de tramitación representa de media "entre un 50-75% del tiempo transcurrido hasta la puesta en servicio de una instalación, siendo el restante dedicado a su construcción y puesta en servicio". Este documento, de hecho, avisaba ya en 2022 de que los retrasos burocráticos amenazaban el 39% de los 11.607 millones de inversión en esta área que reflejaba entonces el Pniec.
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"España expulsa a la industria"
Estas circunstancias han provocado ciertas críticas desde el punto de vista de la industria. La Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (Aelec) aseguran que España "rechaza el 40% de las peticiones de nuevas inversiones debido a la histórica falta de inversión en la red de transporte de energía". Estas peticiones serían de hasta 10 GW, sin que, según Aelec, se hayan satisfecho.
Desde el Foro Mercado Libre, por su parte, ponen cifras a este desajuste, que "equivale a perder inversiones industriales por valor de 100.000 millones de euros y dejar de crear 1,5 millones de empleos".
"La escasez y obsolescencia de las redes eléctricas están teniendo nefastas consecuencias para la economía española"
En su opinión, "España expulsa a la industria" que quiere instalar nuevas redes o actualizar las ya disponibles. No sería un tema menor, ya que "la escasez y obsolescencia de las redes eléctricas están teniendo nefastas consecuencias para el conjunto de la economía española", sobre todo si tenemos en cuenta que "las inversiones en red de transporte están completamente desalineadas con esta necesidad", afirman. El "cuello de botella" de las redes "afecta tanto a los productores que quieren volcar energía en el sistema como a los que necesitan conectarse para consumirla".
"La planificación del transporte eléctrico, que se realiza en ciclos de seis años, es esencial para prever y satisfacer las necesidades de la demanda futura", recuerdan desde el Foro, de modo que "los errores en la planificación de nuevas inversiones y los retrasos en su ejecución están repercutiendo muy negativamente en el desarrollo de toda la economía española", concluyen.
En su objetivo de descarbonizar la economía, la industria y las empresas españolas han fijado su mirada en una infraestructura clave: las redes eléctricas. Ello se debe a las emergentes necesidades de muchas de estas compañías. Industrias que necesitan más potencia para descarbonizar desde su producción, hasta sus centros de proceso de datos, puntos de recarga eléctrica, puertos o desalinizadoras.