Elon Musk seduce a Trump: qué hay detrás del odio al teletrabajo de los grandes empresarios
Entre los motivos, muchos líderes empresariales aún conservan la idea de que la presencialidad es sinónimo de mayor productividad, reducir costes en la administración pública y mejorar la eficiencia operativa
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Elon Musk, Andy Jassy o Mark Zuckerberg quieren a todos sus empleados de vuelta en la oficina, y Donald Trump no iba a ser menos. El reelegido presidente de EEUU ha firmado esta semana, entre sus muchas medidas, un decreto que pone fin al teletrabajo de los funcionarios federales.
Este nuevo decreto de la segunda etapa Trump, en el Anexo F, "obliga a los empleados federales a volver a trabajar en la oficina a tiempo completo con efecto inmediato", informa la agencia Reuters, además de que debilitará las protecciones laborales para ellos. Este "doble golpe" de más presencialidad y menos protección provoca que un gran número de funcionarios renuncie a sus acuerdos de empleo online, revirtiendo una tendencia que comenzó en la pandemia.
Al analizar la cantidad de horas trabajadas en remoto, Benjamine Huffman, secretario interino del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), definió la cifra como "inaceptables". Según recoge el diario ABC News, el secretario señaló que, casi el 30% del total de horas trabajadas por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias y más del 24% de horas trabajadas por la plantilla de la Guardia Costera se hicieron online el año pasado.
Ante estos números, ha sido volver a ocupar el cargo de presidente y una de sus primeras directrices ha sido mandar a los empleados del DHS a la oficina, decisión que tomó bajo el consejo de su amigo Elon Musk, que será el que dirija el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental de EEUU. Era de esperar que el magnate, propietario también de la red social X, le sugiriese la presencialidad obligatoria, teniendo en cuenta que calificó al teletrabajo como una "gilipollez moral".
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De esta manera, el presidente electo se une al grupo de multimillonarios estadounidenses haters -enemigos en su traducción al español- del teletrabajo. Si el personal está conforme realizando sus funciones desde casa, en este caso y en el de muchas multinacionales, ¿por qué los grandes empresarios estadounidenses se empeñan en la presencialidad?
Por qué acabar con el trabajo en remoto
Los motivos a los que se acogen para acabar con el teletrabajo son varios. En el caso de Trump, el comunicado oficial de la Casa Blanca indica que esta medida busca eliminar las políticas que permitían el trabajo remoto instauradas en el covid, otorgando excepciones con regulaciones estrictas y que deberán justificarse plenamente. Asimismo, Trump alega que quitar el teletrabajo va unido a sus compromisos para reducir costes en la administración pública y mejorar la eficiencia operativa.
Defensores de esta medida del mandatario, según el diario La República, aseguran que el regreso a las oficinas permitirá una mayor supervisión del trabajo, fomentará la productividad y mejorará la comunicación entre los equipos. Los aliados de Trump han expresado que tiene como objetivo ayudar al presidente a reemplazar a los empleados gubernamentales de larga data con leales fieles solo a su agenda.
"Algunos líderes asocian la supervisión directa en la oficina con una mayor productividad, aunque no esté respaldado por datos"
En este contexto, muchos grandes empresarios obligan a volver a la oficina porque enlazan la presencialidad con la productividad. "Algunos líderes asocian la supervisión directa y el trabajo en oficina con una mayor productividad, aunque esto no siempre esté respaldado por los datos", expresa Javier Blasco, director de The Adecco Group Institute. De hecho, el dueño de Tesla sugirió al reelegido presidente que el fin del trabajo remoto reduciría los gastos del Gobierno y promovería la eficiencia.
Entre otras posibles razones de por qué ejecutivos contrarios a trabajar en casa, Blasco añade que "la eliminación del teletrabajo en algunas grandes empresas puede responder a una visión estratégica vinculada a sus necesidades específicas, como fomentar la cultura corporativa, mejorar la interacción entre equipos o maximizar el uso de oficinas físicas".
Además, explica que "la resistencia hacia el teletrabajo en ciertos entornos empresariales tiene diversas motivaciones, muchas de ellas relacionadas con las características propias de las organizaciones y sectores. En industrias donde la colaboración presencial es clave para la innovación o donde el contacto con el cliente exige presencia física, el teletrabajo puede parecer menos viable". Es importante considerar que no todos los sectores ni empresas tienen las mismas necesidades. Hay industrias con procesos productivos más tradicionales que requieren modelos de gestión que prioricen la interacción física.
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Por su parte, Oriol Mas, director general de la firma de empleo Randstad Enterprise, señala que "la decisión de muchas grandes empresas de limitar o eliminar el teletrabajo, a pesar de la preferencia de los empleados por modelos híbridos, se basa en una combinación de factores económicos y estratégicos. Si bien es cierto que la flexibilidad laboral está aumentando su importancia a nivel internacional entre los trabajadores, las empresas deben combinar esa demanda con sus objetivos de productividad y rentabilidad a largo plazo".
Críticas a erradicar el teletrabajo
La medida contra el teletrabajo de Trump no ha tardado en generar debate y la orden presidencial ha provocado incertidumbre entre los funcionarios, quienes consideran que el teletrabajo les permitió mejorar su desempeño y reducir tiempos de traslado.
Detractores advierten que esta nueva normativa podría desmotivar a los empleados y generar un impacto negativo en aquellos que equilibran responsabilidades laborales y personales mediante el teletrabajo. Además, sindicatos y organizaciones laborales ya han expresado su preocupación por el impacto en la calidad de vida de los empleados y han solicitado mayores detalles.
Detractores advierten que quitar el teletrabajo podría desmotivar a los empleados y generar un impacto negativo
Las críticas eran previsibles, teniendo en cuenta que quitar el teletrabajo, en general, no se está viendo como una normativa positiva entre los empleados. El último informe internacional de Randstad Workmonitor señalaba que el 37% del talento a nivel internacional no aceptaría un trabajo si no ofreciera flexibilidad en cuanto a dónde trabaja y sobre los horarios de trabajo, tal y como indica el 41%.
Y los magnates no son ajenos a ello. Es más, Elon Musk ha tildado de factor positivo que esta decisión podría llevar a una "oleada de renuncias voluntarias", lo cual "aligeraría la estructura de la administración pública", siendo así totalmente consciente de que la opción de trabajar en casa siempre es bienvenida por la plantilla. El teletrabajo híbrido, en particular, se ha posicionado como una solución óptima para equilibrar las necesidades de las organizaciones. Sin embargo, los empresarios más famosos del mundo escogen mirar para otro lado; o para el suyo.
Elon Musk, Andy Jassy o Mark Zuckerberg quieren a todos sus empleados de vuelta en la oficina, y Donald Trump no iba a ser menos. El reelegido presidente de EEUU ha firmado esta semana, entre sus muchas medidas, un decreto que pone fin al teletrabajo de los funcionarios federales.