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El regreso del Sabadell a Cataluña interpela al universo de La Caixa
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El regreso del Sabadell a Cataluña interpela al universo de La Caixa

La noticia de la semana rompe el tabú económico de que los bancos no podían volver a Cataluña. Pero el que preside Josep Oliu lo ha hecho y no ha pasado nada. La partida cambia

Foto: Salvadror Illa e Isidre Fainé. (La Caixa)
Salvadror Illa e Isidre Fainé. (La Caixa)
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El regreso de la sede social del Banco Sabadell a Cataluña ha demostrado de manera empírica que devolver la sede social a territorio catalán carece de coste financiero. Ni siquiera si se trata de un banco tan grande como el Banco Sabadell, que cotiza en el Ibex-35. La decisión de Josep Oliu y César González-Bueno , intentando esquivar la OPA del BBVA, interpela al mundo de La Caixa, tanto al banco, CaixaBank, el primer banco del mercado español; como a la estructura en su capital. En 2017 CaixaBank se trasladó a Valencia, mientras que la sede social de Criteria y la de la Fundación Bancaria La Caixa se fueron a Palma de Mallorca. Por ahora, en las torres negras, el discurso no se altera: el cambio de sede en la entidad que encabeza Isidre Fainé no va a tener lugar ni se prevé en un futuro, ni siquiera lejano.

Las acciones del Banco Sabadell no han caído en estos tres días. El título ha subido un 3,7%. No se han producido fugas de depósitos. Ni siquiera consultas en la red comercial por parte de los clientes. Tranquilidad absoluta. En la subida de la acción ha pesado el anuncio de un aumento del dividendo, 500 millones de exceso de capital que podrían alcanzar 8 céntimos más, aunque una parte se dedicaría a comprar acciones propias. El cambio de sede se ha mantenido al margen.

El movimiento interpela a La Caixa en el espacio de la opinión pública. Pero no de manera interna. La cúpula de la entidad, Isidre Fainé, Àngel Simón, Gonzalo Gortázar… no se siente nada presionada por lo acontecido esta semana, según explican fuentes de la entidad. No se plantea ni siquiera un cambio de discurso que pueda abrir una ventana de oportunidad a futuro de volver a Cataluña algún día. La respuesta oficial es la misma: el cambio de sede en 2017 no fue algo temporal sino que hay una voluntad de permanencia. Se asume que habrá ruido mediático. Pero que se afrontará igual que los últimos años.

En La Caixa tienen razón en una cosa: las empresas han vuelto por razones empresariales, si bien ha sido la paz de Salvador Illa la que ha permitido estos retornos de las sedes. Algunas de las razones para la vuelta han sido muy prosaicas. Aguas de Barcelona, la primera gran empresa que volvió, lo hizo en 2018 para preservar su posición en la denominada empresa mixta, la empresa que tiene la concesión de agua del área metropolitana de la capital Barcelona. El procés todavía estaba reciente, pero la maniobra sirvió para frenar el acoso de Ada Colau al proyecto.

Espíritu práctico

Es decir, las razones de los regresos han sido siempre empresariales. Los Ventura tenían un edificio en la Zona Franca de Barcelona y no salía a cuenta pagar alquiler fuera. Así fue en el caso de la compañía láctea Ordesa, la primera en regresar en este nuevo ciclo del illismo.

Los Molins tenían que pacificar las tensiones entre diversas ramas en el seno del capital de la cementera. Por eso volvieron a Cataluña, no para respaldar al ejecutivo de Salvador Illa. La desinflamación aplicada por el PSC ha servido para que todas estas maniobras sean posibles. Pero el papel de la clase política ha resultado marginal, en el fondo del cambio.

El Sabadell con su vuelta a Cataluña se asegura el apoyo del Gobierno de Sánchez

En comparación, el Banco Sabadell es una empresa mucho mayor. Acosados por la OPA del BBVA, el cambio de sede bascula entre un golpe de mano para desanimar al banco de Carlos Torres y una búsqueda de refugio bajo las faldas del Gobierno de Pedro Sánchez. Con la cohesión territorial como un nuevo elemento a tener en cuenta a la hora de que el Consejo de Ministros dé luz verde a la operación, tal y como lo ha fijado el presidente español desde Davos.

Motivos de un regreso

Todas las empresas volverán a Cataluña por interés, pero cada una lo hará por el suyo y en el momento que crean oportuno. Igual que todas las familias infelices lo son a su manera. Así ha sido en todos los casos. Illa podrá explotar políticamente el regreso de las sedes. Y es bueno que hasta los mercados valoren que el riesgo político en Cataluña sea igual a cero. Pero más que un regreso en cascada se tratará de precipitaciones esporádicas.

En clave de la OPA, la decisión de cambiar la sede es el Rubicón de Oliu. Ahora ya no habrá pacto con el BBVA, aseguran fuentes financieras. O todo o nada. El banco se alinea con la Moncloa y espera la caballería. Illa ya está echando una mano, redoblando la presión de la Autoridad Catalana para la Competencia (ACCO), el equivalente autonómico de la CNMC. Si por lo que sea esta no llega, Carlos Torres no hará prisioneros.

Y, mientras, en el mundo Caixa, Fainé y su equipo abren el paraguas, conscientes del chaparrón que les volverá a caer desde los medios de comunicación para que regrese la sede social a Cataluña, sobre todo por parte de los medios de comunicación. Pero no es ni será la prioridad ni se va a cambiar el discurso corporativo al respecto, aseguran desde la entidad de la estrella. CaixaBank es el primer banco español por volumen de activos, con 980.000 euros de volumen de negocio. Para el actual equipo, la sede es marginal y la relación con el Gobierno ya es privilegiada, con la SEPI en el capital del banco con un 18%. Eso sí, Oliu ha demostrado que jugar con la sede puede ser una carta oculta si todo se tuerce. Como esas leyendas que rezan: "En caso de peligro, rompa el cristal".

El regreso de la sede social del Banco Sabadell a Cataluña ha demostrado de manera empírica que devolver la sede social a territorio catalán carece de coste financiero. Ni siquiera si se trata de un banco tan grande como el Banco Sabadell, que cotiza en el Ibex-35. La decisión de Josep Oliu y César González-Bueno , intentando esquivar la OPA del BBVA, interpela al mundo de La Caixa, tanto al banco, CaixaBank, el primer banco del mercado español; como a la estructura en su capital. En 2017 CaixaBank se trasladó a Valencia, mientras que la sede social de Criteria y la de la Fundación Bancaria La Caixa se fueron a Palma de Mallorca. Por ahora, en las torres negras, el discurso no se altera: el cambio de sede en la entidad que encabeza Isidre Fainé no va a tener lugar ni se prevé en un futuro, ni siquiera lejano.

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