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Ryanair desenfunda en España su clásica estrategia para mantener precios bajos
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Ryanair desenfunda en España su clásica estrategia para mantener precios bajos

La aerolínea ha renunciado a 800.000 plazas en los aeropuertos regionales y advierte que, si esta situación continua, habrá nuevos trasvases de vuelos hacia Italia, Suecia o Croacia

Foto: Un avión de la aerolínea Ryanair. (Europa Press/Ricardo Rubio)
Un avión de la aerolínea Ryanair. (Europa Press/Ricardo Rubio)

La disputa que mantienen Ryanair y Aena por las tasas aeroportuarias ha subido de decibelios. La aerolínea ha cumplido su amenaza de reducir sustancialmente las plazas que oferta en las pequeñas ciudades y el gestor de los aeródromos españoles le ha acusado de "chantaje" y de querer utilizar gratis sus infraestructuras. Las posiciones están cada vez más distantes y, lejos de resolverse el conflicto, la compañía aérea amaga con reubicar más aviones en otros países que considera más competitivos.

El CEO de Ryanair, Eddie Wilson, considera que la estructura de precios que mantiene Aena está orientada a grandes aeropuertos e impide el crecimiento en los regionales, que "no son competitivos porque están vacíos". Así justifica su renuncia a 800.000 plazas en las ciudades con menos tráfico aéreo, mientras que en Madrid o Málaga aumenta su presencia. Si esta situación perdura, ya ha advertido que habrá nuevos trasvases de vuelos desde España hacia Italia, Suecia, Croacia o Hungría.

¿Qué tienen de especial esos países para que los considere más competitivos que España? El nexo común entre todos ellos son las recientes bajadas de impuestos gubernamentales o de tasas aeroportuarias. Todas las aerolíneas trasladan esos gravámenes a los billetes que pagan los viajeros y, si se reducen o eliminan, pueden ofrecer tarifas más baratas. Ryanair basa precisamente su política comercial en los precios low cost, por lo que busca instalarse allí donde le resulta más fácil cumplir con su estrategia.

Suecia ha sido el último país en contentar a Ryanair, anunciando la supresión de un impuesto medioambiental a partir de julio de 2025. Esta tasa, decretada en 2018, supone recargos de entre 6,70 y 44 euros en el precio de los billetes, según la aerolínea. Por su parte, Italia anuló el verano pasado la tasa turística que se debía desembolsar para viajar a la región de Calabria y la compañía respondió inmediatamente abriendo quince nuevas rutas. Son casos similares a los de Croacia y Hungría.

El contraste con España es palpable. Lejos de decretar rebajas, Aena incrementó sus tasas en un 4,09% para 2024 y en un 0,54% para 2025. Este último repunte, que significaba un aumento de 0,05 euros por pasajero, fue anulado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para "preservar la estabilidad tarifaria". El regulador se alineó así con el Gobierno, que las había congelado desde 2021 hasta 2026 por la crisis del covid, aunque el alza del año pasado sí se hizo efectiva.

Las aerolíneas pagan esas tasas por utilizar las infraestructuras y servicios que se ofrecen en los aeropuertos, desde la pista de aterrizaje hasta la seguridad. Cada gestor tiene su propia política de precios en función de sus necesidades y cada país puede imponer, además, sus propios impuestos para controlar la llegada masiva de pasajeros o para intentar reducir las emisiones de carbono. Por lo tanto, resulta complicado hacer una comparación equitativa por países.

En España se paga hasta 17,83 euros

Ryanair lo reduce todo al precio que una persona paga de más en cada vuelo. Siguiendo su estrategia de presión pública a gobiernos y gestores aeroportuarios como Aena, es la única compañía que comparte en su página web una tabla por países con el coste adicional que sufre cada viajero. De acuerdo con esta información, en España varía oscila entre los 6,91 euros y los 17,83, variando las cantidades en función del aeródromo de salida y la ciudad de llegada.

El coste añadido que supone en Suecia es de 77 coronas (6,72 euros), mientras que Croacia tiene una carga impositiva de 1,37 euros por pasajero y Hungría ni siquiera aparece en las cifras de Ryanair. En Italia se sitúa ahora mismo en 6,50 euros, con la excepción de los viajes a Roma y Nápoles, donde se eleva hasta los 7,50 y los 8,50 euros, respectivamente.

Son cantidades que considera razonables para mantener su política de precios bajos, aunque al menor atisbo de subidas vuelve a poner el grito en el cielo. Italia, por ejemplo, incrementará la tasa municipal en algunos aeropuertos, como los de Roma o Milán, y la compañía ya ha calificado esa decisión de "regresiva". Eddie Wilson lamentó que "el gobierno italiano sigue limitando el potencial de Milán y de Italia al no suprimir el recargo municipal regresivo y, peor aún, al aprobar su aumento a partir del 1 de abril de 2025". Aprovechaba también para recordar que "Abruzos, Calabria y Friuli Venecia Julia se benefician hoy de un crecimiento extraordinario de Ryanair" después de rebajar impuestos.

El coste añadido que supone en Suecia es de 77 coronas (6,72 euros), mientras que Croacia tienen una carga impositiva es de 1,37 euros

Más abultados son los gravámenes en Austria, rondando entre los 12 y los 30 euros en función de los kilómetros. Igual que en España, son cantidades que considera excesivas, como demuestra la presión, con luz y taquígrafos, que también ejerce allí. Fue Andreas Gruber, director general de Lauda Europe, aerolínea austriaca propiedad de Ryanair, quien aprovechó en septiembre un encuentro con periodistas para demandar la supresión del impuesto al tráfico aéreo y una reducción de las tasas aeroportuarias. Si aceptaba, prometía aumentar su presencia en el país en un 50%: "En cuanto disminuyan los impuestos, crecerá el tráfico, el turismo y el empleo".

Austria se mantuvo firme y, con la llegada de 2025, aplicó un alza de precios del 5% en el aeropuerto de Viena. Antes de que entrase en vigor, Ryanair instó al gobierno a seguir "el ejemplo de Suecia y suprimir el perjudicial impuesto sobre los viajes aéreos". Advertía también de que "cualquier aumento adicional en las ya elevadas tarifas desplazará el crecimiento del tráfico hacia aeropuertos más asequibles en toda Europa".

No son amenazas vacuas, como ha demostrado en Alemania. En territorio germano, el coste adicional de cada billete es de 15,53 euros, la tercera cantidad más abultada de Europa, solo por detrás de Austria y Países Bajos. Como la cancillería de Olaf Scholz y el gestor aeroportuario alemán no dan señales de rebajas, la aerolínea ya ha anunciado que se retirará de Dortmund, Dresde y Leipzig a finales de marzo, además de reducir los servicios en Hamburgo, Berlín y Colonia.

Aeropuertos regionales, su problema en España

El modus operandi es el mismo que en España, primero amenaza con marcharse y después lo cumple. Aquí ya se conoce que el próximo verano cesará por completo sus operaciones en Jerez y Valladolid, al tiempo que disminuirá su tráfico en Santiago de Compostela, Vigo, Zaragoza, Asturias y Santander. Serán 800.000 plazas menos en los aeropuertos regionales, aunque crecerá en las grandes ciudades y su oferta aumentará en 1,5 millones de asientos en el conjunto del país.

El problema, por tanto, está en las ciudades pequeñas. Al menos así lo ve Ryanair, que acusa a Aena de "negarse a utilizar su estructura de aeropuertos regionales para apoyar la inversión regional, priorizando, en cambio, las inversiones en aeropuertos de fuera de España", en palabras del consejero delegado. Insiste, además, en la falta de incentivos para que las aerolíneas vuelen a esos aeródromos de menor categoría.

Desde Aena responden que ya incentiva los 17 aeropuertos regionales en cuestión. Las últimas medidas, que se aprobaron en octubre de 2024, consisten en un descuento del 100% en los servicios de seguridad y de PMR (Pasajero con Movilidad Reducida) a cada pasajero adicional que trasladen en comparación con la temporada de 2023. Sostiene que las aerolíneas que los transitan pagan ahora una tarifa de 2 euros por pasajero, frente a una media superior a 10 euros en el conjunto de la red.

El modus operandi es el mismo que en España, primero amenaza con marcharse y después cumple su promesa

En el XI Foro Hotusa, celebrado este lunes, coincidieron los máximos mandatarios de ambas compañías y su disputa continuó frente al público. Eddie Wilson insistió en que los incentivos no funcionan y que los aeropuertos regionales no son competitivos. "El sistema aeroportuario no se puede hacer a la medida de Ryanair", respondió en directo el presidente de Aena, Maurici Lucena, que se negó "a servir los intereses particulares y cortoplacistas" de la aerolínea. Entre medias, el CEO de la portuguesa TAP, Luis Rodrigues, pedía un deseo para 2025: "Paz".

La disputa que mantienen Ryanair y Aena por las tasas aeroportuarias ha subido de decibelios. La aerolínea ha cumplido su amenaza de reducir sustancialmente las plazas que oferta en las pequeñas ciudades y el gestor de los aeródromos españoles le ha acusado de "chantaje" y de querer utilizar gratis sus infraestructuras. Las posiciones están cada vez más distantes y, lejos de resolverse el conflicto, la compañía aérea amaga con reubicar más aviones en otros países que considera más competitivos.

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