Illa marca sello propio y alaba el modelo económico de Madrid: "Es un ejemplo a seguir"
En un acto privado, restringido para unos pocos empresarios, el presidente de la Generaliat destaca el "dinamismo" de la capital de España, pero también su polarización
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Salvador Illa no oculta sus diferencias ideológicas con el Partido Popular, lo cual no es óbice para que también quiera marcar sello propio y analizar las cosas con tramas de grises, en lugar de blancos y negros. El presidente de la Generalitat ha estado esta semana de visita en Madrid y no ha tenido ningún reparo en destacar el “dinamismo” de la comunidad que gobierna Isabel Díaz Ayuso.
Así lo hizo este miércoles en un acto privado con un grupo reducido de empresarios, intervención en la que el líder de los socialistas catalanes esgrimió su deseo de pactar con todos los partidos que se encuentran en la oposición para favorecer el bien de los ciudadanos, criticó la nueva administración Trump y dio la bienvenida a Banco Sabadell por su regreso a Barcelona.
Illa, que por la mañana se había convertido en el primer ‘president’ en ir a Fitur, asistió por la tarde a un encuentro organizado por la Forbes House, el nuevo club solo para socios promovido por la edición española de la revista estadounidense. El nuevo mandatario catalán repasó todos los temas de actualidad, como el rechazo de Junts y el PP al decreto ómnibus del Gobierno de Pedro Sánchez, la investidura de Trump, el uso de la lengua catalana en las escuelas y la vuelta de las empresas que se fueron tras el procés del 1-O de 2017.
Pero lo que más sorprendió a los escasos cincuenta asistentes fueron sus declaraciones sobre cómo se percibe Madrid desde Cataluña. Con su habitual tranquilidad, Illa aseguró que “Madrid se ve como una sociedad muy dinámica, muy viva, que en los últimos veinte años ha tenido un crecimiento económico muy impresionante”. En este sentido, añadió que la comunidad que dirige Díaz Ayuso es “un ejemplo a seguir”. “Esto lo ha hecho muy bien”, en referencia a la desregulación que ha atraído inversiones para la capital.
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El presidente de la Generalitat agregó que a Madrid “se le ve también excesivamente polarizada en lo político, quizás con un nivel de confrontación que no se corresponde con la realidad social y económica del país”. Pero añadió que la comunidad gobernada por el PP se la percibe “con mucho dinamismo, muy cosmopolita, con mucha ambición, y pese al signo político muy distinto al mío, con muchas ganas de crecer y es estimulante. Y lo que tenemos que hacer los demás es espabilarnos”.
El nuevo inquilino del Palau, que en las pasadas elecciones derrotó a los dos grandes partidos independentistas, criticó el rechazo de Junts al decreto ómnibus con el que el Ejecutivo de Pedro Sánchez quería revalorizar las pensiones, mantener los descuentos al transporte y dar una moratoria a las empresas. “Creo que se han equivocado. Otros partidos también”, en clara referencia al PP de Alberto Núñez Feijóo, cuya negativa tumbó una normativa clave para el Gobierno progresista del PSOE y de Sumar.
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“Hay una dinámica que a mí no me gusta. Cuando la política que se practica no es útil para los ciudadanos, no es bueno”. Y puso como ejemplo que “a mí me fue muy bien en Cataluña votando a favor de los presupuestos de Pere Aragonès”, cuando el PSC hacía oposición a ERC y a Junts. “No me fue fácil convencer a mí partido. Yo lo negocié, e hice mis aportaciones, pero Cataluña tenía que tener unos presupuestos. Y a mí me fue bien así”.
En relación con la tensión creciente que el partido de Carles Puigdemont imprime a Moncloa, explicó que “la alternativa ya sabemos todos cuál es. Su electorado estoy seguro de que no lo verá bien. Y no hay que olvidar que ellos tienen siete diputados, ERC otros siete, Bildu, seis y el PSC, 19. Lo cual dice claramente qué votaron los ciudadanos de Cataluña”.
Con el PP, en Seat
En este sentido, detalló que “percibo un deseo mayoritario de la sociedad catalana de entrar en un tiempo nuevo. Venimos de unos años de mucha tensión que no ha dado frutos tangibles positivos para nadie”. Por ello, Cataluña tiene que estar implicada con el Gobierno central porque “somos la quinta parte de España, en números redondos de población, por lo que tenemos que implicarnos con España, aportando nuestra visión plural”.
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Illa aseguró que “hoy está más cotizada la polarización y la confrontación. Pero, en Cataluña, después de lo que hemos pasado, hoy predomina la colaboración, de intentar buscar los puntos en común”. Y como ejemplo de esta forma de ver la política adelantó que el próximo lunes habrá un acto común con Carlos Mazón, presidente del PP valenciano, con María Chivite, presidenta socialista de Navarra, y él mismo para mostrar su apoyo al sector de la automoción en la sede catalana de Seat, en Martorell.
Sobre el regreso del Sabadell a Barcelona tras llevarse su sede a Alicante, debido al 1-O, Illa se mostró muy satisfecho. Pero puntualizó que no ha pedido, ni en público, ni en privado, a las empresas que vuelvan. “Como president, mi obligación es generar las condiciones para que aquellas empresas que consideren que deben volver, pues lo hagan. Y es lo que he intentado hacer, crear unas condiciones que se empiezan a dar en mayor medida que se daban antes, de estabilidad institucional, de seguridad jurídica, de buen gobierno, de hacer las cosas lo mejor posible. Es una satisfacción”.
Salvador Illa no oculta sus diferencias ideológicas con el Partido Popular, lo cual no es óbice para que también quiera marcar sello propio y analizar las cosas con tramas de grises, en lugar de blancos y negros. El presidente de la Generalitat ha estado esta semana de visita en Madrid y no ha tenido ningún reparo en destacar el “dinamismo” de la comunidad que gobierna Isabel Díaz Ayuso.