Oliu se garantiza todo el apoyo político para truncar la opa de BBVA
Movimiento inesperado de Sabadell para combatir la opa hostil de BBVA, al buscar el apoyo de la Generalitat en los próximos meses
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Sabadell sigue haciendo movimientos defensivos para restar posibilidades de éxito a la opa hostil de BBVA. La entidad catalana ha decidido retornar su sede a Cataluña, con lo que se convierte en el primer gran grupo empresarial que vuelve tras la fuga de octubre de 2017.
Así, algo más de 7 años después, el banco presidido por Josep Oliu ha optado por que la sede social vuelva a estar en la provincia de Barcelona, como ha sido durante toda su historia, salvo en este último periodo, en el que se movió a Alicante. El comité de dirección ha tomado esta decisión, ya comunicada a la Generalitat, que tendrá que ser aprobada en un consejo de administración convocado para este miércoles, tal y como ha comunicado hoy la entidad a la CNMV.
La decisión no hace falta que pase por la junta de accionistas, prevista para marzo, y no tiene implicaciones operativas. El banco tiene una doble sede entre Sant Cugat y Madrid. De hecho, Oliu desplazó su domicilio a Madrid en 2017, mientras que el ejecutivo madrileño César González-Bueno, consejero delegado, está ubicado en Barcelona. El resto de los ejecutivos se reparte entre las dos grandes ciudades españolas. Durante estos ocho años, la junta de accionistas se había celebrado en Alicante. La próxima ya será en Barcelona.
Desde BBVA, este miércoles han señalado que respetan la decisión de Banco Sabadell de trasladar la sede a Cataluña y han destacado que, respecto a la opa, "no cambia en nada las bondades de la operación: es buena para España, para Cataluña y para el resto de territorios donde está Banco Sabadell así como para los clientes, empleados y accionistas de ambos bancos".
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El cambio es un movimiento político de gran magnitud. Toda la importancia de la que carece el domicilio social en el plano operativo la tiene en la búsqueda de apoyos contra la opa. Aunque el Gobierno y la Generalitat habían mostrado su oposición a la operación, que implica en última instancia la fusión de ambas entidades, este cambio de sede atrinchera aún más al PSC y rubrica una hipoteca con el PSOE. El movimiento del Sabadell alimenta la tesis de que la normalidad vuelve a Cataluña. Si el Gobierno de Pedro Sánchez se estaba planteando en algún momento suavizar su postura, el precio político de hacerlo acaba de encarecerse sustancialmente.
A los socialistas les llega la primera gran señal del entorno empresarial hacia la normalidad económica en la región, mensaje que quieren trasladar a la sociedad para que cale frente a la idea de concesiones a Cataluña a la que alude la oposición. Y para BBVA, que ya estaba sufriendo para lograr apoyos políticos y empresariales en la opa, la parte diplomática se complica mucho más.
Varios sectores han mostrado su rechazo explícito. Incluso los Ejecutivos de Cataluña y la Comunidad Valenciana y asociaciones empresariales lo han expresado ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). El mensaje, por el que también aboga el comité de dirección del Sabadell, es que la fusión reduciría la oferta de servicios y créditos a las pymes, y provocaría una reducción drástica de la competencia en zonas de Cataluña, que se llevaría la peor parte de un recorte de oficinas y empleos. Se calcula que serían 4.000 puestos de trabajo destruidos, según las promesas de sinergias de BBVA.
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La decisión del Sabadell, adelantada por ABC y confirmada por este medio, es una ofrenda a la Generalitat catalana. Por ello había sido comunicada a Salvador Illa y a todo el espectro político catalán con cierta antelación. Ejecutivos del banco han ido trasladándolo a empresarios y políticos catalanes que se estaba estudiando esta posibilidad en su estrategia de ganar adeptos para su causa, que es torpedear la opa de BBVA o reducir las probabilidades de que salga adelante.
Además, cualquier halo de incertidumbre que afecte a la futura decisión de los accionistas juega a favor de Sabadell. Sabadell también ha trasladado el movimiento este martes al Ejecutivo valenciano de Carlos Mazón, al que Sabadell ha prometido que mantendrá los empleos y las inversiones de la región, y algún gesto adicional por concretar.
El impacto del movimiento en la opa llega por dos frentes. Por una parte, los accionistas minoristas de Cataluña, muchos de ellos clientes, que pueden ver el retorno de la sede como algo positivo. Por la otra, alimenta las dudas en los inversores institucionales en torno a la oposición del poder político en la operación. El Gobierno no puede parar la opa, pero Economía tiene la última palabra ante la posibilidad de que haya fusión (incluso si BBVA ya hubiese comprado Sabadell).
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Hasta ahora, Economía ha explicitado sus reticencias. El ministro Carlos Cuerpo siempre ha avisado de que en su ministerio van a analizar la situación con una visión más amplia de la que lo va a hacer cada uno de los supervisores que ha dado o va a tener que dar su visto bueno. A priori el movimiento no gusta.
El calendario de la opa es incierto porque se tiene que pronunciar la CNMC, que decidió extender el análisis a una fase dos para hacer un estudio más exhaustivo. El Consejo de Ministros también podría intervenir tras la resolución, aunque solo por cuestiones como la seguridad nacional y no de Competencia. Después, la Comisión Nacional de los Mercados de Valores (CNMV) debería validar el folleto. En el mismo tienen que aparecer riesgos o advertencias como la posibilidad de que no haya fusión por el rechazo del Gobierno, opción que este martes, con el retorno de la sede social y fiscal a Sabadell, ha ganado enteros.
Gesto a la Comunidad Valenciana
La consecuencia inmediata de la decisión conocida el martes es que Sabadell dejará de tener su sede en Alicante. No obstante, el banco defiende que no cambia nada en la región, que es su segundo mercado más importante tras Cataluña por la absorción en 2012 de la CAM. Aunque la salida de la sede tiene pocas implicaciones económicas, en términos simbólicos, es un golpe duro para el presidente valenciano, Carlos Mazón, que es de Alicante y hace gala de su condición de alicantino.
Oficialmente, desde la Generalitat valenciana señalan que se respeta la decisión: "Los directivos han trasladado el compromiso con la Comunitat Valenciana y su tejido económico se mantiene intacto", con el compromiso de que "ni la red de oficinas ni los puestos de trabajo en la Comunitat en absoluto están afectados por esta decisión".
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Aun así, la patronal valenciana CEV (Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana) ha lamentado la decisión y, según fuentes conocedoras, hay un profundo malestar en la élite empresarial de la región. El presidente de la organización empresarial, Salvador Navarro, se enteró del traslado de sede a través de los medios de comunicación. Empresarios y políticos de la región dan por hecho que es un órdago del Sabadell para centrar sus esfuerzos en ganarse al espectro político catalán y a la Generalitat de cara a garantizar la oposición socialista a la opa.
"Desde la CEV, entendemos que la decisión del Banco Sabadell de retornar su sede a Cataluña responde a una estrategia empresarial motivada por el contexto actual. Es importante recordar que la entidad trasladó su sede social a Alicante en un momento de alta inestabilidad política y económica en Cataluña, buscando un entorno más estable que favoreciera su operativa y la confianza de sus clientes e inversores. Ahora, con una aparente mejora en las condiciones de estabilidad en Cataluña, el banco ha decidido revertir esa decisión. Si bien respetamos plenamente la autonomía de las empresas para tomar decisiones estratégicas que consideren beneficiosas, no podemos obviar que este traslado representa una pérdida significativa para la Comunitat Valenciana. Durante los años en los que el Banco Sabadell ha tenido su sede en nuestra región, ha contribuido de manera importante al desarrollo económico local", sostiene la CEV, que considera que la marcha de la sede es "un desafío para nuestra economía".
Sabadell sigue haciendo movimientos defensivos para restar posibilidades de éxito a la opa hostil de BBVA. La entidad catalana ha decidido retornar su sede a Cataluña, con lo que se convierte en el primer gran grupo empresarial que vuelve tras la fuga de octubre de 2017.