Sánchez (Leroy Merlin): "Debemos democratizar el uso de productos más sostenibles"
Reciclaje, reutilización, circularidad… La transición hacia un modelo económico más sostenible está obligando a las empresas a integrar nuevos modelos de producción que tengan en cuenta al planeta y al consumidor
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La economía circular es un pilar fundamental en la transición hacia un modelo económico más sostenible. En un contexto global marcado por los efectos del cambio climático, el agotamiento de recursos y una mayor conciencia social, las empresas enfrentan la urgente necesidad de repensar sus modelos productivos y de consumo.
Para debatir sobre la trascendencia de estos cambios, El Confidencial, en colaboración con Leroy Merlin, ha celebrado la mesa redonda “El impacto del ciclo de vida y el rol del consumidor: una responsabilidad compartida”, en la que han surgido cuestiones como las posibles hojas de ruta para la transición, la idoneidad de las soluciones para minimizar la huella ambiental y fomentar un uso más eficiente de los recursos, o la necesidad de satisfacer la creciente presión de los consumidores y cumplir con las demandas regulatorias. De todo ello hemos hablado con Cristina Sánchez, directora ejecutiva de Impacto Positivo de Leroy Merlin España; Adrián Hervella, chief Sustainability Officer Spain de Decathlon; Sagrario Sáez, directora de Sostenibilidad de Heineken España; y Nayara Fuentes, responsable de sostenibilidad de Nespresso España.
El punto de partida del debate ha sido definir el desafío de la circularidad en el ámbito empresarial. En este sentido, Cristina Sánchez ha recordado los múltiples retos en materia de sostenibilidad, desde la reducción de emisiones de CO2 y la huella ambiental a la integración de los criterios ESG: “La economía circular es sin duda una palanca clave para conseguir todo esto. Es la herramienta para reducir recursos, residuos y el desperdicio de productos. Hay diferentes formas de abordarlo, y entre ellas son muy potentes las alternativas al consumo tradicional, como por ejemplo que los clientes alquilen en vez de que compren, o la reparación y reacondicionamiento de productos para que tengan una segunda vida”.
En este mismo sentido se ha expresado Adrián Hervella, quien ha señalado que “cuanto más dure un producto, más sostenible es. El camino para alargar esa duración pasa por un trabajo integral que toque todas las partes de la cadena de valor, desde el diseño circular y el ecodiseño a los distintos modelos de negocio que prolonguen la vida del producto, con el reciclaje post consumo para hacer de un producto viejo un producto nuevo o fomentar el alquiler o la segunda mano”.
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No es difícil este sistema en el sector del deporte, donde al menos un 10% del mercado español es circular. Más difícil puede ser escalarlo hacia el gran consumo de alimentos, pero, aun así, Sagrario Sáez ha apuntado que “la sostenibilidad es un factor clave que mide el éxito junto con el crecimiento y el beneficio operativo, porque maximizar la circularidad es uno de los tres pilares en términos de descarbonización de nuestra economía y de la cadena de valor, así como la protección de las fuentes de agua. En el camino, lo primero es reutilizar, porque reciclar cuesta dinero y demanda una energía brutal”.
El reciclaje, no obstante, sigue estando en el centro de algunas compañías. En este sentido, un ejemplo es el de las cápsulas de café, que durante un tiempo estuvieron en el punto de mira medioambiental, pero que hoy tienen más vidas detrás. “Están hechas de aluminio, que es un material infinitamente reciclable -ha señalado Nayara Fuentes-. Después, con los posos de café, se hace un compost para cultivar arroz, que se dona a los bancos de alimentos. El objetivo final es que vayan al contenedor amarillo”, como ya han conseguido en Valencia donde los vecinos de la capital y de más de medio centenar de municipios pueden deshacerse de sus cápsulas en este tipo de recipientes. La marca cuenta, además, con una red de más de 7000 puntos de recogida en toda España.
La demanda del consumidor
Un aspecto que todos los expertos han señalado es el de cómo los consumidores están demandando productos sostenibles. “Tenemos estudios de clientes que nos dicen que la inmensa mayoría de los clientes los prefieren”, ha asegurado Cristina Sánchez. “Eso sí, nos piden que deben estar en las mismas condiciones económicas, que no deben ser más caros. Las empresas tenemos la responsabilidad de democratizar el uso de esos productos cada vez más sostenibles”.
Junto al precio, la otra demanda del consumidor es la transparencia y la información. “El cliente es muy inteligente, y la mayoría quiere hacer las cosas bien. Pero para eso debes hacer que la experiencia de uso sea más sencilla y no ponerle en la disyuntiva de pagar más para ser sostenible”, ha reconocido Adrián Hervella, y Nayara Fuentes ha apuntado que, “pese a que todos tienen buenas intenciones, en las últimas encuestas vemos que el 70% de los consumidores españoles afirman que no saben distinguir entre sostenible e insostenible. La responsabilidad de las compañías es informar y ser transparentes”.
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Una herramienta para que esa información sea clara y asequible, ha apuntado Cristina Sánchez, es la estrategia Home Index, que “analiza el impacto ambiental y social de nuestros productos y que se ha hecho pública para que, de forma sencilla, el cliente pueda incluir la sostenibilidad como criterio de compra. Los consumidores empoderados son los motores del cambio y debemos darles esa opción de empoderamiento”.
También la imaginación es una opción para conseguir facilitar el proceso a los clientes, como ha explicado Sagrario Sáez: “La creatividad tiene que estar aquí, muy presente, pensando en cómo atraer al consumidor y hacerle tomar conciencia”. Por su parte, Adrián Hervella ha apuntado que, “si tuviera que decir algo fundamental para que una empresa se transforme, es que el CEO esté completamente convencido de su importancia”. Y Nayara Fuentes también ha señalado la importancia de que la empresa “evalúe toda la gobernanza, cómo se gestiona a nivel medioambiental y social, cómo cuidas a los empleados, cómo impactas a tu comunidad. No es solo un sello, una certificación -en referencia a B Corp- sino un movimiento internacional que deje de ver a las empresas como parte del problema y se empiecen a ver como parte de la solución”.
Es imprescindible, ha asegurado Cristina Sánchez, que “todas las cuestiones de ESG se integren en la estrategia de las empresas, pero para ello es fundamental que esté totalmente incrustada en los máximos órganos de decisión”.
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La legislación como aliada
En este contexto, la legislación también cuenta. Iniciativas como el Pacto Verde Europeo están forzando a las empresas a adoptar prácticas más responsables. La Unión Europea, por ejemplo, ha lanzado su Plan de Acción para la Economía Circular, con el objetivo de reducir el desperdicio y garantizar que los productos se diseñen para durar más tiempo, ser reparables y reciclables.
Esto, que puede verse como una imposición o un lastre, también puede entenderse en términos de alianza. Muchas veces, ha explicado Cristina Sánchez, “la legislación ayuda a respaldar lo que estamos haciendo; es decir, a dar un marco de legalidad para que todas estas iniciativas sean reconocidas y no te acusen de hacer un reclamo verde, porque lo que estás llevando a cabo tiene una base muy sólida y una metodología muy robusta detrás”.
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Siguiendo este hilo, Adrián Hervella ha asegurado que “cuando tienes la convicción y el deseo de avanzar, es bueno para ti que se legisle. Eso sí, siempre y cuando se legisle en la dirección que realmente apunte a la resolución del problema. Si ya estás ahí, eres uno de los líderes”. Por su parte, Sagrario Sánchez ha advertido de que “la legislación es una oportunidad para acelerar, pero empresas y gobierno tenemos que ir de la mano".
Como conclusión, los participantes han recalcado que “la economía circular es la palanca clave para transformar tanto los modelos de producción como los de consumo, y que esa transformación sea también cultural, de arriba hacia abajo, basada en la formación y concienciación de todos los colaboradores”.
La economía circular es un pilar fundamental en la transición hacia un modelo económico más sostenible. En un contexto global marcado por los efectos del cambio climático, el agotamiento de recursos y una mayor conciencia social, las empresas enfrentan la urgente necesidad de repensar sus modelos productivos y de consumo.