DKV carga contra el Gobierno por Muface: "Ni ha escuchado al sector, ni ha sido diligente"
Fernando Campos, consejero delegado de DKV, sostiene que seguir en Muface era insostenible y que se tendría que haber resuelto la crisis antes
Muface está en su momento más crítico. Solo Asisa permanece haciendo cálculos y como única opción de continuidad. Adeslas comunicó su renuncia hace dos semanas, y el jueves fue DKV, que reiteró que el sistema está infrafinanciado. Su consejero delegado, Fernando Campos, explica en una entrevista con El Confidencial que el segundo pliego era, incluso, peor para DKV que el primero. También advierte de que se ha llegado a un momento crítico en el equilibrio entre la sanidad pública, la privada y Muface.
PREGUNTA. ¿Ha costado mucho tomar la decisión?
RESPUESTA. Sí, es una decisión que llevamos muchos meses analizando y además, con cada concurso, hemos tenido que volver a replantearnos, porque es una decisión de muchísimo impacto. Para nosotros es el 20% de nuestros ingresos y tiene muchísimo impacto para el sistema sanitario en su conjunto español. Esto es una cosa que nos parece importante. Nosotros queremos destacar que tenemos un modelo de sanidad público-privada que es fantástico, pero eso incluye Muface. Si se rompe una de las patas, aunque no sea la más grande, tiene un efecto. Hablamos siempre del efecto en la sanidad pública, por las listas de espera, pero también hay que hablar de qué va a pasar con los hospitales privados en las provincias donde dependen de Muface, pero no se puede perpetuar un modelo donde se infrafinancia a los proveedores médicos. Es una decisión difícil y muy meditada, con muchos escenarios analizados.
P. ¿La decisión se toma desde DKV o desde la matriz, en Alemania?
R. Somos parte de Munich RE, una de las mayores aseguradoras del mundo, una empresa cotizada en la bolsa alemana y supervisada por el BaFin, que es el regulador más exigente de la Unión Europea. Si hubiera sido un contrato nuevo hubiera sido una decisión que se toma desde fuera. Pero al contrario de lo que se dice en muchos sitios, es una decisión que se ha tomado en España, en el comité de dirección de DKV, refrendada por el Consejo de Administración y por supuesto alineada con los accionistas.
P. ¿Ha llegado feedback de los mutualistas en las últimas semanas?
R. Nosotros consideramos que hemos sido la compañía más transparente, consistente y coherente. Llevamos años hablando de la infrafinanciación de Muface en las presentaciones de resultados, y desde hace más de un año estamos anunciando que en este concierto sufrimos muchas pérdidas. Fuimos los primeros que pusimos la cifra del 40% sobre la mesa, con transparencia. Y hemos sido muy consistentes en avisar que con IFRS17 tendríamos que asumir pérdidas muy importantes. Para nosotros era peor el segundo pliego que el primero. También hemos pedido, presentando alegaciones, que el contrato debe ser de un año, y al final ha pasado de dos a tres años.
P. ¿Por qué era peor el segundo pliego habiendo mayor subida?
R. Por los tramos de edad. Cuando aplicar los tramos de nuestra cartera supone un incremento del 9,7%, lejos del 17% del primer pliego o del 33% del segundo. Por eso hablamos de pérdidas esperadas entre 70 millones y 100 millones.
P. ¿Han explicado desde el ministerio los motivos para pasar de dos a tres años?
R. Se desconocen los motivos.
P. ¿Choca con la idea de querer salvar Muface que ha defendido el ministro?
R. Al final es contraproducente. Si quieres salvar Muface no tiene sentido añadir el riesgo de un año adicional. Se dan pasos que parece que no se quiere salvar el modelo, como los periodos abiertos para cambiarse a la sanidad pública. Antes había uno, y ahora va a haber tres, en enero, marzo y junio, lo que nos añade incertidumbre sobre la cartera y los ingresos. Yo creo que aquí uno de los grandes temas es que no se ha escuchado a las aseguradoras y no se ha gestionado esto de una manera diligente. Estamos hablando de esto pasado el 10 de enero, cuando se sabe desde hace tres años que el contrato finalizaba el 31 de diciembre.
P. ¿Cómo han sido los contactos con Muface en los últimos meses?
R. Ha sido una relación muy fluida, pero las decisiones vienen desde el ministerio, y en medio de un cambio de ministro [Óscar López sustituyó a José Luis Escrivá en septiembre], lo que tampoco ayuda por la falta de tiempo.
P. ¿Podrían haberse evitado estas prisas?
R. Nosotros hicimos una propuesta en verano de unas medidas a corto, medio y largo plazo, antes del primer pliego, para buscar un equilibrio con lo que busca la Administración sobre costes, porque es verdad que ha hecho un esfuerzo aumentando la dotación en 1.000 millones, y fijando unos estándares de calidad. Pero la propuesta no fue tenida en cuenta. Nosotros reconocemos el esfuerzo de aumentar la remuneración en un 33%, pero para nosotros se queda en un 9,7% por los ajustes de tramos de edad.
P. Si lleva el sistema mucho tiempo infrafinanciado, ¿por qué ha durado tanto?
R. Nos costó firmar el anterior concierto, a nosotros y a todas las aseguradoras, porque ya veíamos que había infrafinanciación. Y desde entonces ha habido una inflación brutal. También es verdad que se está incorporando menos gente a las pólizas, pero hay un tema técnico. Muchos funcionarios obtienen la plaza con edad avanzada, y llevan toda la vida en la sanidad pública. Lo difícil es el cambio. Aquí no va de buscar un culpable, porque el modelo acumula infrafinanciación con varios gobiernos y ministros. Hay un problema estructural. Yo estoy de acuerdo con el ministro sobre que esto es un sistema antiguo. Estoy de acuerdo con que suena raro que los funcionarios tengan sanidad privada, es anti intuitivo. Pero la realidad es que es un modelo que está así desde hace 50 años y que funciona. Es eficiente para el Gobierno a nivel de presupuestos y ayuda a descargar la pública. Si acaba, va a tener consecuencias para la sanidad pública y para la sanidad privada.
P. ¿Y cómo queda la asistencia para los mutualistas en el extranjero? Porque DKV era la única aseguradora…
R. Damos cobertura a 8.000 personas en 130 países, y gran parte está en Estados Unidos, donde la sanidad es muy cara. Son contratos muy volátiles. Podemos asegurar año a año, pero no a tres años, porque no se puede saber lo que va a costar en 2027. No sabemos si va a haber más guerras, nuevos fármacos necesarios muy caros, aranceles o cambios en la sanidad de Estados Unidos, además de la volatilidad de los tipos de cambio en algunos países. Es un contrato difícil de gestionar, y no hay alternativa, porque no se pueden pasar a la sanidad pública. Nosotros hemos propuesto que, si no hay otra opción, podemos seguir un año con la subida propuesta [19,4% en 2025] y luego vemos. Siempre hemos defendido con estos contratos que sean de un año y buscar fórmulas para ajustar, porque entendemos que son contratos grandes y complejos.
P. ¿Por qué no han querido estar en Mugeju (que depende del Ministerio de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes) e Isfas (dependiente del Ministerio de Defensa)?
R. Nosotros ya no estábamos en Isfas, y Mugeju, que es un contrato mejor que Muface pero más pequeño, con riesgos más balanceados, nos parecía que si salíamos de Muface es consistente y coherente salirnos también de ahí. Igual que de Muface Exterior, aunque estaríamos dispuestos a seguir un año más. Tienen que buscar para ello fórmulas a través de la Ley de Contratos del Estado.
P. Entre los funcionarios hay mucha incertidumbre…
R. Hay una incertidumbre brutal entre los funcionarios y entre los propios empleados de las aseguradoras. También entre los médicos, grupos hospitalarios y otros proveedores. En diciembre se generó mucho ruido porque los hospitales cancelaban citas e intervenciones en diciembre, pero porque aún no se sabía qué iba a pasar, la orden de continuidad llegó al límite, el 28 de diciembre. Al final son tres meses de continuidad, con uno adicional para tratamientos en marcha, y se sigue con partos o intervenciones programadas. Pero hay mucha incertidumbre.
P. ¿Para DKV tiene impacto negativo no seguir en Muface por menor poder de negociación con proveedores?
R. Se pagan precios distintos por Muface que por otros pacientes, pero sí habrá menor poder de negociación. Eso está incluido en los modelos, y no es un drama. Los proveedores estaban mal pagados con Muface. Como los baremos eran bajos, el coste o ingreso medio por paciente de DKV va a ser más alto ahora. Lo que sí sería una faena para los proveedores es que se quede una sola aseguradora y paguen aún menos, o que se acabe Muface. Hay clínicas en las que el 70% de pacientes son de Muface.
P. ¿Y perderán capacidad de venta cruzada con los mutualistas?
R. Sí, también está en el modelo analizado. En nuestro caso no era tan material. No somos solo una aseguradora de salud, pero el 90% de los ingresos provienen de este ramo. Hay unos millones de euros de venta cruzada que también se perderán con el tiempo, aunque no de forma automática.
P. ¿Van a tener que hacer recortes?
R. Algún ajuste habrá que hacer. Nosotros tenemos 23 espacios o centros de salud propios, y una red concertada de 45.000 puntos de servicio médico y 1.000 clínicas y policlínicas. Algo se verá afectado.
P. Sin Muface, ¿tienen previsiones de crecer a corto y medio plazo?
R. Perdemos un 20% de los ingresos, pero también se evitan pérdidas acumuladas. Ahora mismo tenemos una cuota del 7,6% en salud, con presencia fuerte en Aragón, La Rioja o Cataluña, y hemos crecido más que el sistema. Estamos trabajando en un plan estratégico para 2025-2030 en el que buscaremos crecimiento rentable y mejora del servicio, después de varios años de mucho crecimiento.
P. ¿Seguirá la inflación de primas en salud?
R. Quedan subidas fuertes en los próximos años, especialmente si se satura más la sanidad pública, algo que podría pasar si se acaba Muface. Cada vez se usaría más la sanidad privada. Y es un sector en el que la inflación suele ser más alta que la general. Además, cada vez se gasta más en tecnología, medicina preventiva y predictiva.
P. Ya hay 12 millones de personas con pólizas de salud, pero si siguen subiendo los precios es difícil que aumente el número de asegurados…
R. Estamos en uno de los grandes puntos de inflexión de la sanidad en general, pública y privada. Hace falta un debate sobre el modelo. El cambio del consumidor está siendo radical. Antes se contrataba el seguro de salud como complementario, y ahora para usarlo de forma prioritaria, frente a la sanidad pública. Lo tenemos medido de muchas maneras, como el tiempo que tarda en usarse, las patologías por las que se acude, etc. Y esto aumenta el gasto médico. El modelo español es fantástico con una buena sanidad pública y una buena sanidad privada, que son vasos comunicantes, y una tercera pata que es Muface. Se descargan una a otra. Pero a las familias ya les cuesta pagarlo. O damos ayudas para contratar sanidad privada, o aumentamos los recursos de la sanidad pública.
Muface está en su momento más crítico. Solo Asisa permanece haciendo cálculos y como única opción de continuidad. Adeslas comunicó su renuncia hace dos semanas, y el jueves fue DKV, que reiteró que el sistema está infrafinanciado. Su consejero delegado, Fernando Campos, explica en una entrevista con El Confidencial que el segundo pliego era, incluso, peor para DKV que el primero. También advierte de que se ha llegado a un momento crítico en el equilibrio entre la sanidad pública, la privada y Muface.
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